Inteligencia Artificial conversacional: hacia los agentes más humanos

Jorge A. Hernández    14 diciembre, 2025

Aunque se viene hablando de inteligencia artificial desde mediados del siglo pasado, la última revolución tecnológica radica en la forma de comunicarnos con ella. Esta es una tendencia que se basa en la IA conversacional. ¿Qué representa y hacia dónde nos dirigimos?

Para empezar, es necesario diferenciar la inteligencia artificial conversacional de los chatbots tradicionales. Mientras que estos últimos son programas basados en reglas predefinidas que responden a entradas específicas, la IA conversacional va mucho más allá al utilizar tecnologías avanzadas como el procesamiento del lenguaje natural (NLP) y el aprendizaje automático.

La inteligencia artificial conversacional ha evolucionado desde sistemas básicos de respuesta programada hasta convertirse en una interfaz dinámica capaz de razonar y ejecutar tareas complejas. Esta tecnología, que permite a las computadoras simular conversaciones humanas mediante texto y voz, ha trascendido su función original de atención al cliente para integrarse en el núcleo operativo de las empresas.

En la actualidad, su desarrollo está marcado por el surgimiento de la IA agéntica: sistemas autónomos que perciben, razonan y actúan para cumplir objetivos empresariales sin intervención humana constante, lo que cambia fundamentalmente la interacción entre humanos y máquinas. El auge de esta tecnología se cimenta en la maduración de los Grandes Modelos de Lenguaje (LLM) y la drástica reducción de la latencia en el procesamiento de datos.

Anteriormente, las interacciones por voz sufrían retrasos de varios segundos, lo que rompía la fluidez natural. Sin embargo, para 2025, los avances en arquitecturas de transmisión y computación en el borde han logrado tiempos de respuesta inferiores a los 300 milisegundos. Esta capacidad técnica permite interacciones en tiempo real indistinguibles de una conversación humana, lo que facilita su adopción masiva en infraestructuras críticas donde la velocidad es esencial.

Hablemos de cifras

Según Grand View Research, el tamaño del mercado de IA conversacional se estimó en 11.580 millones de dólares en 2024 y se proyecta que alcance los 41.390 millones para 2030. Este crecimiento no es lineal, sino que se ve potenciado por la integración de capacidades multimodales que permiten a los agentes procesar texto, audio y video simultáneamente, ampliando su utilidad en diversos sectores.

Las razones tras estas inversiones se basan en una lógica muy simple: los múltiples beneficios de esta tecnología, que ha pasado de la simple reducción de costos a la generación de valor y eficiencia operativa medible, representada en la automatización de múltiples verticales de mercado.

Por ejemplo, en el sector de la salud, y según la revista Nature, la automatización de tareas administrativas mediante IA tiene el potencial de reducir el gasto en atención médica de EE. UU. entre 5 y 10 %, lo que equivale a un ahorro anual de entre 200.000 y 360.000 millones de dólares.

En el sector financiero, para Accenture, la productividad podría aumentar entre 20 y 30 %, y los ingresos 6 %, empleando agentes de IA. Además, el uso de estos agentes para prevenir la deserción de clientes y personalizar ofertas ha demostrado incrementar los ingresos por ventas y marketing.

Desafíos de seguridad y proyecciones

A pesar de sus ventajas, la inteligencia artificial, en todas sus versiones, también conlleva riesgos. En el aspecto conversacional, y a medida que la fidelidad de la voz sintética mejora, la seguridad empresarial enfrenta amenazas derivadas de la clonación de voz y los deepfakes. Como muestra, se proyecta que el fraude habilitado por deepfakes costará a la economía estadounidense 40.000 millones de dólares para 2027.

De igual forma, los ataques de vishing (phishing de voz) aumentaron 442 % en 2024, con actores maliciosos utilizando IA para suplantar a ejecutivos y autorizar transferencias fraudulentas. Esto obliga a los departamentos de TI a implementar sistemas de autenticación biométrica y detección de vida más sofisticados.

De cara al futuro, se espera que para 2030 el mercado de la IA conversacional evolucione hacia una inteligencia ambiental más omnipresente. Así, la interacción dejará de ser episódica (iniciar un chat) para ser continua y contextual, con agentes que anticipan necesidades basándose en datos de comportamiento en tiempo real y gestionan de manera autónoma desde la logística de la cadena de suministro hasta las compras domésticas.

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