Noticias fantásTICas de septiembre

Mercedes Núñez    29 septiembre, 2022

Es verdad que terminaba las noticias fantásTICas de agosto señalando que las de septiembre prometían pero, sinceramente, no esperaba empezar las noticias fantásTICas de septiembre con la primera misión de defensa planetaria. Sí, me estoy refiriendo al impacto de la misión espacial DART contra el asteroide Dimorfo para intentar desviar su trayectoria.  

Pero no solo eso: al parecer, el futuro de la Estación Espacial Internacional es convertirse en una ciudad. Y, según se dice estos días en la tercera edición de la Cumbre del turismo espacial este será una realidad en un corto espacio de tiempo. Seguro que no eclipsa al de sol y playa pero elevaremos las miras.

Imagino que exigirá preparación, como la de los astronautas, aunque en su caso tiene mucho también de trabajo mental.

Pasos de cebra en 3D y coches autónomos con ojos

Muy ingenioso y original me ha parecido el paso de cebra en 3D que han pintado en El Campillo (Huelva) para alertar a los conductores en un entorno escolar. Ahora resulta difícil ignorar las líneas blancas que se ven como si fuesen cuerpos geométricos que levitan sobre el suelo, dotadas visualmente de altura y sombra.

Con la misma idea de reducir accidentes, la Universidad de Tokio recomienda que los coches autónomos tengan ojos. Puede que os recuerden un poco a Rayo McQueen pero dicen los expertos que ayudará a que los peatones se den cuenta de si un vehículo ha registrado su presencia o no.

La muñeca con un motor de inteligencia emocional

¿Generará esta idea rechazo? Más siniestras son las muñecas antiguas de porcelana. Pero para inquietante el avatar 3D de la muñeca con un motor de inteligencia emocional , capaz de entender, sentir, aprender y hablar en tiempo real. Aunque tampoco es nada al lado del descubrimiento que nos acerca a la creación de vida artificial compleja.

El «frigo fiestero» y el váter del futuro

Complicado de entender resulta el “frigorífico fiestero”. Sin duda, hubiera tenido cabida en el divertido post de la rebelión de los electrodomésticos inteligentes que escribió una compañera hace ya más de un lustro.

En cambio, la reinvención del váter, que ha conquistado a Bill Gates, enarbola la bandera de la eficiencia energética y la sostenibilidad.

El bosswashing y la campaña de la RAE

Bosswashing ha sido uno de los «palabros» que me ha zarandeado este mes. Se refiere al lavado de imagen que hace la gente en Linkedin, el “postureo”, vamos.

Bosswashing, greenwashing… este tipo de expresiones cada vez son más frecuentes. Por eso aplaudo la genial campaña de la RAE “Madre lengua solo hay una”, ¡no os la perdáis porque tiene guasa!

Y termino esta selección de noticias fantásTICas de septiembre advirtiéndoos que esta temporada vuelven los pantalones fuseau, un clásico de los 80. En los últimos tiempos también se ha escrito bastante de la segunda juventud de lo analógico. Pues bien, ya hay un videojuego, no para llevarnos al año 2050, sino para convertirnos en marmolistas del Imperio romano.

En un mes, las noticias fantásTICas de octubre.

Imagen: Eduardo Francisco Vázquez

Dagmara y Belén: #MujeresHacker que convierten los datos en conocimiento

Nacho Palou    29 septiembre, 2022

Big Data es la tecnología de digitalización que ayuda a convertir los datos en conocimiento. Datos que en ocasiones son muy diversos y se encuentran dispersos, incluso ocultos. Que muchas veces parecen no tener sentido o importancia. Pero los datos encierran conocimiento, y cuando se encuentran, recogen, ordenan y analizan de la forma adecuada revelan todo su valor.

Dagmara y Belén son pioneras en convertir volúmenes masivos de datos en un activo valioso para las empresas: Big Data da sentido a los datos y permite que organismos y organizaciones basen en ellos sus estrategias de negocio para encontrar nuevas oportunidades y ser más eficientes.

  • Dagmara Wojcik, nuestra experta Tech, es product manager en Telefónica Tech. Desarrolla proyectos que hacen uso de drones para capturar datos de infraestructuras de obra civil o de instalaciones energéticas para, entre otras cosas, detectar, prevenir y resolver incidencias aplicando sistemas avanzados de Inteligencia Artificial.
  • Belén Arbizu es estudiante en 42 Málaga, uno de los campus de programación 42 que Fundación Telefónica tiene en España. Belén hizo la carrera de Marketing e Investigación de Mercados, hasta que descubrió qué era Big Data y su potencial de aplicaciones. Estudió un máster de Big Data, pero eligió 42 Málaga para especializarse en Inteligencia Artificial y Big Data.

* * *

En esta entrevista doble y mutua Dagmara y Belén conversan acerca de cómo y por qué han orientado sus carreras hacia al ámbito Big Data. Una conversación que pone en común su experiencia y que comparten para ayudar a que otras personas con interés en tecnologías como Big Data e Inteligencia Artificial hagan de ellas su profesión —de las más demandadas hoy— aunque no hayan cursado una carrera técnica.

Belén (izq.) y Dagmara durante la entrevista.


(Belén) ¿Cómo acabaste trabajando en al ámbito Big Data?

(Dagmara) Lo conocí en mis primeros años de carrera profesional cuando asistí una charla introductoria. Me llamó mucho la atención, porque a partir de ahí empecé a encontrar sentido a todo lo que había estudiado.

Entonces decidí que era un área a la que quería dedicarme, lo que tuve ocasión de hacer cuando comencé a trabajar en una empresa especializada en Big Data que desde 2016 forma parte del Grupo Telefónica.

(Dagmara) Y en tu caso, Belén, ¿qué fue lo que te llamó la atención del ámbito Big Data?

(Belén) Al principio no fue por la tecnología sino por sus posibilidades. Oí hablar de Big Data por primera vez durante el último año de la carrera de Marketing. Investigué por mi cuenta y me llamó la atención cómo funciona y cómo permite dar valor a un montón de datos que por separado parecen no tener sentido.

Big Data da sentido a los datos y se puede aplicar a cualquier sector, incluso a proyectos humanitarios.

Belén

(B) ¿Encontraste muchas dificultades para comprender los conceptos relativos a Big Data?

(D) En mi caso, con una formación técnica, tenía la base necesaria para entender conceptos como qué es una base de datos, un análisis de datos o programar… aunque luego siempre necesitas aprender cosas muy específicas del ámbito Big Data: cómo funciona, en qué consiste el procesamiento distribuido, sus particularidades… Pero adquiriendo unas nociones básicas Big Data no es nada complicado de comprender.

(B) Entonces, ¿qué formación recomiendas a alguien que quiera dedicarse a esta especialidad?

(D) Cualquiera que te haga pensar (ríe) No tiene que ser necesariamente una carrera técnica, pero sí una que te haga ejercitar las neuronas.

En el ámbito Big Data cualquier formación es bienvenida. Todo el mundo tiene algo que aportar; incluso alguien que venga de filología, por ejemplo… Big Data y todas las técnicas de Inteligencia Artificial van muy de la mano y al final una persona técnica necesita de otras disciplinas para encontrar aplicaciones en el mundo real.

