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Un ingrediente más para mejorar la escalabilidad en el ecosistema Blockchain: zkEVMMaría Teresa Nieto Galán 30 agosto, 2022 Blockchain lleva estando muchos años en el punto de mira, con sus subidas y bajadas de ilusión. Probablemente, ahora tras el boom de los NFT y los distintos “crypto-crush” que han sucedido con ciertas criptomonedas, como en el caso de Terra con Luna, podíamos pensar que estamos en uno de los puntos con mayor desilusión de la historia de esta tecnología…pero, afortunadamente, para los que nos dedicamos a ella, no es así. No obstante, las contribuciones y los avances relacionados con esta tecnología durante este año no se han centrado en el tema financiero, si no que han tratado de trabajar en torno a una de las características del trilema de Blockchain: la escalabilidad. A modo de recordatorio, la escalabilidad es la capacidad que tiene un sistema a adaptarse cuando se produce un incremento significativo de usuarios. En otras palabras, un sistema escalable nos daría el mismo rendimiento en transacciones por segundo, ya haya cinco usuarios utilizándolo o cinco mil. → Si quieres profundizar un poco más en este tema, no puedes perderte este artículo donde hablamos sobre ello: ¿Qué está pasando con la red de Ethereum pública? ¿Conseguirá ser escalable? Aproximaciones para escalar Blockchain Resumiendo, principalmente existen dos tipos de aproximaciones para escalar: Soluciones Layer 1 (de primera capa o L1): Consisten en la modificación de la propia tecnología de la red como, por ejemplo, cambiar el tamaño de bloque o el algoritmo de consenso. Un ejemplo de ello fue la modificación del tamaño de bloque de Bitcoin, creando la red de Bitcoin Cash donde el tamaño era más grande. Además, este tipo de soluciones están teniendo bastante relevancia en estos días ya que la red de Ethereum está modificando el algoritmo de consenso de Proof of Work a Proof of Stake, una transición que ha sido nombrada como The Merge.Soluciones Layer 2 (de segunda capa o L2): Consisten en crear soluciones alternativas que permitan mejorar el rendimiento sin la modificación de la tecnología, como, por ejemplo, la agrupación de las transacciones o el uso de redes completamentarias conocidas como sidechains. Sólo de tanto en cuando estas “nuevas redes” escriben en las redes de Layer 1 (e.g. Bitcoin o Ethereum), sin que esas escrituras penalicen el rendimiento de la sidechain. Puesto que la tecnología Blockchain es descentralizada, las soluciones de L1 en ocasiones son difíciles de implantar, ya que, para aplicarlas a las redes existentes, la mayoría de la red tiene que ponerse de acuerdo para poder añadir esa modificación. Además, puede darse el caso de que ese acuerdo es, en ocasiones, imposible, pues diferentes grupos y consorcios lanzan nuevas redes con distinto alcance y naturaleza enfocadas normalmente en nichos verticales donde se soluciona el problema del rendimiento sin deudas con sistemas y redes previamente establecidas. Por el contrario, las soluciones L2 al ser, en parte, independientes de la tecnología o red subyacente donde se registran ocasionalmente ciertas transacciones y datos, garantizan mucha más flexibilidad que las anteriores. Rollups Dentro de las soluciones del tipo L2 una de las que más están llamando la atención de todos los entusiastas de la tecnología son los rollups. Un rollup permite agrupar un conjunto de transacciones en una única transacción, que sería la que se almacenase en la red Blockchain principal (L1), consiguiendo así un aumento del rendimiento. → Si quieres profundizar en este concepto y sus diferentes alternativas te recomiendo encarecidamente que te leas el siguiente artículo: Entendiendo el concepto de “rollup” para darle escalabilidad a la cadena de bloques Para que puedas seguir leyendo este post, el resumen que nos afecta es que existen dos tipos de rollups, los zk-rollups y los optimistic rollups. Todos ellos, cuando son calculados y se van a almacenar en una red Blockchain, incluyen lo que se conoce como prueba de validez. Esta prueba de validez permite comprobar que las transacciones que se han agrupado son válidas. La principal diferencia entre ellos es que los optimistic rollups sólo comprueban su validez cuando alguien lo solicita, de ahí a que sean “optimistas”, mientras que los zk-rollups la validez se calcula siempre que se vaya a almacenar. La sigla “ZK” de este tipo de rollups significa “Zero Knowledge” o traducido al castellano “Conocimiento Cero”. Este concepto proviene de un algoritmo de criptografía, el cual permite demostrar que un dato es válido sin revelar el dato en sí, ¿interesante verdad? → Aunque este concepto pueda parecer algo abstracto, no te preocupes, puedes indagar más sobre él leyendo este artículo: “Zero Knowledge Proof” para mortales ¿Cómo aplica esto a la práctica? Entre los muchos casos de uso de la tecnología Blockchain, dos de los más conocidos son las criptomonedas y los NFTs, y más aún después del boom que ha habido durante los últimos tiempos. No obstante, puede haber muchos casos de uso más, y los límites están prácticamente en nuestra imaginación gracias a los contratos inteligentes o smart contracts. Por si desconocieses este término, un smart contract es simplemente un programa o aplicación que es ejecutado en los nodos de una red Blockchain de manera descentralizada. Además, al ser una aplicación, nos permite programar cualquier lógica de negocio, desde una cadena de suministro a un proceso de compra-venta de un objeto. Ahora bien, como cualquier programa, los contratos inteligentes necesitan ejecutarse en lo que se conoce como entornos de ejecución. En concreto, en el ecosistema que se ha construido alrededor de la tecnología de Ethereum, los contratos inteligentes se ejecutan en lo que se conoce como Ethereum Virtual Machine (EVM). Cada nodo Blockchain de la red de Ethereum o redes basadas en esta tecnología (como Polygon o cualquiera que implemente Hyperledger Besu), tienen una EVM para poder ejecutar los smart contracts y así, posteriormente, ejecutar los algoritmos de consenso para validar las transacciones. Puesto que una red Blockchain es utilizada de manera global, podéis imaginar la de smart contracts que podrían ser ejecutados de manera instantánea y, por eso, lo ideal conseguir que una red Blockchain sea capaz de procesar miles (o millones) de transaccione por segundo. Rollups de las ejecuciones de los smart contracts La criptografía que hay detrás de los rollups, en concreto de los zk-rollups, no es precisamente sencilla y, esto, repercute en el alto coste computacional que supone generar las pruebas de validez. Por esta razón, las aplicaciones que veíamos de los rollups hasta la fecha estaban muy orientadas a intercambios entre criptomonedas (o swaps) y transacciones con tokens fungibles, debido a que su implementación era más sencilla que una generalización que se pudiese aplicar a cualquier tipo de aplicación. Sin embargo, recientemente, gracias a nuevas aportaciones realizadas de modo open source como la zkEVM de Polygon, está empezando a cobrar protagonismo el concepto de zkEVM (Zero Knowledge Ethereum Virtual Machine) y las soluciones que se construyen entorno a él. No obstante, la de Polygon no es la única ya que hay otras como la de Scroll zkEVM o la Applied zkEVM. Como bien indica su nombre, una zkEVM es una máquina virtual que permite ejecutar contratos inteligentes, como actualmente hace Ethereum u otras redes, y que es compatible con pruebas de conocimiento cero. En otras palabras, gracias a este tipo de solución, tras ejecutar un contrato inteligente en su entorno virtual la transacción resultante es agrupada de manera automática en un zk-rollup junto con otras transacciones. TrustOS, la