Ranking de amenazas y oportunidades para las empresas españolas

Raúl Salgado    1 agosto, 2022
Amenazas y oportunidades para empresas españolas

Las perspectivas económicas para España se encuentran condicionadas por la duración y las consecuencias de la guerra en Ucrania, que ha propiciado que continúe la espiral inflacionista (iniciada antes del conflicto) y que ha obligado a revisar todas las proyecciones macro.

A falta de bolas de cristal con las que predecir el futuro, entre las mayores preocupaciones de las empresas están la crisis energética y el cambio de rumbo de la política monetaria del BCE (Banco Central Europeo), que el pasado 21 de julio acometió una subida de los tipos de interés de 0,50 puntos para hacer frente a la escalada de los precios.

No obstante, todo parece indicar que la economía crecerá este año ligeramente por encima del 4% y que la mitad de este avance dependerá de la demanda interna, que sufrirá de manera significativa la pérdida de capacidad de compra como efecto inmediato de la inflación.

De cara al próximo año, según los analistas, nuestra economía sufrirá una importante desaceleración, que dependerá del comportamiento de nuestros principales socios comerciales tras los posibles cortes de suministro del gas ruso.

Inflación, reforma laboral y bajo consumo

Y es que, entre las principales amenazas para las empresas españolas en la actualidad, destaca el alza de los costes, al que teme el 74,5% de las compañías, por la posibilidad de que llegue a constituir un grave peligro para su continuidad, según se desprende de la XXV edición del Informe Infoempleo Adecco.

En segundo lugar del ranking se encuentran las consecuencias de la reforma laboral, que entró en vigor el pasado mes de abril. En este sentido, el 31% de las empresas consultadas sospechan que quizá sea un hándicap para su crecimiento conforme se vayan aplicando las medidas.

La tercera posición la ocupa el miedo a que el consumo no se reactive a los ritmos esperados, debido a nuevas olas de coronavirus. Este punto constituye un quebradero de cabeza para casi 3 de cada 10 compañías consultadas.

No obstante, el informe elaborado por Adecco e Infoempleo señala otros problemas, entre los que resaltarían -por orden de importancia- los cambios de hábitos o gustos en los clientes, el excesivo nivel de deuda, las posibles quiebras o ceses de actividad, el absentismo laboral, las reestructuraciones empresariales o la falta de acuerdos entre los agentes sociales en materia laboral, lo que en última instancia afectaría a los ERTE, las bonificaciones, etc.

Salir de la crisis y mejorar la competitividad

Con este telón de fondo, muchas compañías elaboran planes de choque con los que ahuyentar las posibles amenazas, acelerar la salida de la crisis e impulsar su productividad y competitividad.

En esta línea, las medidas más eficaces para lograr estos retos están relacionadas con la flexibilidad, según señalan más de la mitad de las empresas consultadas.

Respecto a los salarios, la retribución variable, en función de los objetivos, es otra de las medidas mejor valoradas por las empresas, por delante incluso del teletrabajo.

En este sentido, casi 6 de cada 10 empresas consultadas para la elaboración de este estudio aseguran haber implantado planes para teletrabajar, a pesar de que casi el 90% de las compañías apuestan por un modelo híbrido que alterna el trabajo presencial y desde el hogar u otro lugar.

Asimismo, el informe señala que solo 1 de cada 3 empresas consultadas considera factible la jornada de 4 días, que han comenzado a implantar ya algunas compañías.

Otras medidas de flexibilidad

La contratación temporal directa, la parcial, cambiar las condiciones de trabajo, recurrir a freelances, generar bolsas de horas, la movilidad funcional y geográfica o la subcontratación y el outsourcing serían otras de las medidas de flexibilidad que las empresas consideran más efectivas para hacer frente a los desafíos del futuro.

Por otra parte, 3 de cada 4 empresas admiten que el año pasado tuvieron episodios de “trabajadores quemados” (burnout), lo que sin duda puede representar otro problema en un contexto donde la gestión de la salud mental y emocional en el entorno de trabajo cada día cobra una mayor importancia.

Sin embargo, más del 80% de las empresas encuestadas reconoce no ofrecer apoyo psicológico o ayudas para gestionar este síndrome o cualquier otro relacionado con el estrés y la ansiedad.

En resumidas cuentas, estamos ante un escenario complejo para las empresas. Pero también hay motivos para la esperanza, siempre y cuando sepan aprovechar las oportunidades que conlleva la actual coyuntura económica, laboral y social.

Foto de Freepik

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