Eso es muy enriquecedor y crea equipos multidisciplinares maravillosos. Así que, en cuanto a formación, la que tú quieras en realidad: lo que cuenta son las ganas y el interés por crear soluciones útiles.

En Big Data cualquier formación es válida como punto de partida: la parte técnica siempre necesita de otras disciplinas para encontrar aplicaciones útiles.

Dagmara

(D) ¿Cómo decidiste meterte en un máster de Big Data? ¿No te dio miedo que fuera demasiado técnico?

(B) Me dio miedo, sí (rie)

(D) Pero te lanzaste igualmente… (ríe)

(B) Sí, me llamaba mucho la atención.

(B) Y cuando acabaste el máster, ¿notaste que te faltaba cierto bagaje técnico?

(B) Sí. Ahí es cuando empecé a estudiar ingeniería informática.

(D) ¡Pero acabaste en 42! Me encantaría saber cómo sucedió eso, cómo diste ese paso… Me llama la atención porque además renunciaste a la titulación oficial.

(B) Cuando descubrí 42, su metodología y plan de formación, tenía que esperar un año antes de entrar. Dediqué ese año de espera a estudiar ingeniería informática para no perderlo, pero lo dejé porque no quería estudiar otra carrera sino formarme en 42, con un plan formativo muy orientado a lo que yo quería.

La carrera te da el título, pero 42 te da los conocimientos y la especialización necesaria en cada momento.

Belén

(D) ¿Es 42 lo que esperabas? ¿Cómo es?

(B) Fui un poco sin saber qué esperar, a la aventura. Me gusta mucho la metodología y no tener ni clases ni horarios, ir cuando pueda o quiera… me llamó la atención lo mucho que se aprende, también de los compañeros.

Allí todo el mundo tiene las mismas ganas de aprender que tú… nadie pasa la piscina de 26 días [el proceso de selección de 42] si no le interesa. Y el hecho de que sea gratis (ríe) también es un punto importante.

(D) ¿Ves útil la formación que estás recibiendo en 42?

(B) Sí. Desde abril he aprendido mucho. No me esperaba aprender tanto… ahora estoy en la parte común y luego pasaré a especializarme Big Data e Inteligencia Artificial.

(D) ¿Crees que volverás a encontrarte con el marketing?

(B) No lo descarto, creo que se complementa con mis nuevos conocimientos en Big Data.

(D) Ya te adelanto que te lo volverás a encontrar… (ríe) El marketing es uno de los sectores que más provecho saca de ese valor que tienen los datos.

(B) Y tú, Dagmara, después de toda tu trayectoria, ¿volverías a elegir Big Data?

(D) Si, estoy muy contenta con los proyectos de Big Data en los que he trabajado.

(B) ¿En qué tipo de proyecto estás trabajando ahora?

(D) Ahora estoy trabajando con drones: los equipamos con sensores que recogen datos que después analizamos con Inteligencia Artificial para obtener conocimiento, respuestas y soluciones.

(B) Eso tiene muy buena pinta…

(D) Si, es de esos proyectos que dices “ostras, mi trabajo mola” (ríe)

(D) Belén, ¿animarías a otras personas a que se inscriban en 42?

(B) Sí. Cualquier persona que tenga un mínimo interés por el mundo digital debería plantearse ir a 42, porque allí se va a formar en los aspectos que realmente va a necesitar en su vida profesional.

(D) Porque nadie sale de una carrera convencional sabiendo Big Data o Blockchain, las cosas como son…

(B) Exacto. La carrera te da el título, pero 42 te da los conocimientos y la especialización necesaria en cada momento porque sus contenidos se adaptan en tiempo real al desarrollo de la tecnología.

Eso sí, la piscina es exigente. Pero merece la pena el esfuerzo por la metodología y el conocimiento que adquieres en 42. Y también por la gente que conoces.

(D) Eso es importante… (ríe)

(B) Si, el esfuerzo se hace más llevadero cuando se comparte.

(B) ¿Qué consejo darías a alguien que quiere estudiar o que le interesa la programación?

(D) Buena pregunta… (ríe) Como todo en la vida siempre hay cosas que te gusta más y otras menos… Mi consejo es no intentar ir siempre a lo que te gusta, sino poner empeño en entender lo que te gusta menos y en aprender a amarlo. Porque igual acabas descubriendo su belleza y te acaba gustando. A veces algo no nos gusta simplemente porque no lo conocemos.

No intentes ir siempre a lo que te gusta. Esfuérzate también en entender lo que te gusta menos, igual acabas descubriendo su belleza.

Dagmara

(B) Me pasó con Big Data: simplemente no lo conocía…

(D) Sí. Y el ámbito Big Data tiene tantas aplicaciones que probablemente no te gusten todas… pero en todos los proyectos aprendes algo. El secreto está en tratar de entender el problema que tienes que resolver.

Muchas veces a los humanos lo que nos gusta es ayudar y resolver problemas, y es entonces, cuando nos sentimos útiles, donde encontramos la satisfacción personal y profesional.

* * *

Si quieres saber más sobre los campus de programación 42 que Fundación Telefónica tiene en España, visita 42 Barcelona42 Madrid42 Málaga 42 Urduliz (Bizkaia).

Conoce más sobre #MujeresHacker en Telefónica Tech y 42:

La importancia del factor humano en ciberseguridad

Marta Mallavibarrena    28 septiembre, 2022

En el panorama actual se descubren decenas de vulnerabilidades cada día (una media de 50 en 2021), y los atacantes encuentran nuevas e ingeniosas formas de aprovecharlas. Es obvio que desde el sector de la ciberseguridad es necesario igualar los esfuerzos para evitar que estos ataques tengan éxito. 

Esta carrera tecnológica ha llevado a innumerables avances y desarrollos en la infraestructura tecnológica de empresas e instituciones, pero no podemos olvidar un factor crítico: las personas, sistemas con cientos de vulnerabilidades conocidas desde el inicio de los tiempos, en su gran mayoría sin corregir.

Según datos recogidos por Proofpoint, un 20% usuarios habría interactuado con correos electrónicos que contenían archivos maliciosos, y otro 12% habría accedido a los enlaces facilitados en dichos correos. Diversas fuentes señalan el porcentaje de fugas de información producidas por empleados entre el 88% y el 95%. Ignorar este factor humano en ciberseguridad supone un enorme riesgo para las organizaciones.

¿Por qué ocurre?

A pesar de que existen infinitas causas y motivaciones por las que una acción humana puede desencadenar un incidente de seguridad, desde un insider que intencionalmente comparte información de la compañía, a un error accidental que deja expuesta la información, el foco de este artículo son aquellos casos en los que existe una intencionalidad por parte de un atacante, pero no por parte de la víctima. Ejemplos más comunes de este tipo de casos son: campañas de phishing, vishing (por teléfono) o smishing (por SMS).

Las técnicas empleadas en este tipo de ataques no han cambiado demasiado con el tiempo. Los mismos métodos que empleaba Frank Abagnale Jr. en los años 60 o Kevin Mitnick entre los 80 y los 90 para llevar a cabo los fraudes que les hicieron famosos, son igual de efectivos hoy en día. Algunos de ellos, como los planteados por Cialdinni, se siguen empleando en marketing y comunicación, e incluso los hemos tratado con anterioridad en el blog.