navaja suiza de las redes Blockchain A modo práctico, es necesario que exista otra red Blockchain (u otras redes Blockchain) donde cada nodo tuviera una zkEVM y en la que los desarrolladores de aplicaciones desplegarían las aplicaciones descentralizadas. Cada vez que se ejecutara alguna funcionalidad de esas aplicaciones, el resultado tendría asociado una prueba de conocimiento cero que sería agrupado en un rollup y enviado a una cadena principal, como Ethereum. En esta red principal es donde se garantizaría y se daría validez a la inmutabilidad de los datos generados con la transacción. De esta manera, al mandar únicamente una única transacción con un resumen de una agrupación de muchas transacciones, conseguimos escalar la red principal. ¿Por qué es importante tener zkEVM? Como ya veníamos adelantando, tratando con el tema de la escalabilidad de las redes Blockchain, el poder tener entornos de ejecución de aplicaciones compatibles con rollups permitirán mejorar el rendimiento de la tecnología. Además, esta escalabilidad se conseguiría de manera segura, ya que la criptografía asociada a las pruebas de conocimiento cero es muy robusta. Por otro lado, los costes de las transacciones serían más bajos debido a que, al reducir el número de transacciones en la red principal los nodos validadores no priorizarían las transacciones con mayor precio por gas, problema que actualmente sucede por el bajo rendimiento que este tipo de redes. Asimismo, al almacenar pruebas de conocimiento cero donde el dato en sí no se revela, se crearía la posibilidad de poder dejar constancia de transacciones privadas en redes públicas, cosa que hasta la fecha no se ha podido conseguir. Para terminar, la creación de este tipo de soluciones de escalabilidad es independiente e, incluso, complementario de las soluciones de capa 1, como la transición de Proof of Work a Proof of Stake en Ethereum. Desde luego, lo que sí está claro es que la solución final será una combinación de soluciones de L1 y L2. Así que, como ya hemos visto, aunque se haya vaticinado el comienzo del famoso “crypto-winter”, son numerosas las soluciones que están haciendo que, por fin, se esté alcanzando el grado de madurez suficiente para que se pueda adoptar la tecnología Blockchain de manera masiva. Los 5 posts sobre Blockchain que tienes que leerHyperledger Besu: tecnología Blockchain en auge dentro del entorno empresarial
No tienes ningún ‘síndrome del impostor’, solo eres humildeAlfonso Alcántara 30 agosto, 2022 Hace unos días publiqué un tuit que generó cierta polémica. Fue este: “No te pido que para opinar hayas estudiado psicología, pero no hables de psicología como si hubieses estudiado”. Hubo un par de aparentes ofendidos con esta reflexión, pero solo dos, eso ya es excepcional. Créeme. El sentimiento de ofensa seguramente provino de una interpretación errónea de mi frase que, como puedes comprobar, no afirma que para opinar tengas que tener conocimientos especializados de algo, sino que si no los tienes, parece razonable opinar con prudencia y con humildad. Aunque en redes sociales la razón más habitual para «ofenderse» no son las publicaciones o ideas en sí mismas que compartes, sino que el hecho de no caer bien a algunas personas hace que siempre prefieran elegir la peor interpretación posible de lo que publicas. Como puedes imaginar, estoy acostumbrado a que personas legas en la ciencia del comportamiento opinen con suficiencia sobre ella, como recoge esta surrealista conversación que mantuve con una persona con una autoestima equilibrada: —Yo no estudié psicología, pero posiblemente sé tanta psicología como tú. —Hombre, yo creo que no. —¡Cuánto ego tienes! Te cuento mis vicisitudes con los debates sobre psicología con el único fin de sacar esta conclusión: Se dice que hay mucho «síndrome del impostor», pero yo veo mucho más síndrome «yo-sé-de-tó». Siguiendo con humor, podría añadir que en estos tiempos de opiniones exprés y cultura en formato TikTok, aunque la gente pueda sufrir muchos problemas, parece que la baja autoestima no es uno de ellos. Pero si me pongo en plan profesional, te diré que lo que nos ocurre a todos es que los momentos de baja autoconfianza coexisten con las sensaciones de gran autoestima, y esta variabilidad es contextual, temporal y experiencial. En este artículo voy a intentar convencerte de que no tienes ningún síndrome del impostor, solo eres humilde. Y si no logro persuadirte, tendré que aprovecharme del sesgo de autoridad que me proporcionan mis estudios de psicología. Pero, espera, que esta estrategia tampoco suele funcionar: Con el mecánico: —Su coche tiene un problema con el volante motor bimasa y hay que cambiarlo. —Si usted lo dice, habrá que hacerlo. Con el profesional de la psicología: —Su problema no es un «síndrome», es ansiedad ante las tareas más difíciles. —Bueno, esa es su opinión. Creemos que somos mejores de lo que somos, y eso es bueno Ya has visto que todo el mundo cree saber más psicología de la que sabe. Pero es que, además, todo el mundo cree saber más psicología que la mayoría. Incluso con facetas vitales o profesionales en las que sabemos que no destacamos ni somos especialmente hábiles, tendemos a pensar que somos mejores que la mayoría. El conocido “efecto mejor que la media” (the better-than-average effect) describe la tendencia que tenemos a calificarnos como superiores a la mayoría de las personas de un grupo en una o varias virtudes, rasgos deseables o habilidades personales o profesionales. Si eres profesor, qué duda cabe de que te considerarás de los mejores maestros. Y también pensarás que eres mejor conductor que muchos, un ciudadano más ético que la mayoría y un amigo de tus amigos de los que ya no hay. Un estudio de 2005 (1) reveló que el 80% de los participantes se consideró mejor que la medía en la habilidad de conducir; el 90% creía que enseñaba mejor y el 70% que eran mejores líderes. Otro estudio muy reciente (2) ha confirmado los resultados de otro experimento ya clásico realizado por Svenson (1981), en el que la mayoría de los participantes calificaron su habilidad y seguridad al conducir por encima de la media. Mis artículos también son mejores que los que escribe la mayoría Por supuesto, yo también pienso que mis artículos, incluido este, son mejores que la media de los artículos que se publican en este medio. Y es bueno, para mí, creer que soy bueno elaborando contenidos, porque eso motivará mi actividad de escritura y comunicación, y me dará más seguridad para presentarme ante los clientes y conseguir buenas condiciones de colaboración. De hecho, otro experimento social (3) concluye que creerse más inteligente de lo que se es, es bueno para la «salud mental» y seguramente una buena autoestima tendrá un efecto positivo generalizado sobre la vida y la satisfacción de las personas. En síntesis, el ego es el motivador más natural y efectivo que tenemos, pero al pobre le han puesto un mal nombre. En otro artículo ya te propuse sugerencias para mejorar tu autoestima profesional. En esta ocasión te planteo una reflexión relacionada: como profesional, ¿puedes sentir autoconfianza e inseguridad al mismo tiempo? Mi respuesta rápida es que el ego y el sentimiento de la propia debilidad son dos caras de la misma moneda, es decir, que la familiar percepción de autoestima se genera por contraste con la también conocida percepción de falta de confianza. Dicho de otra forma, aprendes a reconocer cuándo confías en ti también por la ausencia de sensaciones de desconfianza, y viceversa. Un experimentado conferenciante puede sentirse intimidado por el éxito de una gran intervención previa de un ponente especialista en la misma temática. En esta situación, algunos pensamientos negativos pueden cruzarse en su camino al