Granjas 4.0: IoT en beneficio de la agricultura

Beatriz Sanz Baños    30 mayo, 2018

Cuando pensamos en Internet of Things, a todos se nos vienen varias imágenes a la cabeza: un sensor que mide la actividad dentro de casa, una pulsera que nos ayuda a hacer ejercicio o un dispositivo que nos ayuda a mantener la temperatura de una habitación aunque estemos en la otra punta de la ciudad. 

Sin embargo, el potencial de IoT va mucho más allá de los sectores más tecnologizados, llegando a aquellos nichos de actividad más tradicionales pero que, con el tiempo, han ido incluyendo nuevas tecnologías en su uso diario. Es el caso de uno de los sectores esenciales dentro de la economía española: la agricultura. 

La revolución en este sentido es imparable. La Unión Europea, de hecho, ya contempla el cambio de paradigma en la industria agraria, en la que prevé que sigan llegando evoluciones que permitan que Internet of Things ayude a los profesionales del sector a optimizar todos sus procesos. Todo ello en un nicho que, según el informe de World Government Summit, contará con nada menos que 75 millones de dispositivos conectados en 2020. 

No se trata de una teoría, sino de una práctica que ya forma parte de la actividad diaria del sector agrario español. Y como muestra, varios ejemplos: 

1.- Tractores inteligentes 

Los tractores no han desaparecido ni van a desaparecer de la agricultura; de hecho, ahora su uso puede ser más eficiente que nunca. Sobre todo gracias a los tractores conectados, que pueden trazar el mejor recorrido al arar el campo, evitando repeticiones y posibles erosiones en el suelo. Gracias a este tipo de prácticas también se reduce el consumo de combustible y las posibles emisiones a la atmósfera. 

2.- Drones en el campo 

Seguramente la aplicación más interesante de todas. Si los agricultores se han pasado siempre la vida mirando hacia al cielo, ahora lo siguen haciendo, pero con una ayuda: la de los drones que les echan una valiosísima mano a la hora de medir la actividad de la cosecha y llevar a cabo tareas automatizadas. 

La presencia de drones en el campo abarca cada vez más usos: desde monitorizar el estado de las plantas y cosechas hasta repartir el abono, pasando por la medición de parcelas y de diversas constantes (temperatura ambiente, niveles de agua y calor, etc.). El uso de los drones es tan ventajoso que incluso las bodegas se han animado a emplearlos para mejorar la eficacia de su actividad.

3.- Sensores en la tierra 

Debajo de la tierra también hay cabida para la tecnología. Un ejemplo de ello es el de la startup española BrioAgro, que instala sensores para proporcionar información en tiempo real. Así, el agricultor puede recibir en su propio móvil todo tipo de datos sobre el estado de la humedad, la luminosidad o los nutrientes de la cosecha. 

Además, las explotaciones agrarias que recurren a sensores subterráneos también pueden reducir su consumo de agua o emplear fertilizantes y energía de manera mucho más eficiente y sin que afecte a la producción agrícola del terreno. 

4.- Chips en los animales 

Las granjas suelen tener una mayor o menor cantidad de animales, pero no siempre es fácil tenerlos controlados. Muchos de ellos llevan chips, pero lo cierto es que, tradicionalmente, estos chips han servido solo para identificarlos, no para llevar a cabo ningún tipo de uso tecnológico añadido. 

A día de hoy, sin embargo, Internet of Things nos permite ir mucho más allá. Sobre todo en casos como los del Grupo Caro, una empresa española que monitoriza la actividad diaria de cada uno de sus animales gracias a un chip individual que les proporciona información sobre su estado general, alimentación, hidratación, calidad, etc. De este modo, los propietarios de las plantas consiguen recolectar información objetiva en tiempo real, una tarea que antes se hacía sin la fiabilidad de la tecnología y con un proceso de trabajo mucho más arduo. 

5.- Big data en la producción 

Entre unas cosas y otras, al final los agricultores tienen que tener en cuenta un sinfín de factores para controlar la producción y la actividad diaria de su explotación. Gracias a IoT, sin embargo, pueden disponer de herramientas globales que, aunando aplicaciones como las que hemos ido mencionando, pueden disponer de información en tiempo real y mejorar la eficiencia de su explotación. 

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