La eficiencia energética, un buen negocio

Jorge A. Hernández    9 diciembre, 2021

Aunque la pandemia originada por el covid-19 disminuyó el consumo de energía, ésta sigue aumentando progresivamente. De hecho, el consumo global de electricidad está creciendo más rápido que la población volviendo la eficiencia energética algo más importante que nunca. 

Y es que vivimos en una sociedad donde cada hogar tiene un promedio de 50 dispositivos conectados a la red eléctrica y cada segundo se conectan 127 equipos más. Y todos estos productos tienen una necesidad común: energía. ¿Cómo están las empresas afrontando este problema?

La respuesta tiene un nombre: eficiencia energética. En términos generales, se refiere a la cantidad de producción que puede obtenerse con un determinado aporte de energía

Dicha eficiencia se mide según varios parámetros internacionales como los determinados por el ISO 50001 y el International Performance Measurement and Verification Protocol (IPMVP).

Estos estándares cobran más importancia cuando consideramos el incrementó global de precios de electricidad que en algunos países, como en España, ha llegado a límites históricos. Pero el problema es más que económico.

Sostenibilidad, un requisito para los negocios

La eficiencia energética va más allá de la reducción de costos, es un factor que afecta la salud del planeta y la imagen de marca de las empresas. Además, con los años se ha convertido en una política de Estado.

Por ello, las empresas deben incluir el manejo de la energía dentro de sus estrategias productivas empezando por preguntas muy simples como son: ¿sabe cuánta energía consume su empresa? ¿cómo ha variado con los años? ¿cuántas de esas fuentes de energía son renovables?

Estas inquietudes permiten establecer un punto de partida sobre el cual determinar qué estrategias se deben abordar para convertir las empresas en negocios sostenibles.

Como ejemplo, para 2019 el 100% del consumo eléctrico de Telefónica en Europa y Brasil ya provenía de fuentes renovables y a nivel global su promedio era de 58%. En otras palabras, este uso de energías verdes evitó liberar en la atmósfera más de un millón de toneladas de CO2.

Casos como este, abren la puerta para nuevos modelos de mercadeo conocidos como marketing sostenible o verde, que van dirigidos a nuevas generaciones cada vez más conscientes de la importancia de la sostenibilidad.

Y es que al final de cuentas, la responsabilidad por este planeta la tenemos todos.

Foto creada por evening_tao – www.freepik.es

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