estrado: ¿Y si no soy tan buen comunicador (debilidad) como siempre he creído (ego)? En otro ejemplo, una directiva reconocida en su empresa desde hace años puede sufrir ansiedad cuando su organización cambia de manos e inicia un proceso de valoración de todos sus profesionales. A pesar de sus numerosos logros anteriores, la directiva podría empezar a experimentar incertidumbre: ¿Y si no soy tan buena líder en unas condiciones organizativas diferentes? Demasiadas personas, cada vez más, despacharían los casos del conferenciante y la directiva con un diagnóstico rápido: ambos padecen el síndrome del impostor. Y se quedarían tan anchos. Mi opinión es diferente. Te la cuento, por si te interesa conocerla. No tienes ningún síndrome del impostor, solo eres humilde Imagina que cuando no sabes algo, en lugar de decirte que no lo sabes, te dijeran que tienes el «síndrome de la ignorancia». ¿Ves la tontería? Esto de clasificar a la gente usando etiquetas grandilocuentes, incluso psico-psiquiátricas, tiene una ventaja y dos inconvenientes. Primero, vamos con la ventaja: clasificar mola. Meter un problema en una de las carpetas específicas de nuestra estantería de “explicaciones de la vida” nos hace sentir seguros, aunque una mera etiqueta no sirva para encontrar la solución, puesto que la argumentación que ofrece es circular: “La directiva declara sentirse insegura porque tiene el síndrome del impostor. Y se sabe que tiene ese síndrome porque ha declarado sentirse insegura”. Vamos ahora con los dos inconvenientes de la sobreetiquetación. Creo que no yerro al afirmar que toda la población mundial siente o ha sentido poca autoconfianza respecto a su valía personal y profesional. Y seguirá pasando. Así que podríamos decir que toda la gente padece de «imposturitis». Y si todos podemos ser clasificados con una misma etiqueta, esa etiqueta no tiene valor clasificatorio conceptual o explicativo. El segundo inconveniente es más grave. Es una práctica perniciosa calificar a los demás, pero es aún peor cuando somos nosotros los que nos aplicamos las etiquetas, porque estos diagnósticos superficiales dificultan conocernos y conocer los factores implicados en el problema y en su solución. Algo peor que atribuir mal las causas de una actuación inefectiva es no buscarlas para definirlas operativamente porque ya has “clasificado el problema”. El autoetiquetado compulsivo y el etiquetado de reputación El “autoetiquetado compulsivo” consiste en “ponerle nombre” al problema (a lo que haces, piensas o sientes mal), en lugar de enfocarte en encontrar los factores implicados y la solución. Pensamientos negativos tenemos todos, a veces compulsivamente. Y pueden ser problemáticos. Pero lo importante es analizar su función (qué los mantiene), no ponerlos nombrecitos. Por otro lado, el “etiquetado de reputación” reside en diagnosticar los problemas ajenos simplemente poniéndolos nombre para así aparentar que se sabe de lo que se habla. Hay que ser muy prudentes para no clasificar a la gente solo para aparentar conocimiento. Y tienes que ser práctico para evitar creer que las etiquetas solucionan tus problemas. No tienes ningún síndrome del impostor, simplemente es normal tener pensamientos ansiógenos y dudas acerca de tu competencia y valía personal y profesional. La mejora de estas situaciones que nos hacen sufrir no pasa por etiquetarlas, sino por analizar funcionalmente en qué contextos suelen ocurrir, qué hacemos y pensamos cuando ocurren y qué consecuencias positivas y negativas tiene nuestro comportamiento sobre esa ansiedad y sobre los logros que perseguimos. Lo que no sirve seguro, y además es perjudicial, es psicologizarlo todo y calificar de síndromes a emociones negativas normales como la ansiedad o la frustración. En fin, que no somos conscientes de las trolas etiquetadoras que nos cuelan y nos colamos como pseudoexplicaciones. Hay profesionales que no es que tengan el «síndrome del impostor», sino que son impostores Pero les resulta más práctico creer que tienen un síndrome, en lugar de dejar su puesto a gente verdaderamente cualificada para las funciones específicas de ese puesto. ¿Pero quién podría tirarles la primera piedra? De alguna forma, todos somos impostores si nos comparamos con un profesional mejor o más efectivo que nosotros en un momento dado, en un contexto específico y para un tipo de tarea concreta. Otra cosa es que podamos darnos el lujo de reconocerlo, porque la sinceridad extrema y la supervivencia no siempre hacen buenas migas. En educación y en la empresa habla más de comportamientos y habilidades y menos de etiquetas. Por favor, no me diga usted cómo se llama «lo que tiene» mi empleado, dígame qué conductas debe aprender para mejorar, en qué contextos y cómo, y déjese de hacer diagnósticos para aparentar autoridad. La gente tiene pensamientos negativos y siente ansiedad ante la posibilidad de fracasar y equivocarse en las relaciones, en el trabajo y en sus metas. Y es normal. Y hay que seguir y aceptar que no somos perfectos. Las cuatro virtudes profesionales Cuando tu autoconfianza profesional sufra altibajos, tal vez pueda ofrecerte guía, motivación y consuelo seguir mi modelo de las cuatro virtudes profesionales: Humildad: “Debo mejorar”.Confianza: “Lo estoy haciendo bien”.Excelencia: “Lo hago lo mejor posible”.Aceptación: “Siempre alguien lo hará mejor”. Pensar que tal vez no somos unos profesionales tan fetén como creemos puede darnos algo de ansiedad, pero nos prepara para superar la frustración cuando los demás se den cuenta de que, efectivamente, no lo somos. Porque no todos podemos ser mejores que la media. Porque a veces no somos siquiera mejores que muchos compañeros de la oficina. Pero lo importante es, ya sabes, humildad para seguir mejorando y aceptación de que siempre alguien lo hará mejor. En un museo de arte contemporáneo en el que trabaja una amiga, tienen a una señora de la limpieza que todos los días les pregunta: «¿Esto es arte o lo tiro?». (4) Si quieres mejorar la incómoda sensación de impostor que tienes algunas veces, haz como esta sabia limpiadora: revisa con frecuencia tu repertorio de habilidades y pregúntate: ¿esta es una buena competencia o la tiro? __________________________________ (1) Alicke, Mark & Govorun, O. (2005). The better-than-average effect. (2) Koppel, L., Andersson, D., Tinghög, G., Västfjäll, D., & Feldman, G. (2021, September 25). We are all less risky and more skillful than our fellow drivers: Successful replication and extension of Svenson (1981). (3) Humberg, S., Dufner, M., Schönbrodt, F. D., Geukes, K., Hutteman, R., Kuefner, A., Back, M. (2018, April 15). Is Accurate, Positive, or Inflated Self-Perception Most Advantageous for Psychological Adjustment? A Competitive Test of Key Hypotheses. (4) Tuit de @clapformarta Foto de Freepik 8 advertencias que todo emprendedor debe conocer antes de abrir su negocioLos retos de Recursos Humanos para el último cuatrimestre del año
