El ROI en tecnología, una necesidad estratégica

Jorge A. Hernández    13 julio, 2025

Afortunadamente, en la actualidad la tecnología es vista más como una necesidad estratégica que como un gasto de infraestructura. Sin embargo, es necesario traducir esos beneficios en cifras. A continuación, algunos consejos para calcular el retorno de inversión (ROI) en este tipo de iniciativas.

Aunque la idea de medir la rentabilidad de las inversiones existe desde finales del siglo XIX, la formalización del ROI como métrica se remonta a principios del siglo XX. Y si bien no es directamente una materia relacionada con los quehaceres tecnológicos, cada día es más importante que los líderes de tecnología de cada organización aprendan de ella.

En otras palabras, manejar conceptos sobre la inversión se ha convertido en una herramienta fundamental para los CTO, CIO y responsables de TI. Esto les permite no solo tomar mejores decisiones de adquisición, sino también facilitar la defensa y argumentación ante la junta directiva sobre por qué invertir en determinada tecnología, demostrando con datos el potencial retorno y los beneficios esperados.

Si bien sus orígenes se remontan al siglo XIX, fue hasta el siglo XX, y gracias al grupo químico estadounidense DuPont y los trabajos de Donaldson Brown, que esta metodología se popularizó junto al ROE (Retorno sobre el Patrimonio).

La fórmula esencial y su impacto

Aunque la fórmula fundamental para calcular el ROI es sencilla, el concepto de «retorno» ha evolucionado especialmente en el contexto de la Transformación Digital y las iniciativas de datos. Para ser más exactos, la fórmula es:

ROI= (Beneficio Neto−Costo de la Inversión) / Costo de la Inversión×100

Donde el Beneficio Neto (o Rendimiento Obtenido) son los ingresos totales generados por la inversión, menos cualquier costo adicional asociado con la operación o mantenimiento, y el Costo de la Inversión es el total del capital invertido inicialmente en el proyecto o activo.

Aunque sea una ecuación sencilla, el ROI es un reto para muchos jefes de tecnología porque gran parte de los beneficios de las inversiones tecnológicas son difíciles de cuantificar en términos financieros directos, ya que mejoras como la satisfacción del cliente (customer experience) o la innovación suelen ser intangibles o manifestarse a largo plazo.

Además, los proyectos tecnológicos suelen implicar costos ocultos o adicionales, como mantenimiento, capacitación y adaptación, que deben ser considerados para calcular el retorno real.

Otra dificultad importante es la atribución de resultados, ya que en entornos donde se implementan múltiples iniciativas tecnológicas simultáneamente, es complejo aislar qué proyecto generó cada beneficio.

¿Cómo presentarlo entonces?

Como ocurre con cualquier historia, a la hora de prepararla es conveniente saber cuál es el público: el CEO, la junta directiva, el director de finanzas, etc. De acuerdo con este objetivo, es posible narrar una historia que se enfoque en sus intereses y con el nivel de conocimiento técnico adecuado.

Y precisamente, hablando del público, es conveniente utilizar ejemplos concretos: ahorro de tiempo, disminución de errores, aumento de ventas, mejora en la experiencia del cliente, explicando cómo la tecnología afecta los procesos de negocios.

Otra buena práctica es evitar inundar las presentaciones con métricas complejas. En su lugar, es mejor usar datos cuantificables y fáciles de entender. Incluyendo además ejemplos de otras empresas que hayan obtenido beneficios tangibles con iniciativas similares. Y, por supuesto, exponer los costos de no invertir: costos ocultos, pérdida de competitividad, ineficiencias o riesgos de seguridad.

El ROI ya no es como antes

Gracias a todas las variables expresadas, es conveniente tener en cuenta que la medición del ROI en tecnología demuestra un cambio de paradigma, donde el valor va más allá de los ahorros financieros directos. La Transformación Digital, por ejemplo, produce tres tipos distintos de ROI:

  • Operacional: automatización y reducción de costos.
  • Experiencia del Cliente: lealtad y satisfacción.
  • Estratégico: construcción de infraestructuras escalables y ágiles.

Seleccione cuál impacta más a su audiencia y recuerde que la tecnología es más que una herramienta, es una ventaja competitiva.

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