Si crees que la tecnología puede solucionar tus problemas de seguridad, ni entiendes los problemas ni entiendes la tecnología.

Bruce Schneier

Al conjunto de técnicas y procedimientos empleados para tratar de motivar al usuario para realizar alguna acción en favor de los cibercriminales se le conoce como Ingeniería Social. A pesar de que también se le denomina con otros nombres más artísticos, como “manipulación mental” o “human hacking”, no es más que una aplicación más de la persuasión o el cambio de actitudes.

En este contexto, desde la psicología se plantea el Modelo de Probabilidad de Elaboración (ELM por sus siglas en inglés). El nivel de elaboración de una persona se basa en dos factores: su capacidad para entender el mensaje, y su motivación para hacerlo. Siendo sinceros, al leer el correo electrónico el lunes por la mañana antes del primer café, no tenemos ninguna de las dos cosas.

Los cambios de actitud producidos en un sujeto en alta elaboración se procesan por la llamada “vía central”, y son más profundos y duraderos en el tiempo, pero requieren de argumentos más fuertes para surtir efecto. Por suerte para los cibercriminales, es suficiente con que dure los segundos necesarios para que las víctimas sigan un enlace o introduzcan sus credenciales, por lo que no es necesario que la víctima esté prestando demasiada atención.

Esta combinación de factores hace que un empleado bajo el efecto de factores como el cansancio, el estrés o el sueño sea la víctima perfecta de la ingeniería social. Lo que no quiere decir necesariamente que de estar en perfectas condiciones no podamos caer víctima de las mismas técnicas, pero sí nos hace enormemente vulnerables.

¿Qué podemos hacer al respecto?

Dejando de lado el componente puramente tecnológico, y centrándonos en el humano, tanto empresas como usuarios podemos tomar medidas para tratar de reducir el éxito de estas técnicas de ingeniería social, como realizar campañas de conciencias y formación en la detección de mensajes y actividad fraudulenta u ofrecer vías de denuncia para que los usuarios puedan alertar en caso de detectarla, entre otras.

Como usuarios, también a nivel personal, es importante ser conscientes de nuestra huella digital: la información disponible sobre nosotros mismos en el ciberespacio puede ser utilizada para dirigir con mayor precisión ataques que empleen la ingeniería social.

La última actualización de Google cambia la forma de hacer SEO

Mercedes Blanco    28 septiembre, 2022

Reconozcámoslo, el SEO siempre ha sido la parte más árida y compleja del marketing digital. Es complicado y siempre está supeditado a las actualizaciones. Con cada core update (actualizaciones principales) de Google, nuestros sitios pueden verse afectados y comienza la travesía del desierto para descifrar qué factores prioriza el buscador para el posicionamiento orgánico.

Además, los últimos años no han sido nada fáciles.

La inteligencia artificial, los algoritmos, la forma que tiene Google de presentar los resultados de búsqueda (con cada vez menos elementos orgánicos) ha hecho pensar que el SEO ya no tiene tanta importancia como hace años en la visibilidad de los negocios. Pero es un gran error.

Lo que ha evolucionado es la forma de hacer SEO. La última actualización de Google, Helpful Content Update, nos da pistas de qué se valora y prioriza a la hora de aparecer en los primeros resultados de búsqueda.

Así que por mucho que queramos enterrar el SEO, nos queda cuerda para rato. Lo mejor que podemos hacer es reconciliarnos con él y ver cómo aplicarlo en nuestros negocios para conseguir más visitas, más tráfico y más visibilidad.

¿Qué ha cambiado y qué permanece?

Para responder a esta pregunta, quizá deberíamos pensar cómo cualquiera de nosotros buscábamos antes un dato o una información y cómo lo buscamos ahora.

Y aquí la palabra “antes” tiene un peso importante. En los años 90, los principales dispositivos de navegación eran los ordenadores de escritorio y apenas existían dispositivos móviles. Todo lo contrario a lo que sucede ahora, con una altísima penetración de los smartphones y con más dispositivos móviles que personas.

Esta evolución, no la única pero sí la más evidente, ha cambiado las reglas del juego. No se busca igual. No es lo mismo buscar “farmacias abiertas en domingo” que “farmacias cerca de mí”. En el primer caso, posiblemente tendremos que hacer clic en los resultados de búsqueda para comprobar la información. En el segundo, no. Son las búsquedas cero, que interpretan la intencionalidad del usuario y proporcionan toda la información resumida en el mismo resultado sin necesidad de hacer clic, como en el siguiente ejemplo:

Resultado cero en búsqueda de farmacias

Las palabras clave, la estructura de enlaces, los aspectos técnicos de una web, el caché, la velocidad del sitio, las redirecciones son factores que siguen ponderando -y mucho- en el posicionamiento orgánico, pero no son los únicos ni los más decisivos, como ocurría en el pasado.

Hasta aquí lo que ha cambiado. Vayamos con lo que se mantiene.

Lo que permanece es la idea de resultar útil al lector, visitante o usuario. Es decir, que el resultado de la búsqueda se ajuste a la intención del usuario y que cuando un usuario hace clic en un resultado obtenga la información deseada.

La evolución de las búsquedas y el SEO

Con este panorama, para muchas empresas es mucho más ventajoso aparecer en estas búsquedas cero que en las primeras posiciones orgánicas. ¿Motivos? Según un estudio de HubSpot, conducen hasta un 114% más de visitas que las primeras posiciones orgánicas tradicionales.

Quizá porque dan respuesta a los usuarios de una manera mucho más rápida, extractando lo más importante, quitando lo irrelevante y exponiendo lo que realmente busca el usuario.

¿Pero no siempre es así? En teoría, sí; en la práctica, no tanto. Con el desarrollo de la inteligencia artificial han surgido muchas webs que generan contenidos de manera automatizada, que intentan posicionarse por determinadas palabras clave y que generan contenido más para agradar al buscador que para satisfacer al usuario.

Son los sitios que solo están relacionados con las búsquedas en el titular y quizás en alguna frase en la introducción, en detrimento de otros sitios que sí que resultan útiles para los usuarios. La nueva actualización de Google quiere acabar con todo esto. 

Helpful Content Update, qué es y qué debo tener en cuenta

Google quiere favorecer el contenido útil “por y para las personas”, según su comunicado. O lo que es lo mismo, premiar los contenidos útiles hechos por personas y para las personas. No solo es que mire con lupa los contenidos generados por inteligencia artificial o contenidos automatizados, también manifiesta que deben ser contenidos útiles, tanto si los escribe un programa de IA como una mente pensante.

Quizá la pregunta está en saber qué considera Google un contenido útil. Para ello, debemos ir a los seis pasos que enumera el buscador para saber si nuestras webs están en línea con su última actualización. De ellos, los más destacables son:

  • Conocer de primera mano el tema que tratas, es decir, que seas un experto en la materia y que tus contenidos sean útiles para quienes los leen, no para el buscador. Es lo que en SEO se conoce como EAT (Expertise, Authoritativeness, Trustworthiness – experiencia, autoridad y confianza).
  • Contenidos únicos y originales. Nada de refritos ni adaptaciones de otros contenidos.
  • Estrategias SEO basadas en tu audiencia, en tu público, con contenidos dirigidos a estos perfiles.