El poder de una sonrisa (en el trabajo y en la vida)José Ramón Suárez Rivas 30 agosto, 2022 «¡Hola, soy Smiley!: Tengo 59 años -bueno, los cumpliré a final de año- y nací en Worcester, Massachusets. Fui muy popular en la década de los sesenta (algunos no tan jóvenes recordaréis aquellos botones amarillos en las solapas). Ahora he mutado en múltiples formas, como 3D o GIF y también ha crecido mi familia (emojis) pero es probable que muchos no sepáis que vi la luz en el entorno corporativo, para concienciar sobre la importancia de la sonrisa en el trabajo. Mi creador fue el diseñador Harvey Ball». Smiley nació para un cambio de mentalidad organizacional Harvey Ball, el creador de Smiley face, fue aprendiz de un pintor local de carteles antes de estudiar Bellas Artes en la Escuela del Museo de Arte de Worcester. Durante la Segunda Guerra Mundial sirvió en Asia y el Pacífico y recibió la Estrella de Bronce por heroísmo durante la Batalla de Okinawa. En un ataque de mortero japonés, un proyectil cayó a unos metros de él. Murieron tres amigos pero él salió ileso y, como consecuencia, regresó a casa con la actitud de que “cada día era un regalo”. Continuó sirviendo en la Guardia Nacional durante gran parte de su vida y alcanzó el rango de coronel antes de su jubilación en 1979. Tras la guerra, Ball trabajó para una empresa de publicidad en Worcester y en 1959 fundó su propia compañía: Harvey Ball Advertising. El símbolo gráfico de una «campaña de amistad» tras una adquisición-fusión Fue entonces, a principios de la década de 1960, cuando recibió un encargo. Una compañía de seguros de Worcester, State Mutual Life Assurance, compró otra de Ohio, Guarantee Mutual. La adquisición-fusión creó malestar y una fuerza laboral “tan poco sonriente” que el vicepresidente de State Mutual consideró necesario hacer algo al respecto. Se trataba de cambiar el ánimo y reforzar la moral de los empleados, a la vez que generar un cambio de mentalidad organizacional. Para ello propuso una “campaña de amistad”. Esta necesitaba un símbolo gráfico y se lo encargaron a Ball, con quien ya habían trabajado antes. Le pidieron que inventara algo alrededor de una sonrisa y Harvey comenzó a dibujar. Solo le llevó diez minutos. A la sonrisa le añadió los ojos por temor a que algún empleado malhumorado la estropeara con un ceño fruncido. Y se decidió por el amarillo para el fondo porque era un color «brillante». Así nacía Smiley en diciembre de 1963 para promover la sonrisa en el trabajo. El salto de «la carita sonriente» a la cultura popular State Mutual puso esta cara sonriente en los botones, que después se convertirían en pin. Fue la pieza central de una campaña que instaba a los empleados a sonreír cuando contestaban el teléfono, atendían una reclamación, escribían un informe o recibían a los clientes. Aunque al principio se hizo solo un centenar de botones pronto se hicieron tan populares que State Mutual comenzó a encargar lotes de 10.000 para satisfacer las solicitudes de clientes y agentes. En poco tiempo “la carita sonriente” saltó a la cultura popular. Tanto es así que en 1971 ya se habían vendido más de 50 millones de estos botones y además el smiley aparecía en tazas de café, calcomanías, camisetas, toallas y muchos otros artículos. Su creador, obviamente, no se esperaba este impacto. Por el trabajo obtuvo unos honorarios de 45 dólares porque nunca registró los derechos de autor. Sí lo hizo un empresario francés, que registró “la marca sonriente” en 75 países y amenazó con demandar a las empresas estadounidenses que vendían productos con ella. A Ball no le preocupó demasiado, se sentía orgulloso de que su emblema para promover la sonrisa en el trabajo hubiera dado la vuelta al mundo. Pero con el paso de los años sí comenzó a preocuparse por la comercialización excesiva de este símbolo y por cómo su significado e intención originales se habían difuminado o perdido la esencia. De ahí surgió su idea para el Día Mundial de la Sonrisa®. Día Mundial de la Sonrisa Harvey pensó que todo el mundo debería dedicar un día al año a la sonrisa y los actos amables para tomar conciencia de su importancia. El primer viernes de octubre sería el Día Mundial de la Sonrisa. El primero se celebró en 1999. Esta vez Ball sí registró la marca, cuyo propósito era simplemente animar a otros a “hacer un acto de bondad: ayudar a una persona a sonreír”. Con esta filosofía, tras su muerte en 2001 se creó la Fundación Harvey Ball World Smile, que es el patrocinador oficial del Día Mundial de la Sonrisa. Harvey Ball creía que cada uno de nosotros tiene la capacidad de marcar una diferencia positiva en el mundo. Sabía que cualquier esfuerzo por mejorar el mundo, por pequeño que fuera, valía la pena. Y entendió el poder de una sonrisa y un acto amable. Beneficios de la sonrisa según la ciencia y los expertos Los científicos han averiguado que no es solo que las emociones dejen huella visible en nuestra cara y nuestro cuerpo, sino que al revés también surte efecto. Si alguien no se siente bien pero pone cara de estarlo, aunque sea “una sonrisa mecánica” genera una “química del bienestar”, que ayuda a sentirse mejor. La investigación realizada confirmó la hipótesis de retroalimentación facial de Charles Darwin, que sugería que las emociones podían verse alteradas por la actividad de los músculos faciales. Por tanto, y aunque suene tonto, según “la ciencia de la sonrisa” cada vez que estemos estresados, molestos o malhumorados, puede ayudar que nos miremos en el espejo y sonriamos al menos 20 segundos. Y es que cuando nuestro cerebro se siente feliz, sonreímos y cuando sonreímos nuestro cerebro se siente más feliz. La sonrisa es contagiosa… Lo es y tiene base científica porque la transmisión de emociones realmente existe. Es difícil mantener una cara larga cuando alguien nos está sonriendo. Ver a la gente sonreír estimula nuestras neuronas espejo (las responsables de la empatía, que descubrió en 1996 el neurobiólogo Giacomo Rizzolatti). …y terapéutica Además, sonreír trae beneficios para la salud. Reduce la ansiedad, disminuye la presión arterial y la frecuencia cardíaca. Con estas propiedades, ¡cuánto bien puede hacernos la sonrisa en el trabajo! El doctor Luis Rojas Marcos destaca la conexión fisiológica de doble sentido que existe entre las emociones y los gestos faciales “No solo exteriorizamos nuestro estado de ánimo con la sonrisa, sino que la sonrisa termina por producir en nosotros sentimientos positivos genuinos: sonreímos porque estamos alegres y estamos alegres porque sonreímos”. Una «cultura de la sonrisa» para mejorar las relaciones interpersonales José Antonio Marina, con una visión sociológica de los beneficios de la sonrisa y la manera en que ésta actúa en las relaciones interpersonales, señala: “La sonrisa es un signo expresivo de bienestar, que fomenta la sociabilidad y favorece la comunicación entre las personas. Es uno de los pocos gestos comunes a todas las culturas… demuestra que se acoge amablemente a la otra persona .. La sonrisa fomenta la confianza y permite crear un entorno seguro”. Marina tiene la convicción que “la cultura de la sonrisa” podría ser un buen antídoto para una sociedad en tensión como la nuestra, en la que las relaciones se han endurecido por el ajetreado ritmo de vida, el estrés y las dificultades cotidianas. La sonrisa en el trabajo cobra, así, plena actualidad tras la vuelta de las vacaciones y frente a los tiempos complicados que se avecinan. Elsa Punset, en “Una mochila para el Universo” escribe que “Hay un gesto que resulta tremendamente atractivo para conectar con los demás: los científicos lo llaman sonrisa espontanea, cálida o verdadera: la sonrisa de Duchenne. Las personas que sonríen así lo hacen con toda la cara -incluidos los músculos de los ojos- y resultan tremendamente atractivas. Tendemos a confiar automáticamente en ellas porque transmiten autenticidad y transparencia”. En definitiva, vistos los múltiples beneficios de la sonrisa no esperéis al Día Mundial de la Sonrisa -el próximo 7 de octubre- para practicar. Hoy es un buen día para hacerlo. Imagen: Marco Verch Professional Tercera copia: la evolución de la copia de seguridadNoticias fantásTICas de agosto
