Vender sin vender, el storytelling en empresas

Jorge A. Hernández    25 julio, 2020

Romeo y Julieta, el Quijote, Caperucita y el lobo… todos aman una buena historia, son memorables, entretenidas, y generalmente traen un mensaje, ¿por qué no usarlas en negocios? Bienvenidos al mundo del Storytelling para empresas.

Haga este experimento, escriba en su navegador favorito “storytelling para empresas” y en 0.63 segundos tendrá más de 19 millones de resultados. El storytelling o la narrativa de historias dejó de ser una novedad hace años por una sencilla razón, las marcas lo necesitan.

En un mundo bombardeado de información y donde los internautas apenas recuerdan un 8% de los banners publicitarios que se les cruzan, las empresas buscan desesperadamente crear una conexión emocional con sus productos, y qué mejor para ello que una buena historia.

Además el cerebro humano, tras miles de años, ha sido “alambrado” alrededor de los relatos ayudándonos a evolucionar como especie, porque en esencia somos un animal que cuenta historias como lo describen investigadores como Jonathan Gottschall.

En sí, el storytelling como arte de contar historias tiene un origen milenario y su uso en los negocios también tiene orígenes difusos entre el “voz a voz”, la publicidad y los mitos. Sin embargo, existen actualmente ejemplos claro de su impacto y relación con algunas marcas.

Nike, por ejemplo, con su “Just Do it” se ha posicionado como una marca aspiracional, rebelde, joven. Coca Cola con sus comerciales no promociona bebidas, promociona un concepto: felicidad, y lo hace a través de historias. Johny Walker con su fantástica campaña “El hombre que caminó alrededor del mundo” narró sus orígenes como pioneros del whisky y su eslogan “Keep walking” ha sido usado incluso por activistas políticos y artistas de todo el mundo.

¿Cuál es el secreto entonces del storytelling?

Uno de ellos es no vender, no directamente, y en lugar de ello entretener, contar una buena historia donde los espectadores puedan sentirse identificados e incluso reírse. En Colombia campañas como la de Davivienda y “su dinero puede estar en el lugar equivocado”  lo han logrado y se han convertido en temas de charla que nada tienen que ver con la banca, se han convertido en tendencia.

Por ello, el primer paso para contar la historia es pensar, ¿quién la protagoniza?, ¿qué se quiere decir?, ¿cuándo sucedió está historia?, ¿qué tono debe tener: humorístico, sofisticado, sensual? ¿Si su empresa fuera una persona que género tendría?

Otro elemento fundamental es ser auténtico, no pretenda que una marca intente ser otra cosa diferente a sí misma, y por eso debe ser consistente, transmitir los mismos valores con el paso del tiempo. Y quizás lo más importante de todo, debe involucrar al consumidor, porque él es el eje, la razón de ser de todas las empresas y el verdadero protagonista de su historia.

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