¿Y cómo afecta a un negocio esta nueva actualización?

Realmente, si tu web sigue los consejos básicos de Google para el SEO, no deberías preocuparte. Tampoco si tus contenidos son únicos, originales y útiles.

Foto de Freepik

«La verdadera innovación no sale en las portadas»

Javier Lorente    28 septiembre, 2022

No hace mucho leí que “La verdadera innovación no sale en las portadas, ocupa las páginas interiores”. Lamentablemente no recuerdo la fuente. Es importante que entendamos lo que supone porque el mensaje subyacente es más profundo de lo que parece.

Quizá estés familiarizados con la metodología  del Hype cycle de Gartner  (el llamado “ciclo de sobreexpectación”). Esta curva asume que todas las tecnologías e innovaciones pasan por diversas fases antes de ser realmente aplicadas, convertirse en ubicuas y generar un impacto extensivo en el entorno.

Se pueden encontrar diversas curvas y aproximaciones equivalentes a la de Gartner pero, en esencia, todas dicen algo parecido. Y es que desde la posibilidad técnica de una solución hasta su adopción de forma masiva en un sector o segmento de clientes tienen que pasar muchas cosas.

En este artículo voy a exponer una propuesta propia de fases, algo más desenfadada que las de las grandes consultoras.

Fase de las portadas

Denomino así a la primera fase, en honor al contribuidor anónimo que ha inspirado este post. Esta fase se produce curiosamente en los medios de comunicación masivos, dirigidos al gran público, precisamente el segmento que más tardará en poder beneficiarse de lo que se está anunciando.

La fase de las portadas no tiene ninguna repercusión en el usuario o empresa de a pie, salvo las posibles conversaciones en torno a unas cervezas (o una mesa de Consejo), donde los participantes muestran a los demás lo actualizados que se encuentran en estos temas. Esta fase no es para usuarios finales, salvo aquellos a los que les gusta conocer las últimas tendencias.

La tecnología como promesa

Se trata de una fase para las empresas de tecnología, los inversores, las instituciones y también para los responsables de publicidad y marketing. Se producen pilotos de todo tipo, cuyo fin es generar una portada o nota de prensa, y quizá ayudar a ir dando forma a la tecnología. El mayor objetivo de esta fase es la generación de entusiasmo, la sensación de disrupción, de «nuevo amanecer». Se exageran los beneficios y se da por hecho que la implantación será impecable y sencilla.

Fase del purgatorio o de pilotos

Para denominarla me he inspirado en un informe de McKinsey sobre IoT. Tras esa primera fase de fuegos artificiales comienza otra, aún exploratoria, pero con algo más de sustancia y realismo. En ella se multiplican los pilotos -muchos de ellos aún con un fin mediático y algunos otros, cada vez más, con el objetivo de tantear el terreno para la implantación del uso de la tecnología en el día a día. Las empresas y usuarios reales se empiezan a enfrentar entonces con la dura realidad: integrar en sus procesos y estructuras actuales los avances tecnológicos que les permitirán transformar sus negocios.

Hora de “meterse en el barro”

En esta fase aparecen nuevos perfiles. Los principales protagonistas son los integradores, los ingenieros, los implementadores: profesionales cuya mayor capacidad es ‘meterse en el barro’. Deben conseguir que las ideas pasen de los laboratorios a las empresas, de las demos ‘cogidas con pinzas’ en ferias y eventos a escenarios en los que puedan usarse sin sobresaltos. Se trata de  convencer a personas que no tienen ningún interés en la tecnología en sí misma, sino en su negocio del día a día.

Desde mi punto de vista, es la fase más apasionante: los casos de uso van tomando forma. Pero también es la fase de los problemas reales e inesperados, la fase de las penurias: el purgatorio que se debe pasar para llegar a la siguiente pantalla.

Momento de afrontar y resolver problemas de todo tipo

Representa el momento de afrontar y resolver los problemas para la integración de lo nuevo con los sistemas existentes (en general obsoletos), problemas de interoperabilidad entre fabricantes, problemas para la custodia de los datos generados, problemas con la ciberseguridad… Problemas con la cultura de la compañía y el cambio de los procesos, con el reskilling de los equipos y las luchas de poder en la organización frente al nuevo equilibrio de responsabilidades tras los cambios. Problemas con las fases transitorias, con el retorno de la inversión, con la rentabilidad, con los plazos. Real y verdaderamente apasionante. Palabra de ingeniero.

Se muestra la cara bonita

Sobre esta “fase del purgatorio” no suele haber portadas, salvo aquellos casos en los que, afortunadamente, algunas empresas implantan con éxito los nuevos procesos y tecnologías. Muestran entonces al mundo sus mejoras en eficiencia, en productividad, en tiempos de entrega, en ventas y en satisfacción de usuario.

En ese caso ocurre como en los programas del tipo “Españoles por el mundo”, en los que solo salen los que tienen una vida fantástica fuera de España. Los números que se anuncian en esas noticias siempre son positivos. Pero en este momento aún no es aún fácil replicar el modelo. Las empresas que ilustran los casos de éxito pueden haberlo conseguido por cultura, destreza o simplemente por azar. Que ellas hayan logrado hacer una implantación rápida y sencilla no quiere decir que sea ubicua ni escalable.

Problemas operativos y organizativos, en la mayoría de los casos

Como la mayoría de los informes señalan, estos casos son la punta del iceberg. La otra cara es que son numerosos los pilotos que se abandonan, las tecnologías que se instalan y no alcanzan los objetivos previstos o, simplemente, los casos en los que se necesita más tiempo para llegar al momento dulce de uso de la tecnología. Los mismos informes apuntan que la mayoría de los problemas no son tecnológicos sino operativos y organizativos.

Afortunadamente muchas empresas salen de ese abismo de la desilusión y, lo que es más importante, aquellas cuyo negocio nuclear es la tecnología consiguen adquirir las habilidades necesarias, detectar los puntos críticos de la implantación e industrializar y sistematizar, dentro de lo posible, los procesos de implantación de la tecnología.

Se atribuye al Premio Nobel de Física Niels Bohr la frase “Un experto es una persona que ha cometido todos los errores que se pueden cometer en un determinado campo”. Pues bien, es en la fase del purgatorio en la que los integradores, proveedores de tecnología y profesionales de las empresas usuarias se convierten en expertos.

Fase de las estadísticas

Es la tercera y última fase de esta peculiar clasificación. Es muy fácil detectar el cambio de la fase anterior a esta otra. Son tantos los pilotos exitosos y los casos implantados que dejan de enumerarse de forma unitaria para convertirse en estadísticas del sector o de la tecnología.

Llegados a este punto, los distintos agentes han conseguido un grado de industrialización suficiente para que el purgatorio de los pilotos sea corto o incluso inexistente. Los fabricantes han ajustado sus productos tanto funcionalmente como en cuanto a modelo de negocio. Los integradores disponen de procesos y personal experto para afrontar los proyectos. Las empresas tienen multitud de ejemplos de cómo la tecnología puede ayudarlas.