El aporte de Zero Trust en la respuesta de los incidentesDiego Samuel Espitia 29 agosto, 2022 Sin ninguna duda los requerimientos de ciberseguridad son cada día más altos y específicos en las empresas, las cuales han visto como la transformación digital aumenta considerablemente la superficie de ataque a la que los delincuentes informáticos pueden acceder. Esto genera que las áreas de seguridad y los controles que se tenían implementados se hayan visto rápidamente sobrepasados y se requieran modelos más automáticos y preventivos. Esta evolución debe ser progresiva dentro de las organizaciones. Pero en los últimos años el modelo más aceptado es el conocido como Zero Trust, donde la premisa es la desconfianza total de cualquier elemento que trate o gestione datos en la empresa. Incluso uno de los grandes de la industria, como lo es Microsoft, tomó este modelo de seguridad como base en sus desarrollos de seguridad de Windows. Zero Trust es un modelo que ha confirmado se puede adaptar muy bien a los retos de los cambios tecnológicos que hemos vivido en los últimos años, y que la pandemia sin duda aceleró, debido al aumento casi exponencial de los incidentes cibernéticos. Sin embargo, está muy lejos de ser una solución perfecta que no sufra incidentes. Es en este punto donde un incidente ocurre cuando el modelo de Zero Trust mejor puede complementar y ser el soporte de los equipos de Respuesta de Incidentes y equipos de Forense Digital (conocidos en el entorno de la ciberseguridad como DFIR) los cuales necesitan la mayor cantidad de datos e insumos del incidente para realizar su labor, paso garantizado en una organización que tenga un modelo de seguridad de Zero Trust. Veamos por qué… Recordemos que el modelo de seguridad está orientado a que los controles se ubiquen lo más cerca a los datos, cambiando el concepto de perímetro estático y llevando la seguridad a usuarios, dispositivos, activos y recursos. Dentro de sus componentes se estipulan cinco dominios, los cuales permiten desplegar los controles de seguridad de forma integral. En el caso de un incidente son estos mismos dominios los componentes que se vuelven esenciales en los procedimientos de respuesta y de análisis forense. Para esto veamos qué implica cada dominio y que aporta en DFIR. Dispositivos. Todo dispositivo que pueda conectarse los activos o datos de la organización debe evaluarse continuamente en riesgos y amenazas. Además, se puede usar la identidad del dispositivo o sesiones activas para detectar anomalías en acceso de forma preventiva. Este contexto permite obtener evidencia de acciones realizadas por los diversos dispositivos en la red y los usuarios que los usen o la identidad asociada a los mismos. Para el acaso de un forense es vital tener esa visibilidad de acciones y riesgos de los dispositivos para la generación de una línea de tiempo y las identidades de quienes accedieron a los datos. Datos: En una estrategia de Zero Trust completa los datos son protegidos en tránsito y en reposo a través de técnicas de cifrado, filtrado por datos DLP y detectores con capacidades de inspección profunda de datos. En el proceso forense esta capacidad da visibilidad a la forma en la que se intentó realizar la extracción o movilización de los datos, dentro de la red o hacia afuera de la misma. Redes: En la práctica de Zero Trust la red debe estar segmentada en partes no solo pequeñas, sino adaptables, además de ser persistentemente monitoreada y tener estadísticas de análisis de la actividad, pues se opera con la premisa que todo es sospechoso en la red. Esto da al proceso forense la capacidad de analizar los eventos de tráfico detalladamente, y genera un mapa de relaciones a través de la red y de los segmentos permitiendo la detección «simple» de movimientos laterales o conexiones a C&C. Flujos de carga: La automatización de prevención, detección y respuesta en cada elemento de la red debería permitir a los equipos de seguridad una detección temprana y efectiva de las anomalías, así como tomar medidas para neutralizar o aislar un ataque. Esto centraría la investigación forense a las causas puntuales de la amenaza, reduciendo el espectro de análisis y aumentando la productividad en la respuesta del incidente y la detección de la causa raíz. Personas: El componente central del Zero Trust es la identificación del usuario como base de nuevo perímetro de seguridad. Por lo tanto, la autenticación y autorización del acceso a cada dato o información es controlado. En el proceso forense entrega el contexto necesario para determinar en primera instancia los posibles sospechosos en el incidente y analizar puntualmente las acciones de estos usuarios sobre los datos. Un ejemplo… Supongamos un caso de una fuga de información, la cual fue expuesta en Dark Web y que expone información sensible de una empresa. En una investigación tradicional se tendría que buscar en todos los dispositivos de la empresa para tener una idea de donde estaba esa información. Después, validar si existen los registros en la máquina de los usuarios que pudieron estar conectados remota o directamente a dicho dispositivo. Basándose en la existencia de esos registros, tomar los dispositivos de los usuarios para extraer los artefactos forenses que se van a analizar. Si es posible obtener toda esa información y acceso a los dispositivos el equipo forense tendría cientos de Megas de información que procesar, y los usuarios implicados en el proceso se enterarían de que están siendo investigados. Adicionalmente, no es posible garantizar que se tengan los datos suficientes para confirmar quien exfiltró la información. En cambio, en un entorno de seguridad basado en Zero Trust se tiene un inventario detallado de dispositivos y de personal que puede acceder a cada uno de estos. Con el dominio de flujo de datos se tiene una idea clara de quiénes pudieron acceder a esta información, y con los registros de identificación una confirmación detallada de la lista de personas posiblemente involucradas. La toma de artefactos forenses es remota y completamente silenciosa para los usuarios, pues todos los dispositivos deben tener sistemas de XDR que permiten este acceso desde sistemas centralizados y entregan detalles específicos de cada dispositivo, pudiendo así hallar la traza de cómo fue exfiltrada la información. En conclusión… Nada nos podrá garantizar una seguridad infranqueable. Pero la evolución de arquitecturas de seguridad, en combinación con buenas estrategias-acción en incidentes, nos permiten tener equipos e infraestructuras resilientes que puedan recuperar datos robados o aislar un área de la organización afectada sin poner en riesgo toda la operación. Cuando las empresas combinan el Zero Trust con una estrategia posterior a un incidente que aprovecha el análisis forense digital, las organizaciones pueden confiar en que están preparadas para enfrentar cualquier desafío que presente una persona interna o una amenaza externa. Ya puedes descargar el Informe sobre el estado de la seguridad 2022 H1, de Telefónica TechDGA o no DGA, esa es la cuestión
