Planeación estratégica para el 2025: por dónde empezar

Jorge A. Hernández    1 diciembre, 2024

Antes incluso de cerrar el año, es indispensable tomarse un momento para ver hacia el futuro cercano, pero ¿cómo hacerlo de forma metódica, con planeación estratégica, metodologías y herramientas? Algunos consejos a continuación.

Los negocios nunca se detienen, por eso, antes de comenzar el año, es necesario empezar a pensar en el futuro cercano, pero de forma metódica y usando estándares y herramientas ya probados. Si pensó en planeación estratégica, está en lo correcto.

El gurú del management, Peter Drucker, definió la planeación estratégica como «el proceso continuo de tomar decisiones empresariales sistemáticamente y con el mayor conocimiento posible, organizando los esfuerzos para llevarlas a cabo y midiendo los resultados de dichas decisiones contra las expectativas mediante la retroalimentación».

Aunque no existe una fecha exacta del nacimiento de esta tendencia como disciplina, se dice que sus orígenes fueron influenciados por disciplinas militares, aunque su aplicación a los negocios está más relacionada con personalidades del siglo XX como el historiador económico Alfred Chandler, el padre de la gestión estratégica, Igor Ansoff, y el mismo Peter Drucker.

En pocas palabras, en esencia, la planeación estratégica es un mapa de ruta que las organizaciones utilizan para definir su visión a futuro y determinar cómo alcanzar sus objetivos.

Los pasos necesarios

Aunque existen variaciones respecto a la metodología y los pasos necesarios para realizar una planeación estratégica adecuada, también hay elementos comunes que pueden resumirse en:

  • Análisis del entorno y diagnóstico interno
  • Dirección estratégica de la visión
  • Creación de metas y objetivos
  • Definir parámetros y plazos
  • Asignar recursos e implementación de la estrategia
  • Evaluación y ajustes sobre el plan

El punto de partida de toda planeación estratégica consiste en saber dónde estamos ubicados, y para conocerlo existen metodologías conocidas como los análisis FODA y PESTEL.

El primero de ellos, el FODA, también conocido como DAFO o SWOT, está relacionado con el consultor en el Instituto de Investigación de Stanford (SRI) en los años 60 y 70, Albert Humphrey, y trata de evaluar las Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas de una empresa, proyecto o individuo.

Por su parte, el PESTEL busca conocer las variables externas que pueden afectar a una empresa, proyecto o industria, basado en factores:

  • Políticos: como la estabilidad gubernamental y políticas fiscales.
  • Económicos: abarcando variables como inflación, tasas de interés, desempleo, etc.
  • Sociales: incluyendo la cultura, estilo de vida y valores de un grupo humano.
  • Tecnológicos: que abarca sus herramientas tecnológicas y de innovación.
  • Ecológicos: cambio climático, recursos y sostenibilidad.
  • Legales: abarcando la regulación donde opere una entidad o proyecto.

Siguientes pasos en la planeación estratégica

Uno de los datos más importantes en los análisis internos y externos es la disponibilidad de los recursos: ¿son suficientes para alcanzar los objetivos? Así como la evaluación de planes estratégicos del pasado: ¿en qué acertaron y fallaron?

Estos datos deben servir como punto de referencia en factores logísticos, así como los valores y la misión de las empresas deben servir como mapas conceptuales: ¿Cuál es el propósito fundamental de la organización? Aquí entra en juego otra herramienta metodológica conocida como SMART, que estipula las características vitales que debe tener un objetivo, como son:

  • Específico (Specific): debe ser claro y concreto. Responde a las preguntas ¿qué?, ¿por qué?, ¿quién?, ¿dónde? y ¿cómo?
  • Medible (Measurable): debe ser cuantificable, es decir, que se pueda medir su progreso.
  • Alcanzable (Achievable): debe ser realista y posible de lograr con los recursos disponibles.
  • Relevante (Relevant): debe estar alineado con los objetivos a largo plazo.
  • Tiempo definido (Time-bound): debe tener una fecha límite.

Con estas metas claras establecidas, es necesario llegar al siguiente paso, que es implementar el plan y, sobre todo, asegurarse de tener indicadores de desempeño que aseguren el cumplimiento del plan y, de ser necesario, avisar para tomar correctivos.

Por cierto, otras herramientas metodológicas al respecto son el Balanced Scorecard, los diagramas de Gantt, la matriz de Ansoff, la planificación por escenarios y las cadenas de valor de Porter. No tema usar todas las necesarias.

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