Las organizaciones son entonces menos resistentes al cambio porque los empleados ven que el entorno está cambiando en esa dirección. Hay que dar menos explicaciones. No hay terreno inexplorado, otros lo han recorrido previamente e incluso existen ya mapas y sistemas de guiado para alcanzar con éxito el destino.

Un ejercicio interesante

Se podrían poner muchos ejemplos de estas fases en diversas tecnologías. Por ejemplo, ya totalmente asentadas, como cloud, en fases intermedias como IoT o más prospectivas con el metaverso. Quizá un ejemplo muy gráfico sea el del uso de las tecnologías de comunicaciones móviles para IoT. En 2018 y con 5G en una fase incipiente ya se empezó a hablar de 6G. Lo cierto ese año era que muchos de los casos de uso reales se implementaban con tecnologías 4G (como NB-IoT pero muchos clientes se planteaban ese tipo de casos de uso por el hype creado por las nuevas generaciones de comunicaciones móviles.

Os recomiendo, como pasatiempo entretenido, hacer el ejercicio de distinguir la fase en la que se encuentra una tecnología según el tipo de noticias (o ausencia de ellas) que encontréis. Así, uno luego podrá decidir si quiere ser inversor, early adopter, implementador, usuario, resistente al cambio o cualquier otro rol según la información filtrada.

Imagen: Jeff Eaton

Soluciones de Big Data e Inteligencia Artificial para la industria del turismo

Sabrina Muñoz    27 septiembre, 2022

Las tecnologías de Big Data y las técnicas de Inteligencia Artificial ofrecen un mundo infinito de oportunidades en todos los sectores de la economía, y especialmente en el turismo. Hablamos de tener la capacidad de comprender las necesidades reales de los turistas, además de posibilitar la optimización de los recursos de las ciudades, permitiendo que la actividad sea más sostenible con el medio ambiente.

El sector turístico, que genera uno de cada diez puestos de trabajo en el mundo, conoce la relevancia de aplicar las Tecnologías de la Información y la Comunicación en sus áreas de actividad.

Como oportunamente menciona la Organización Mundial del Turismo (OMT) que celebra hoy 27 de septiembre el Día Mundial del Turismo, aplicar la innovación en la industria turística permitirá al sector mantenerse a la vanguardia de los modelos de negocio al generar iniciativas asociadas a la transformación digital, que incrementen el conocimiento de los turistas y mejoren la toma de decisiones.

Uso de dispositivos móviles, una revolución social

Paralelamente a la revolución tecnológica que están viviendo todos los sectores, está presente en todos nosotros la llamada revolución social. A través de los dispositivos móviles, los turistas están cada vez más ocupados, más conectados y en movimiento.

Con sus conexiones móviles nos dejan huellas para que las conozcamos, lo que llamamos “huellas digitales”. Esta información, aplicada en el contexto de la protección de datos asociados, permite a las entidades públicas y privadas tomar decisiones para el desarrollo inteligente de los destinos turísticos, ayudando a obtener una visión 360º del turista con el fin de anticipar sus necesidades y adecuar los servicios públicos a la realidad del visitante.

Telefónica, como empresa global de telecomunicaciones y a través de su unidad de negocios digitales, Telefónica Tech, inició hace varios años el camino de brindar soluciones acordes a la huella digital que nuestros clientes nos dejan. De forma anónima, agregada y extrapolada, con el consentimiento previo del cliente, somos capaces de generar información que ayude en la toma de decisiones comerciales.

En palabras de Gonzalo Martín-Villa, Director Global de Telefónica Tech AI of Things, nuestra misión como empresa tecnológica siempre ha sido «impulsar la digitalización de empresas y organizaciones para que, utilizando la tecnología, sean más eficientes y competitivas».

¿Qué información nos dejan los turistas con sus conexiones?

La información que dejan se obtiene del análisis del comportamiento real de los turistas nacionales, de datos dinámicos de la red móvil (siempre de forma anónima y respetando la protección de datos) que permiten extraer insights de procedencia, segmentación, volumen, localización, tiempo de estancia y comportamiento en el lugar de destino del turista.

Basado en el estudio de variables como la actividad turística, la duración de la estancia y el origen se pueden responder varias preguntas como:

  • ¿Cuántos turistas visitaron mi ciudad?
  • ¿Qué periodos tienen más flujo de turistas?
  • ¿Cuánto tiempo permanecen los turistas en el municipio?
  • ¿Qué zonas eligen para pasar la noche?

Frente a un turista permanentemente conectado, en busca de experiencias personalizadas, los insights extraídos de la red de datos móviles, y la aplicación de tecnologías como Big Data, analítica avanzada, IoT e Inteligencia Artificial, se vuelven los aliados esenciales para ayudar al sector turístico a entender patrones de comportamiento y mejorar la oferta.

Conclusión

Ser capaces de acercarnos en el momento correcto, con la información adecuada, y prestar servicios de acuerdo con las necesidades reales de los turistas, sin duda, será la ventaja competitiva en cualquier actividad del sector turístico.

Todo ello, nos permitirá convertirnos en organizaciones data-driven, es decir, organizaciones donde los datos se convierten en activo más relevante para la toma de decisiones, pudiendo tomarlas basándonos en la realidad que nos rodea, y no más en inferencias o intuición.

¿Cómo protegerse de un ciberataque desde el punto de vista legal y económico?

Alicia Díaz Sánchez    27 septiembre, 2022

Las empresas están cada vez más preocupadas por la seguridad informática, pero aún no lo suficiente. Así lo demuestran las alarmantes cifras de cierres de negocios tras un ciberataque: el 60% de las pymes no logran recuperarse y se ven obligadas a echar el cierre a los seis meses de haber sido atacadas.

Lógicamente, les preocupa más su día a día: vender, gestionar sus stocks, conseguir nuevos clientes, fidelizar, etc. Pero la realidad es que una empresa, si es atacada y sus sistemas informáticos son vulnerados, todas esas preocupaciones ya no tendrán importancia, porque no podrán trabajar y muchas tendrán que cerrar.

No nos damos cuenta de que la informática e Internet lo dominan todo, incluso en negocios pequeños que, en apariencia, no tienen datos sensibles ni utilizan mucho la Red.

¿Qué empresa no emplea un ordenador para llevar su contabilidad, o accede a Internet para consultar información sobre tributación, modelos de impuestos, productos y servicios, etc.? Las brechas de seguridad están en todas partes.

Ciberataques sin estar conectado a la red

Pero no es necesario estar conectado a Internet para sufrir un ciberataque. Un simple USB o un disco duro pueden contener virus y provocar daños irreversibles.

Por otro lado, el error humano (abrir un enlace malicioso desde un SMS, Whatsapp o desde el correo electrónico) es, en la mayoría de los casos, el origen de muchos problemas. De ahí la necesidad de realizar campañas de concienciación entre los empleados sobre la importancia de la ciberseguridad.

Para estar protegido, lo primero que se debe hacer es implantar en la empresa soluciones informáticas de prevención y protección (antivirus, cortafuegos, conexión segura, etc.) y actualizarlas periódicamente. Así se impedirán gran parte de los ciberataques.