8 advertencias que todo emprendedor debe conocer antes de abrir su negocioRaúl Alonso 29 agosto, 2022 Hay proyectos empresariales que no se limitan a un placentero sueño de verano. Los meses estivales resultan inspiradores para emprender, y muchos comenzarán a trabajar en su idea este mes de septiembre. A todos ellos les interesarán estas ocho advertencias esenciales que el emprendedor debe conocer antes de abrir su negocio. En 2021 el nivel de emprendimiento español retomó un ritmo similar previo a la pandemia. Según el informe GEM España, la actividad emprendedora reciente alcanzó al 5,5% de la población, si bien siempre conviene recordar que el abandono empresarial fue del 2,2%. Se emprende con menos de 30.000 euros La inversión inicial de siete de cada diez nuevas empresas españolas es de menos de 30.000 euros, financiada con ahorros personales. Nacen con una estructura de microempresas de hasta cinco empleados. Si bien cada vez tienen una vocación más internacional, el 35% comercializa en el exterior desde su arranque, y tecnológica, siempre según datos del GEM. En cuanto al perfil del emprendedor, tiene entre 35 y 54 años. Por primera vez desde el arranque de este informe anual en 1999, hay más mujeres involucradas en el emprendimiento, el 5,6% frente al 5,4%, si bien en la mitad de los casos su modelo empresarial es menos tecnológico que el de los varones. Para ambos, la principal motivación para emprender es la escasez de empleo (superior al 70%). “Sin embargo, el 43 % de quienes han creado nuevas empresas recientemente también manifiestan motivaciones más ambiciosas, como la de que sus modelos de negocio marquen una diferencia en el mundo”, según explica Ana Fernández Laviada, presidenta del Observatorio de Emprendimiento en España. Ocho consejos para emprender Como en cualquier otra aventura en la vida, en el emprendimiento la preparación te acerca al objetivo final. Si vas a montar tu propio negocio, te ofrecemos ocho puntos que merecen una profunda reflexión. 1. El negocio evoluciona en ciclos, no en línea Es muy habitual representar la evolución de la empresa como una carrera con un punto de partida y una meta. Sin embargo, esa metáfora no ayuda a visualizar la constante transformación del mercado al que nos enfrentamos. La evolución de una empresa responde más a un modelo de ciclos constantes. Cada uno de ellos requiere de la definición del producto, su experimentación, validación en el mercado, corrección e implementación. Pero el gran reto emprendedor es que este proceso debe ser continuado para que la empresa se consolide y crezca. El empresario debe ser capaz de cambiar todo, para que todo continúe igual. 2. Cuidado con pensar más en el producto que en el cliente Es el síndrome del emprendedor enamorado de su idea, lo que le lleva a escuchar más los halagos que las críticas. Todo empresario debe creer en su propuesta de valor, pero hay que trabajar para que este convencimiento se objetive en los datos que captura en la interacción con el usuario. Este proceso es especialmente importante durante la fase de validación, cuando la obsesión —casi adolescente— por el producto no permite atender a los mensajes de desamor que está lanzando el mercado. 3. ¿Tienes formación financiera para emprender? No es necesario que corras a apuntarte a la UNED, pero sí que busques las fuentes necesarias donde adquirir esa cultura financiera imprescindible para levantar tu empresa. Los números de tu negocio van mucho más allá de la hoja de ingresos y gastos o las cuentas para Hacienda. Se debe diseñar un plan financiero y de tesorería, conocer las diferentes vías de financiación bancarias y extrabancarias, valorar el fondo de comercio, medir los márgenes de beneficio… y sería un gran error depositar todas estas responsabilidades en una asesoría externa. 4. Asegura una infraestructura mínima, pero suficiente Todos nos maravillamos con las historias de emprendedores que han levantado emporios de la nada, pero la práctica demuestra que es mucho más fácil consolidar un proyecto cuando nace con una infraestructura mínima para soportarlo durante la fase de arranque. Según datos del informe GEM, para siete de cada diez emprendedores es suficiente con disponer de 30.000 euros. Y se debe tener en cuenta que allí donde el dinero no llega, puede hacerlo una buena política de alianzas, acuerdos de intercambio, estrategias de cocreación, etc. 5. Identifica el tipo de venta de tu producto o servicio ¿Tu oferta requiere una venta personal consultiva (como cuando se ofrece un servicio a otra empresa o un vehículo a un particular), o responde al esquema de venta transaccional (puedes vender a un gran número de clientes sin profundizar en la relación)? ¿Tus potenciales clientes pueden llegar a través de una campaña de publicidad en redes sociales, de la acción puerta a puerta o de la estrategia de email marketing? Quien no vende, desaparece. Así de obvio, así de duro. El plan de ventas debe estar presente desde el primer momento e identificar el tipo de venta más conveniente para tu producto o servicio es esencial para saber cómo abordar al cliente. 6. Cómo vas a generar oportunidades Como señalamos, la política comercial debe estar presente desde el arranque del producto, pero no es suficiente con una excelente definición del buyer persona, la identificación del modelo de venta o el plan comercial, hay que generar oportunidades para acercarse al mercado e ir generando notoriedad de marca. Es importante contar con los contactos personales a la hora de emprender, activando desde el principio tu red de networking, y si es posible, la de los colaboradores de confianza más implicados. Se debe presentar el proyecto a esos agentes que nos aproximen a la venta. La estrategia debe incorporar acciones que den visibilidad, como la asistencia a ferias, participación en encuentros o interacción con las organizaciones del sector, empezando por las del radio geográfico más cercano. Debe incorporar también acciones en redes sociales que interpelen al cliente final, para lo que resulta cada vez más imprescindible disponer de fondos para contratar campañas, organizar y promocionar seminarios u otras acciones de captación, que hay que lanzar en el momento preciso. 7. Invierte gradualmente en publicidad Dilapidar el presupuesto de marketing antes de tener bien definida la estrategia de publicidad es un error muy común, sobre todo por la impaciencia entre jóvenes emprendedores. Es cierto que la publicidad en redes sociales se ha convertido en un excelente acelerador de las startups, aún más en aquellas que esperan a tener bien validados el producto y la estrategia de comunicación y publicidad. En todos los casos, hay que tener en cuenta que, ante la habitual escasez de presupuesto publicitario de la fase de lanzamiento de negocio, hay que actuar con estrategia. Es aconsejable dedicar tiempo y esfuerzo a diseñar diferentes campañas publicitarias, pero invirtiendo siempre cantidades prudentes hasta dar con la que ofrece un óptimo coste de adquisición del cliente (CAC) y, alcanzado ese punto de rentabilidad, invertir con más ambición. 8. Contar tu proyecto lo mejora Concluimos estas advertencias que todo emprendedor debe conocer antes de abrir su negocio, con una que por su relevancia podría haber encabezado el listado. En contra de lo que una mayoría cree, contar el proyecto a las personas indicadas sirve para detectar mejoras desde su fase de gestación. Erre que erre, muchos emprendedores perpetúan ese convencimiento de que el secretismo es esencial para evitar la copia, renunciando a este valioso enriquecimiento. Foto de Freepik Solar360, una sólida apuesta por la eficiencia energética de las empresasNo tienes ningún ‘síndrome del impostor’, solo eres humilde
