Instagram y las métricas de la vanidad

Mercedes Blanco    3 mayo, 2022
Métricas de la vanidad en Instagram

Cómo pasar de 100 a 10.000 seguidores. Cómo conseguir facturar más de cinco dígitos al mes, cómo llevar tu negocio al siguiente nivel y así todo. Son las llamadas «métricas de la vanidad«, esas que dan una falsa sensación de crecimiento. Son muy útiles para conseguir visibilidad, pero no tanto para vender, ni para hacer crecer tu negocio. Y mucho menos, para seguirlas a pies juntillas. Y en Instagram abundan.

Hay que estar en Instagram, sí, pero con estrategia, sin ser esclavos de las tendencias, sin pretender solo y a toda costa crecimientos desmesurados. Hay otras métricas para los emprendedores y autónomos y no todas ellas pasan por tener hordas de seguidores, ni hacer reels con músicas de tendencia porque te han dicho que así el algoritmo te tratará mejor.

Hay otra forma de crecer. Más lenta – todo lo orgánico cuesta -, menos lucida de cara a la galería, pero más efectiva para tus objetivos de negocio. Si estás leyendo esto y tienes una comunidad pequeña en Instagram, no tires la toalla. Se puede vender con solo 200 seguidores. Se trata de tener tu mensaje claro, tu estrategia definida y ahuyentar las vanity metrics.

Algoritmo y métricas

Si una música es tendencia, allá que voy a hacer un reel bailando con la canción de fondo. Aunque se note que es todo muy forzado, que no tienes soltura ante la cámara y que lo mismo podrías haber lanzado este mensaje ahorrándote la coreografía en cuestión. Es lo que nos ocurre cuando perdemos el norte y hacemos caso a lo que el algoritmo nos dice que debemos hacer.

Realmente, los reels dan un alcance y visibilidad mucho mayor que otras opciones de contenido en Instagram, como pueden ser los posts, las historias o los carruseles. Pero ¿de qué te sirven estas métricas si no te encuentras cómodo con ese formato? Una cosa es lo que nos dicen los gurús del algoritmo y otra, la comunicación que tienes con tus clientes.

Conocer al algoritmo es básico para conseguir los mejores resultados orgánicos con el menor esfuerzo. Pero tu estrategia de comunicación la deben dictar tus objetivos comerciales, no las tendencias de una red social. Y en Instagram algunas veces se nos olvida. Es un efecto colateral del brillo de las métricas de la vanidad.

¿Qué son las vanity metrics?

Son, como su nombre indica, métricas que hinchan nuestro ego y nos dan una falsa sensación de crecimiento. Con un ejemplo se entiende mejor. De poco te sirve tener una cuenta de empresa en Instagram con 20.000 seguidores si no consigues tus propósitos de venta.

Y dicho esto, hacemos un inciso. Hay cuentas con miles y miles de seguidores que, además, tienen una estrategia perfectamente definida, que hacen lanzamientos a través de esta red social y son un éxito de ventas. En este caso, se han conseguido los seguidores mediante una coherente estrategia. Ventas y seguidores van de la mano. Es a lo que aspiramos todos.

Las métricas de la vanidad son otra cosa. Son indicadores simples, que dan una falsa apariencia de tu negocio y no ayudan a tomar decisiones. Al contrario, pueden despistar y llevar a conclusiones erróneas.

Tipos de métricas de la vanidad

Estas son algunas de estas métricas:

  • Número de seguidores. Ejemplo: Cuentas con miles de seguidores y poca interacción. Muchos “me gusta” pero poca conversación y, lo que es peor, con pocas preguntas o contactos para ventas. Por cierto, en Instagram muchos de esos “me gusta” son de bots.
  • Número de páginas vistas. Ejemplo: Tienes en la bio de tu cuenta de Instagram un servicio de menú de enlaces, como puede ser Linktree. Diriges a tu página de catálogo. Tienes muchas visitas, pero ¿y ventas? Pues eso, que no sirve de mucho si luego no se traduce en conversiones.
  • Tiempo de permanencia en una página. Ejemplo: En ese mismo enlace, diriges a una página con un formulario de contacto. ¡Genial!, tienes muchas visitas y pasan mucho tiempo navegando por tu sitio web, aproximadamente dos minutos. Pero no te envían casi ningún formulario. ¿Te sirve de mucho el tiempo que están en tu página?
  • Número de suscriptores de tu newsletter. Ejemplo: Tienes una lista amplísima de suscriptores. Envías una campaña para tu promoción de verano y resulta que la tasa de apertura es bajísima (pocos abren tu correo) y la tasa de rebote altísima (lo abren y rápidamente lo abandonan).

¿Cómo desenmascarar las vanity metrics?

Los ejemplos anteriores deberían alertarnos de una cosa: las decisiones de negocio no pueden tomarse en función de este tipo de métricas.

Debemos separar el grano de la paja. Diferenciar entre las métricas de pura apariencia y los datos que nos permiten tomar decisiones e impulsar nuestro negocio. Pero ¿cómo hacer esa criba? Estas son algunas preguntas que pueden desenmascararlas:

  • ¿Son métricas inteligentes? Datos específicos, medibles, atribuibles, realistas y acotados en el tiempo. Métricas a las que se les pueda hacer un seguimiento y ver cómo fluctúan en el tiempo para extraer patrones.
  • ¿Se pueden usar para extrapolar resultados? Si no se pueden reutilizar para conseguir resultados, no son métricas que puedas emplear para tomar decisiones en tu negocio. Puede que consigas muchos registros a un curso gracias a un instagrammer que se ha apuntado y ha producido un “efecto llamada”. Pero ¿podrías repetirlo en tus siguientes cursos? 

Es necesario saber diferenciar entre las métricas que nos permiten crecer y las que se quedan en el mundo de la apariencia. Y en Instagram nos lo ponen difícil. Ahí todos exhibimos la mejor versión de nosotros mismos y las métricas que más lucen son las que hablan de cantidad.

Foto de Patrick Tomasso en Unsplash

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