Pero conseguir una seguridad 100% es imposible. Por ello, la mejor opción es contar, además, con un ciberseguro que ayude a las empresas a protegerse de los problemas derivados de un ciberincidente

¿Por qué contar con un ciberseguro?

Al igual que existen seguros de automóvil, hogar, antirrobo e incluso antiokupas, que cubren principalmente los daños ocasionados en bienes inmuebles, las empresas pueden contratar un seguro que las ayude, tanto desde el punto de vista legal como económico, ante un incidente cibernético.

Para cubrir este tipo de contingencias, Telefónica ha lanzado Ciberseguro Empresas, que incluye:

  • Atención urgente y servicio de respuesta inmediata para la recuperación de la actividad normal tras un ciberataque.
  • Asesoría y asistencia legal. 
  • Indemnización por las pérdidas financieras sufridas tras la interrupción de los sistemas. 
  • Responsabilidad por seguridad en las redes, gestión y privacidad.

Así como cobertura frente a:

  • Sanciones administrativas.
  • Extorsión cibernética.
  • Errores humanos.
  • Fraude por transferencia de fondos.
  • Robo de identidad digital, siempre que se produzca por un acceso no autorizado a los sistemas.

1. En caso de ciberataque

Este supuesto se refiere a accesos no autorizados a los sistemas o ataques electrónicos, como pueden ser el ciberterrorismo, la denegación de servicio (DoS), troyanos, phishing, ransomware, virus informáticos, software espía

En caso de ciberataque, Telefónica pone a disposición del asegurado un equipo de profesionales que coordinará la respuesta inicial y que proporcionará apoyo informático durante todo el año las 24 horas del día.

Además, la empresa contará con un asesor externo de seguridad informática, que será el encargado de resolver cualquier incidente cibernético. Entre sus funciones destaca la contención y eliminación de cualquier software malicioso que se descubra en los sistemas.

El asegurado podrá contar también con abogados especialistas que le asesorarán y asistirán en los procedimientos legales y regulatorios que sean consecuencia de un ciberataque. Dicho equipo jurídico redactará las notificaciones que sean necesarias ante cualquier organismo gubernamental, normativo, policial, profesional o legal.

Por último, Ciberseguro Empresas de Telefónica ofrece el asesoramiento de un gabinete experto en comunicación que coordinará las relaciones con los medios durante una situación de crisis.

2. En el supuesto de vulneración de la privacidad

Se entiende por vulneración de la privacidad el acceso y divulgación no autorizada de información confidencial de la empresa, de clientes, proveedores o empleados. Incluye datos de carácter personal -que deben protegerse según el Reglamento de Protección de Datos (RGPD)-, y también información bancaria sobre tarjetas de crédito o medios de pago.

En este supuesto, el ciberseguro de Telefónica asume los importes que la empresa afectada esté legalmente obligada a pagar, como consecuencia de reclamaciones de terceros que se deriven de un ciberataque que haya comprometido la privacidad de las redes.

3. En caso de daños a sistemas informáticos

La protección abarca todos los sistemas operativos, software, hardware y todas las redes de sistema abierto y comunicaciones. Asimismo, incluye cualquier dato o sitio web, independientemente de dónde estén alojados (nube, bibliotecas multimedia offline, copias de seguridad de datos y dispositivos móviles).

En este supuesto, la póliza cubre los costes de reparación de los datos almacenados en los sistemas informáticos dañados por el ciberataque. También quedan cubiertos los costes por la restauración de los datos y la reparación de los componentes de las aplicaciones.

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Gestión remota de crónicos: distintos sistemas para cada necesidad y su complementariedad

Pablo Pascual Martos    27 septiembre, 2022

En este blog ya nos hemos referido en numerosas ocasiones a la gestión remota de crónicos. La tecnología ayuda a controlar la salud de las personas desde sus domicilios mediante la  monitorización de todas aquellas variables y biomedidas que necesitan ser atendidas de forma remota por un especialista para el control de las enfermedades.

Asistentes virtuales versus plataformas de IoT

Las plataformas tecnológicas que protocolizan el acto médico tienen como objeto la recogida de información de los pacientes para su posterior explotación por parte de los profesionales sanitarios.

Existen algunas diferencias entre las que utilizan los asistentes virtuales y las plataformas basadas en IoT. Las primeras se basan en la recogida vocal de las biomedidas en base a lo que les dice el paciente. Las segundas recogen los datos directamente de los dispositivos que tienen los pacientes en sus domicilios (tensiómetros espirómetros, básculas, termómetros, etcétera, que se envían a través de un hub a Internet).

Cada cual tiene sus ventajas e inconvenientes y no existe un criterio común sobre cuándo utilizar una u otra. La decisión de usar asistentes virtuales o plataformas basadas en dispositivos se deja en muchos casos en manos de los profesionales.

Cerca del 80 por ciento de la población que padece una enfermedad crónica no requiere un tratamiento que exija un dispositivo para su seguimiento. Pero para el 20 por ciento restante sí es posible o aconsejable usarlo para recoger de forma más eficiente desde su domicilio lo que está ocurriendo.

Por eso, y por razones de sostenibilidad del Sistema Nacional de Salud, el uso de dispositivos no debería ser masivo  y reservarse para el tratamiento de las enfermedades más graves.

Sistemas «completamente complementarios»

Recientemente tuve ocasión de asistir a un webinar, en el que uno de los ponentes era un Jefe del servicio de hospitalización a domicilio.

Habló sobre los asistentes virtuales y cómo estos podían ayudar a virtualizar y mejorar los protocolos asistenciales en estas unidades.

Quedó claro que los asistentes virtuales aportan una clara ventaja en el ámbito de la hospitalización a domicilio. Pero cuando al cierre de la sesión se le preguntó si consideraba que estos eran mas eficientes que otras plataformas de IoT que usan dispositivos para recoger biomedidas su respuesta fue llamativa.

No tengo elementos para comparar una y otra y saber cuál es mejor. Creo sinceramente que lo mejor es disponer de todas la herramientas para atender a los pacientes.

En este caso el asistente virtual de voz es una cuestión que deben plantearse las empresas o el proveedor del servicio  pero no creo que sean dos aspectos contrapuestos sino completamente complementarios”, dijo.

“Nosotros hemos insistido muchas veces en que a esta herramienta le falta la pata de monitorización de constantes de forma automatizada pero cómo se haga esto  (desarrollo propio, sinergia entre diferentes empresas, distintos sistemas de monitorización de varias compañías…) es una cuestión de estrategia empresarial. Nosotros solo sabemos que es una necesidad”.

La estrategia de Telefónica en gestión remota de crónicos

El posicionamiento del experto refuerza la estrategia que se sigue desde el vertical de Sanidad digital de Telefónica en el ámbito de la gestión remota de pacientes.

La compañía aporta, por un lado, tecnología para el tratamiento domiciliario de patologías que no necesitan dispositivos (las de la  mayor parte de los ciudadanos, como veíamos). Y, por otro, para  el caso de aquellos enfermos crónicos que requieren un seguimiento exhaustivo, complementa el uso de asistentes virtuales con la lectura automática de biomedidas mediante dispositivos y el uso de plataformas IoT, que permiten la gestión de los profesionales sanitarios desde los centro de salud.