Educación y tecnología, cómo las Edtech están cambiando el mundoJorge A. Hernández 26 agosto, 2022 Alex Torrenegra, uno de los emprendedores en tecnología más conocidos en Colombia dijo recientemente: “la idea de estudiar cinco años en la universidad está mandada a recoger”. Esto es apenas un reflejo de una revolución educativa llamada Edtech. Y decimos revolución porque el mercado global de este nicho generará más de 605 mil millones de dólares para 2027, comparados con los “apenas” 254 mil millones del mercado actual. Estrictamente hablando, EdTech es el diminutivo de dos palabras: tecnología y educación, y trata esencialmente dos casos: uno es estudiar los procesos de aprendizaje desde una perspectiva tecnológica y el otro tiene que ver con tecnología utilizada en contextos educativos. Siendo francos no es algo completamente nuevo, los primeros avances tecnológicos al respecto vienen desde 1998 con las famosas plataformas de conocimiento colaborativas (wikis) hasta los avances de los Cursos Abiertos Masivos en Línea (MOOC), de 2012, entre otros factores donde el principal elemento en común es la tecnología (conectividad). Beneficios, evolución y Covid-19 El porqué de este auge tiene muchos beneficios que van desde la misma inclusión, pudiendo llegar a más personas sin importar su lugar de residencia, su horario de estudio, ni su nivel socioeconómico. Además de brindar una oferta personalizada. A la vez, introdujo a los estudiantes con las competencias digitales, ayudándolos a generar hábitos y emplear herramientas útiles para toda clase de actividades, más allá incluso del entorno educativo. Fuera de todas sus ventajas, esta tendencia se vio fortalecida por la pandemia. En Estados Unidos, por ejemplo, el 58% de los profesores tiene ahora una visión más positiva del Edtech. Y es que esta iniciativa fue la gran salvadora de los procesos de aprendizaje de las escuelas en las épocas de confinamiento. Pero apenas estamos al comienzo, y ya se habla del uso de tecnologías como el blockchain para la creación de contratos inteligentes en plataformas educativas creando sistemas de colaboración académica más transparentes y efectivos. Otra tecnología prometedora es la realidad virtual y aumentada. Cada una de estas plataformas y sus propias ventajas, que van desde una inmersión asistida con medios digitales, hasta la fusión de herramientas online con el mundo físico/tradicional. Además, la forma misma en acercarse a las materias de estudio es diferente del enfoque clásico permitiendo que los estudiantes se concentren en los temas que de verdad los apasionan. Después de todo, muchos magnates tecnológicos como: Mark Zuckerberg; Jack Dorsey; Larry Ellison; Steve Jobs y Bill Gates, entre muchos otros, no se graduaron. Foto creada por artursafronovvvv en Freepik
Inversiones Cloud, las empresas siguen jugándosela por la nubeJorge A. Hernández 26 agosto, 2022 Entre la pandemia, el teletrabajo y la transformación digital, las inversiones en infraestructura de computación en la nube han ido en aumento. Más exactamente se espera que para 2022 supere los 90 mil millones de dólares. Dentro de este rubro, uno de los principales motores ha sido el gasto en infraestructura compartida que, en el primer trimestre de 2022, llegó a 12.500 millones de dólares registrando un crecimiento del 15,7% en comparación con el primer trimestre de 2021, de acuerdo con la firma analista IDC. Por cierto, el gasto en infraestructura compartida de la nube ha representado el 68% de las inversiones comparado con el 32% restante dedicado a infraestructura dedicada. Pero este crecimiento no deja de tener retos que van desde la inflación hasta la crisis de semiconductores y otros elementos políticos y tecnológicos. Aun así, los pronósticos son optimistas y se espera que el mercado total de la “nube” llegue a superar los 1.3 billones de dólares para 2025. La victoria de la nube y sus tendencias El auge de las inversiones hacia la nube ha llevado a varios analistas a afirmar que “la nube ha ganado la batalla tecnológica” y por ello, las empresas ahora parten de un concepto de “cloud first” en sus despliegues tecnológicos con una predilección hacia la nube híbrida para conservar cierto control sobre sus sistemas más críticos. Incluso se espera que la mitad del gasto del software de infraestructura, aplicaciones y procesos de negocios migren hacia la nube para 2025 -comparado con el 41% que representan en la actualidad-. Acelerado en gran medida por la pandemia. Más exactamente, se espera que el 65.9% de los gastos en aplicaciones de software vayan hacia la nube en el mismo periodo (2025) comparado con la participación actual de “solo” el 57.7%. De igual forma, el despliegue hacia la nube también ha significado una transformación en las funciones de los departamentos de sistemas corporativos desplazando los roles más básicos para buscar otras funciones que generen más valor en los procesos de negocios. Esto sin contar con varias tendencias tecnológicas que ya están dejando su impacto en la nube como son el desarrollo de aplicaciones nativas en la misma nube; la sostenibilidad; el blockchain y la computación sin servidores (serverless computing) entre otros.Foto creada por DCStudio en Freepik
Inteligencia Artificial y ciencia-ficción, una combinación para grandes historiasNacho Palou 25 agosto, 2022 El concepto de Inteligencia Artificial lleva siglos fascinando a la humanidad. Ha dado origen, y hasta protagonizado, algunas de las mejores historias en forma de leyendas y relatos, libros, cómics… y por el camino nos ha regalado algunas grandes películas de cine; no solo de este género, sino de la industria del séptimo arte: ‘Matrix’, ‘Her’, ‘2001: una odisea en el espacio’, ‘Blade Runner’, ‘Terminator’,… Y, aunque no siempre, en muchos casos la ciencia ficción ha abordado la Inteligencia Artificial y los robots desde la fascinación que nos genera el temor —y el terror— que plantea el escenario de que una inteligencia creada por el ser humano se vuelva en su contra y amenace su propia existencia. En Telefónica Tech, muchos de nuestros expertos en Inteligencia Artificial son también grandes aficionados a la ciencia ficción (¿o tal vez fue su afición a la ciencia-ficción la que sembró en ellos su interés por la Inteligencia Artificial?) y, en los últimos años, han compartido sus puntos de vista, conocimientos y análisis, e incluso teorías, sobre el tándem que forman la Inteligencia Artificial y ciencia-ficción tanto desde el punto de vista del entretenimiento. Hemos reunido aquí son algunos de esos artículos. Un patrón recurrente de fascinación y terror Si bien es cierto que no todas las películas sobre robots e inteligencia artificial tratan el tema exactamente igual, sí que encontramos un patrón recurrente en muchas de ellas: el patrón R.U.R. La Inteligencia Artificial en las películas de ciencia ficción: un patrón recurrente de fascinación y terror «TARS, ¿cuál es tu parámetro de honestidad?» Los robots de la película Interstellar (2014) salvan a seres humanos por encima de su propia existencia individual ajustándose a las tres Leyes de la robótica de Isaac Asimov. Pero esto no quiere decir que no tengan instinto de supervivencia… e incluso sentido del humor. Ciencia Ficción vs Inteligencia Artificial: Interestellar, «…hey TARS ¿cuál es tu parámetro de honestidad?» «¿Le apetece jugar una partida de ajedrez, profesor Falken?» Para los jóvenes geek de los años de 1980 fue imposible no sentirse identificado con el David Lightman (Matthew Broderick) de la película Juegos de Guerra (1983) cuando aparecía en su dormitorio rodeado de cables, módems y aparatos electrónicos. Ciencia Ficción vs Inteligencia Artificial ¿Qué tal una partidita de Ajedrez, Dr. Falken? ¿Vivimos en una simulación? Si, como en Matrix (1999) algún día tienes la opción de elegir entre la pastilla azul o la pastilla roja, ¿con cuál te quedarías? Eso sí, hay que pensarlo bien antes de hacer la elección. Ciencia Ficción vs Inteligencia Artificial: Matrix ¿vivimos en una simulación? «Para ser un droide mecánico parece que piensas demasiado…» El relato de Star Wars (1977) está cimentado sobre una avanzada tecnología que les permite viajar por el espacio e incluso crear estaciones espaciales del tamaño de un planeta. Pero ninguno de los droides, salvo alguna excepción, demuestran tener una inteligencia acorde a esa magnífica tecnología. Ciencia Ficción vs Inteligencia Artificial: Star Wars, “…para ser un droide mecánico parece que piensas demasiado…” «Doctor, no entiendo a los humanos» En 2001: una odisea en el espacio (1968) una inteligencia artificial llamada HAL 9000 a bordo de la nave espacial Discovery, en viaje hacia Júpiter, tiene una serie de órdenes importantes que tiene que ejecutar, entre ellas una muy especial, secreta… y de máxima prioridad. Ciencia Ficción vs Inteligencia Artificial: HAL 9000 «Doctor, no entiendo a los humanos» ¿Cómo las soluciones IoT nos ayudan a afrontar la subida del precio de la energía?Inteligencia Artificial en la ficción: Autómata (2014), de Gabe Ibáñez
