¿Por qué es tan importante la ética en la Inteligencia Artificial?

Jorge A. Hernández    25 agosto, 2023

¿Por qué una disciplina que viene desde hace miles de años, como es la ética, es ahora clave para el desarrollo de la Inteligencia Artificial? La respuesta tiene varios ejes, pero la verdad es más sencilla: porque la necesitamos.

Definida por la Real Academia Española como «el conjunto de normas morales que rigen la conducta de la persona en cualquier ámbito de la vida», los orígenes de la ética vienen desde hace miles de años, siendo la escuela griega (Platón, Aristóteles, etc.) uno de sus principales referentes.

Aunque no sea tan visible, la ética se ha estado utilizando desde hace siglos en aspectos de la vida cotidiana, incluida la tecnología. Por ejemplo, cuando se inventaron los primeros automóviles no había reglas sobre su uso, cuidados, normas sobre quién tenía derecho sobre la vía, velocidad, cuidados respecto a los peatones, etc.

Esta cercanía entre tecnología y ética derivó en el nacimiento de un término: «tecnoética», acuñado por el artista y científico Roy Ascott en 1997. Por eso no es extraño que ahora se hable de ética en la inteligencia artificial como una nueva disciplina encaminada a establecer normas sobre su buen uso, así como los deberes y derechos respecto a la misma.

Algunos ejemplos

Esta necesidad por imponer límites morales y de buen uso se magnifica cuando se observan las estadísticas de adopción. De hecho, ChatGPT se convirtió en la plataforma con mayor crecimiento de la historia, superando a fenómenos como TikTok e Instagram

Por eso no es extraño que la UNESCO, en boca de Gabriela Ramos, subdirectora general de ciencias sociales y humanas de esta entidad, afirme: «en ningún otro campo la brújula ética es más relevante que en la inteligencia artificial. Estas tecnologías de propósito general están remodelando nuestra forma de trabajar, interactuar y vivir».

En ejemplos concretos, la ética aplicada a la IA trataría temas como: responsabilidad y privacidad de los datos, imparcialidad, explicabilidad, solidez, transparencia, sostenibilidad medioambiental, inclusión, agencia moral, alineación de valores, responsabilidad, confianza y uso indebido de la tecnología, entre otros.

La ética es aún más importante al descubrir numerosos casos de sesgos en la Inteligencia Artificial, como ocurrió con el algoritmo de LinkedIn en 2016, que recomendaba mejores empleos a hombres en vez de mujeres, o con la policía estadounidense en 2018, mostrando un comportamiento racista.

Porque los algoritmos no son perfectos y pueden heredar los vicios de sus creadores humanos. Afortunadamente, se han creado varias organizaciones de expertos que están luchando por crear buenas prácticas al respecto. Un ejemplo es:

AlgorithmWatch: una organización sin ánimo de lucro que se dedica a vigilar, desentrañar y analizar los sistemas automatizados de toma de decisiones (ADM) y su impacto en la sociedad.

CHAI: el Center for Human-Compatible Artificial Intelligence es una cooperación de varias entidades académicas, con sede principal en la Universidad de Berkeley, que busca promover una IA fiable.

AI Initiative: lanzada en 2017, es un esfuerzo híbrido de investigación y un fondo filantrópico que busca garantizar que las tecnologías de automatización y aprendizaje automático se investiguen, desarrollen y desplieguen de una manera que reivindique los valores sociales de equidad, autonomía humana y justicia.

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