Es el presente.

AI of Things (X) Entrega en 10 minutos: cómo la Inteligencia Artificial optimiza las rutas de reparto

Javier Coronado Blazquez    26 septiembre, 2022

Hoy en día, la rapidez e inmediatez es una necesidad para casi cualquier empresa, especialmente para aquellas del sector logístico dedicadas al transporte y entrega de mercancías. Debido al gran volumen de pedidos, es imprescindible intentar optimizar todo el proceso, incluyendo el reparto físico, e incluso reaccionar en tiempo real a posibles imprevistos. Esto es posible con la plataforma Artificial Intelligence of Things (AIoT), que combina Big Data e Inteligencia Artificial.

La analítica como herramienta de planificación

¿Cuántas veces hemos cogido el coche y nos hemos encontrado con un atasco inesperado en la ciudad? Especialmente en hora punta o si hay algún evento en la zona, es muy posible que un trayecto de 10 minutos se convierta en un frustrante toma y daca de media hora.

Imaginemos ahora que en vez de ir del punto A al punto B tuviéramos que estar constantemente desplazándonos por la ciudad, como sería el caso de una empresa de transporte que realice reparto de mercancía. En esta situación, posibles retrasos se irían acumulando sucesivamente, llegando a afectar gravemente a nuestra planificación logística.

Podríamos fantasear con remedar películas como el remake de The Italian Job (2003), donde, para atravesar la ciudad en el menor tiempo posible, hackean los semáforos de tal forma que puedan ponerse en verde cuando lo necesitamos. El reverso oscuro de esta idea también la encontramos en el cine: en La Jungla 4.0 (2007), un ciberterrorista paraliza varias ciudades dejando en verde todos los semáforos simultáneamente, creando cientos de accidentes.

Smart Mobility para optimizar rutas de reparto

Manteniéndonos dentro de la legalidad, existen distintas maneras de intentar optimizar nuestras rutas, tanto en tiempo real como para predicciones de posibles retrasos, con la llamada Smart Mobility. El primer paso si queremos trabajar en tiempo real es sensorizar nuestra flota de reparto, con el llamado Internet of Things (IoT).

Los sensores IoT permite conocer en cada momento el estado de toda la flota de vehículos y tener una trazabilidad total y tener conocimiento en tiempo real de cualquier incidencia

En general, estos sensores se conectan de forma sencilla y no invasiva al conector OBD (On-Board Diagnostics) del vehículo. De esta manera, podremos conocer en cada momento el estado de toda nuestra flota y tener una trazabilidad total. Si un vehículo de reparto se desvía de la ruta, se queda sin batería, sufre una avería o excede la velocidad máxima el sistema mandará una alerta inmediata.

En los últimos años los costes de esta infraestructura IoT se ha reducido drásticamente. Hoy en día, los sensores en sí, la conexión a la red y la plataforma de procesamiento de la información resultan muy asequibles a nivel empresarial, con soluciones paquetizadas de los principales proveedores de servicios Cloud.

Seguimiento y localización en tiempo real de cualquier mercancía en ruta

Todo esto, además, con los máximos estándares de seguridad y privacidad, empleando tecnologías como Blockchain. Con ello, podremos tener un seguimiento y localización en tiempo real de cualquier mercancía en su ruta, incluyendo como condiciones ambientales (humedad, temperatura, presión, vibraciones…) con alertas en caso de exceder ciertos parámetros, así como detectar una posible manipulación o apertura.

El siguiente reto es planificar la ruta para cada uno de esos vehículos de reparto. Esto es posible gracias a la combinación de IoT e Inteligencia Artificial (IA) en la plataforma Artificial Intelligence of Things (AIoT). Combinando los datos de sensores IoT con la analítica avanzada de la IA, se tendrán en cuenta factores económicos, operativos y energéticos para aumentar la eficacia operativa.

La ruta óptima (es decir, aquella que suponga menor tiempo/consumo de combustible), no tiene por qué ser la más corta en distancia. Por ejemplo, si existen peajes puede que la ruta con menor coste global sea una que suponga tomar un pequeño desvío para no emplear esa vía de pago. A la hora de asignar repartos a los diferentes vehículos y determinar el mejor itinerario, la IA tendrá en cuenta parámetros como la combinación de los paquetes a entregar, plazos temporales de entrega o recogida, características de los productos, volumen de carga, tipo de vehículo e información de sus sensores, etc.

Cuantos más datos de calidad tengamos mejor será la predicción que pueda hacer la inteligencia artificial, pues empleará más información para tomar sus decisiones.

Todos estos datos son internos, es decir, información generada por la propia compañía. Sin embargo, podemos enriquecerlos incorporando fuentes externas. Este nuevo conocimiento puede ser crítico a la hora de planificar nuestra ruta. En general, cuantos más datos tengamos (siempre que sean pertinentes y de calidad), tanto en variedad como en extensión, mejor será la predicción que pueda hacer la Inteligencia Artificial, pues empleará más información para tomar sus decisiones.

Por ejemplo, podemos añadir información meteorológica, para prever si va a haber una gran tormenta de nieve o lluvias torrenciales que potencialmente afecten a la cadena logística. En tal caso, la ruta óptima en cuanto a tiempo puede suponer un gran desvío sobre la ruta base.

Otra fuente externa importante es aquella referente a calendarios, tanto de festivos como de eventos o incidencias (cortes de calles o carreteras por eventos deportivos, manifestaciones, festivales, etc.). Finalmente, datos estadísticos de tráfico pueden ser empleados para predecir atascos, según la geografía, época del año, hora…

Así, la IA diseñará la ruta óptima teniendo en cuenta todas estas condiciones de contorno. Aún con todo, esto sólo nos permite planificar a priori nuestra ruta, pero no podremos reaccionar en tiempo real a imprevistos. ¿O sí?

Los reflejos de la IA

Imaginemos ahora que tenemos nuestro itinerario perfectamente diseñado y optimizado, teniendo en cuenta todos los factores pertinentes. Ahora bien, si hubiera un accidente que bloqueara una calle, o un gran atasco que no esperábamos, sufriríamos un retraso imprevisto. ¿Hay manera de reaccionar a esto en tiempo real?

Aquí entran en juego servicios como Smart Steps de Telefónica. Con esta tecnología, es posible geolocalizar los dispositivos móviles, bien por la ubicación en base a la red móvil o a la red WiFi.

Esto permite, por ejemplo, ver si una tienda o una calle está muy concurrida ahora mismo, analizando los patrones de movimiento de los dispositivos individuales. Siempre con unos datos anonimizados, ya que sólo son relevantes en conjunto, se puede calcular la afluencia, usando tanto datos en streaming como empleando el histórico de datos.

Esto también permite estimar la densidad de tráfico en tiempo real. Por ejemplo, si existe un gran embotellamiento Smart Steps detectará cómo sendos dispositivos se desplazan a trompicones por la calzada, muy lentamente, generando una alerta de atasco.

Con toda esta información, la IA puede actualizar en tiempo real la planificación, es decir, tener capacidad prescriptiva. Por ejemplo, imaginemos que estamos en un núcleo urbano haciendo unas entregas en el barrio A, pero dentro de un rato nos desplazaremos al barrio B.