Solar360, una sólida apuesta por la eficiencia energética de las empresasAlicia Díaz Sánchez 25 agosto, 2022 Una de las mayores preocupaciones de las empresas y de los hogares españoles es la elevada subida del precio de la electricidad, que se ha visto incrementada aún más por la inflación. Por ello, una de cada cuatro pymes tiene interés en el autoconsumo fotovoltaico. Solar360, de Repsol y Movistar, da respuesta a esta demanda de las empresas, ya que ofrece una solución fotovoltaica que permite ahorrar en la factura eléctrica desde el primer momento, mediante una instalación de autoconsumo solar con todos los beneficios medioambientales. ¿Cómo funciona Solar360? Con Solar360 las empresas producirán, mediante la instalación de paneles solares, su propia electricidad renovable y libre de emisiones de dióxido de carbono. Incluye además una aplicación para controlar la instalación y optimizar el gasto energético. Los expertos de Movistar y Repsol acompañarán a las empresas en todo el proceso, desde la solicitud hasta la documentación, trámites, instalación y el mantenimiento posterior. El ahorro comenzará a notarse desde el primer día, no solo por lo que supone generar tu propia energía, sino también por la tarifa solar especial de Repsol para las horas de consumo, especialmente por la noche. A ello se añade la posibilidad de que la energía que no se consuma pueda ser volcada a la red y compensada en la factura, con lo que se maximiza el ahorro. Subvenciones a la energía solar Tanto desde el ámbito autonómico como desde el municipal existen ayudas y subvenciones a la energía solar, unas en forma de descuento en el coste de la instalación y otras en forma de deducción sobre los impuestos locales. Los profesionales de Solar360 te ayudarán en la gestión de estas subvenciones y te acompañarán en todos los trámites que sean necesarios. En consonancia con el ODS 7 y el Objetivo 20/20/20 Solar360 está completamente alineada con uno de los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible establecidos por la ONU en 2015, el ODS 7, cuyo propósito es “garantizar el acceso a una energía asequible, segura, sostenible y moderna para todos”. La energía fotovoltaica, al ser renovable, no emite gases de efecto invernadero y evita la degradación ambiental. Asimismo, esta solución de Repsol y Movistar está en completa consonancia con el Objetivo 20/20/20 de la Unión Europea. Consiste en el compromiso de los Estados miembros para ser más sostenibles, mediante la reducción del 20% del consumo de las energías primarias y las emisiones contaminantes, y el aumento de un 20% de las energías renovables. Si quieres ampliar información sobre Solar 360 o calcular tu oferta personalizada sin ningún compromiso, pulsa en el siguiente botón: Foto de Freepik Tres claves para facilitar la conciliación de los trabajadores8 advertencias que todo emprendedor debe conocer antes de abrir su negocio
Tercera copia: la evolución de la copia de seguridadJulio Mestre Valdés 25 agosto, 2022 En la gestión de los sistemas de información y los data centers, el backup de los datos, es decir, la copia de seguridad, siempre es el patito feo de la infraestructura. Y lo es porque resulta necesario invertir en software de backup, sistemas de almacenamiento y operación para algo que, en principio, no aporta valor al negocio. Y muchas veces con requerimientos normativos que obligan a largos periodos de retención de la información (la conservación exigida puede ir de un día a diez años). Pero, claro, todo este “gasto” se nos antoja imprescindible cuando hay un fallo en los sistemas y es necesario recuperar la información. O cuando desde Negocio solicitan cierta información antigua porque la reclama un regulador, un cliente, etc. En esos momentos tener un sistema de backup bien gestionado se convierte en imprescindible y el tiempo que tardamos en recuperar la información puede ser crítico (el RPO del que ya escribí). La regla 3-2-1 En los entornos productivos con datos de alto valor se recomienda aplicar «la regla 3-2-1»: Tres copias del dato. Es decir, el dato original más dos copias.Dos soportes diferentes. Por ejemplo, tener los datos originales en la cabina de datos de los servidores y las otras dos copias en unidades de almacenamiento especializadas en backup.Una copia offsite. Para prevenir desastres naturales, por ejemplo, se requiere que una copia de los datos esté en una ubicación geográfica distinta a donde se encuentran los datos originales Esa copia se suele realizar en el CPD de respaldo, que se usa cuando falla el principal. Es habitual, por tanto, hacer el backup del dato en un dispositivo externo a donde esté el dato original, también denominado appliance de backup, y replicar esa copia en el CPD de respaldo. Así se cumple “la regla 3-2-1”, que mencionaba. Toda esta complejidad la resuelven los sistemas software de backup, que llevan ya muchos años funcionando. La evolución hacia la regla 3-2-1-1-0 Sin embargo, en los últimos tiempos ha surgido una nueva ciberamenaza. Hay un ransomware que, una vez infecta los sistemas de una organización, empieza a encriptar todos los ficheros que encuentra. Para desencriptar la información y poder recuperarla, los atacantes solicitan dinero (muchas veces bitcoins). Dado que entre los ficheros que sufren este tipo de ataque se pueden encontrar los de backup, la regla del 3-2-1 ha evolucionado, como mejor práctica, hacia un 3-2-1-1-0. Podría parecer que estamos hablando de la alineación de un equipo de futbol pero no… Os explico qué indican las dos últimas cifras: Una copia offline o airgapped. A las copias de la metodología 3-2-1, se añade una copia adicional aislada de los sistemas de información que, además, tiene que ser una copia inmutable. Se trata de asegurar que la imagen es solo de lectura y no puede manipularse, modificarse o cifrarse después del backup. Es decir, se trata de una copia adicional de los datos en un entorno lo más aislado posible de los data centers y sobre un almacenamiento que impida la modificación de los datos, por ejemplo un almacenamiento orientado a objetos. De esta forma, se evita que un ransomware pueda afectar a esa copia y, en el improbable caso de que ocurriera, no podría modificar los datos. A esa nueva copia aislada e inmutable se la denomina Tercera copia.Cero errores. Los backups tienen que ser verificados para comprobar que no tienen ningún error. Ventajas de tener la tercera copia en cloud Esta tercera copia se puede hacer en un tercer CPD, diferente del principal y del de respaldo, o bien en la nube. Cloud presenta características que la hacen idónea para esa tercera copia, como el hecho de disponer de capacidad “infinita” de almacenamiento, poder aislarla de los CPD productivos y disponer de modalidades de almacenamiento que garantizan la no modificación de los datos. De hecho, muchas veces las empresas y organismos públicos utilizan el caso de uso de Tercera copia como la primera forma de probar servicios en la nube pública. Otra posibilidad que ofrece la tercera copia, además de como repositorio de información de máxima seguridad, es poner en marcha las aplicaciones del negocio en caso de que un desastre afecte a los CPD principal y de respaldo. En ese supuesto la nube también puede resultar muy útil porque permite disponer del cómputo apagado (tantos servidores virtuales como contenedores) y empezar a pagar por su uso solo en caso de desastre en los CPD habituales. Imagen: Kamil Porembinski «Remote Care»: inteligencia artificial para cuidar a las personas mayoresEl poder de una sonrisa (en el trabajo y en la vida)