La principal ventaja frente a la reacción de un ser humano es que la IA posee toda la información disponible, y por tanto va a tomar una mejor decisión.

Si en la ruta óptima precalculada ha ocurrido un accidente que ha generado un atasco, la IA empleará toda esta información en tiempo real para diseñar un nuevo itinerario on the go, modificar horas de entrega, priorizar el orden, mandar un mensaje al cliente final con posibles actualizaciones, etc.

En resumen, la plataforma AI of Things ofrece un valor diferencial a cualquier empresa que busque aumentar la eficacia operativa de sus procesos logísticos, teniendo una trazabilidad completa de su flota de vehículos, una optimización de las rutas de reparto y un sistema de alertas en tiempo real ante posibles imprevistos.

🔵 Para más contenido sobre IoT e Inteligencia Artificial, no dudes en leer otros artículos de nuestra serie, cuyo primer artículo puedes encontrar aquí:

Ventajas de las herramientas de medición del desempeño

Raúl Salgado    26 septiembre, 2022

Lo que no se mide no se puede mejorar. Y lo que no se mejora, se degrada siempre”. Es una frase del matemático William Thomson Kelvin, que también resulta aplicable a la medición del desempeño y el incremento de la productividad.

Todas las compañías, al margen de su sector o actividad, necesitan saber cuán productivas son sus plantillas, para lo que resultan imprescindibles métodos y herramientas para evaluarlas de manera precisa. Y así beneficiar también a los equipos de trabajo.

“Un profesional solo podrá mejorar y elevar su nivel de desempeño si conoce y, sobre todo, entiende de forma clara e inequívoca las expectativas que tiene la organización sobre su trabajo y su rendimiento”. Y para lograrlo, Joan Pons, CEO de Workmeter, recomienda definir los objetivos, tanto cuantitativos como cualitativos.

Sin embargo, Pons asegura que marcar metas no es suficiente. Y que para evaluar correctamente los niveles de productividad, hay que tener en cuenta también cuánto tiempo de trabajo se ha necesitado para lograr esos retos y en qué tareas concretas se ha empleado ese tiempo.

“Esta información nos permitirá calibrar si esos objetivos son realistas, demasiado ambiciosos o si tenemos que mejorar nuestra gestión del tiempo”, añade.

Herramientas de medición del desempeño

Por todo ello, en opinión del CEO de Workmeter, hay que disponer de un software de medición del desempeño que permita identificar los puntos y áreas de mejora en cualquier organización, compararlos y analizarlos.

La misión, a su juicio, pasa por obtener datos que guíen la toma de decisiones, ayuden a la gestión del equipo y que, al mismo tiempo, faciliten la autoevaluación por parte de los empleados. 

Pons defiende una recogida de datos automática y en tiempo real, y cree que las herramientas de medición tienen que proporcionar, tanto a la organización como al trabajador, datos de actividad (hora de inicio y fin de la jornada para cumplir la Ley de desconexión digital, la de registro horario o la de trabajo a distancia), tiempo invertido en proyectos, tareas y uso de las aplicaciones corporativas, pausas, foco, etc.

En otras palabras: el gran reto es lograr información que ofrezca pistas para potenciar los comportamientos que den mejores resultados, corregir los déficits y cambiar rutinas con el fin de impulsar el rendimiento de la organización. 

En definitiva, “el análisis de la relación entre los objetivos y la medición / gestión del tiempo es la única vía para evaluar los niveles de productividad de una compañía”, destaca Pons.

Beneficios “ocultos” de medir el desempeño

Las herramientas de medición de la productividad no deben buscar tanto la vigilancia e intromisión en el trabajo de los empleados como la ayuda para conciliar, desconectar o ganar autonomía.

En este contexto, pueden surgir resistencias al cambio, que siempre requiere un periodo de adaptación. Pero está demostrado que el uso de herramientas para evaluar y medir el desempeño ofrece una serie de ventajas o beneficios “ocultos” que Workmeter ha recogido en el siguiente listado:

Desconexión

Los sistemas de medición no sirven únicamente para saber cuántas horas pasa una persona delante del ordenador, sino para descubrir si está echando horas de más y alertarla de que necesita desconectar o hacer una pausa.

Conciliación

Estas herramientas son vitales para ajustar la jornada a los momentos de trabajo idóneos, lo que cobra especial importancia con el auge del teletrabajo y de la flexibilidad horaria. “De esta forma, el trabajador no será esclavo de su tiempo, sino que el tiempo se ajustará a sus necesidades”, remarcan desde Workmeter.

Autoconocimiento

Uno de los mejores regalos que puede recibir un profesional es conocimiento sobre sus fortalezas y debilidades, dado que esa información contribuirá a descubrir sus momentos de mayor rendimiento, el tipo de tareas que requieren más tiempo, etc.

En definitiva, conocimiento puesto al servicio de la productividad, para lo que también pueden ser convenientes los programas de formación.

Integración y valoración

“La clave del éxito de una herramienta de medición está en la mutua confianza entre empresa y trabajador. Pero, además, el propio uso de la herramienta fomenta esa confianza y que el profesional se sienta más valorado.

Empoderamiento

Las herramientas de medición “liberan a los trabajadores e impulsan el tránsito de una cultura de supervisión y atar en corto a otra de soltar amarras con la que los profesionales ganan autonomía”.

Según Workmeter, este cambio tiene dos efectos fundamentales: la mejora de la autoconfianza y seguridad de los empleados y el fomento de un estilo de liderazgo menos jerárquico y más de ayuda y coordinación.

Control

El objetivo no es atenazar al trabajador, sino proporcionar un control en su acepción de orden. “Todos necesitamos un mínimo de orden en nuestra vida. El orden nos proporciona seguridad, tranquilidad y nos ayuda a optimizar ese bien tan valioso como escaso que es el tiempo. Y un trabajador que cuenta con herramientas para optimizar su tiempo es un trabajador no solo más productivo sino también más satisfecho”, aclaran desde Workmeter.

La Ley de teletrabajo, un impulso

La pandemia revolucionó por completo las mecánicas y dinámicas de trabajo de buena parte del ecosistema empresarial, sobre todo al hilo de la extensión del teletrabajo. Este también ha propiciado la implantación de sistemas de medición del desempeño con los que evaluar la productividad de los empleados que trabajan en remoto.

“Los sistemas de medición están en la base del teletrabajo y otras modalidades de trabajo flexible, pero no únicamente son útiles para el trabajo en remoto. En los últimos dos años hemos podido observar cómo muchas compañías han imprimido un cambio cultural orientado hacia la medición del desempeño laboral y la digitalización de los procesos”.

El CEO de Workmeter opina que los sistemas de medición son indispensables tanto en el trabajo a distancia como en el presencial, al constituir una fuente de mejora que reporta beneficios a empresas y trabajadores.

“El oscurantismo que durante mucho tiempo ha gobernado los hábitos laborales no beneficia a nadie. Al contrario, solo provoca desconfianza, desmotivación y pobres resultados. Los sistemas de medición no solo aportan transparencia a los procesos y a la manera en que trabajadores, equipos y empresas abordan su día a día, sino que también son un trampolín para el crecimiento de cualquier profesional”, concluye Pons.

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