Claves para detectar el talento entre tus candidatos

Ángel María Herrera    25 noviembre, 2020
Cómo detectar talento

Todos sabemos que captar talento es clave para el desarrollo de una empresa. Cuando un negocio u organización abre un proceso de selección, la tarea puede ser titánica. 

El problema se acentúa cuando no se dispone de un departamento de recursos humanos como tal, algo muy común en las pequeñas empresas, o si trabajas por cuenta ajena y necesitas incorporar a alguien a tu equipo.

Quizás, lo más habitual sea tirar de «referenciados», conocidos con los que ya has trabajado o que alguien te recomienda porque sabe cómo trabaja. 

Pero, ¿qué sucede si no cuentas con esa baza o ninguno de los candidatos encaja con lo que estás buscando?

Cuándo abrir un proceso de selección

Si necesitas cubrir un puesto existente u otro de nueva creación y no dispones de ningún candidato que se adapte a lo que necesitas, lo suyo es abrir un proceso de selección y empezar a recibir currículums por tierra, mar y aire.

El aluvión de propuestas recibidas seguramente no te permitirá dedicar el tiempo suficiente para revisar todas las candidaturas con el mimo y la atención que merecen.

Por ello, como ente reclutador, puedes agilizar el proceso, marcando, por ejemplo, una primera criba con las presentaciones que sean más originales. 

Estarás de acuerdo conmigo en que no ocupa el mismo tiempo, ni resulta igual de atractivo, leer cuatro folios de CV, con todos los títulos académicos, máster, tesis, cursos de especialización que una presentación original y breve. Hubo una época en la que era un privilegio y algo distintivo la certificación en estudios superiores, pero hoy en día ya no lo es.

Los tiempos han cambiado y, como reclutador que he sido en alguna ocasión, lo que menos me importa es cuántos exámenes ha tenido que aprobar una persona para presentarse al puesto.

Lo que me interesa no son los conocimientos teóricos, sino lo que el candidato sabe hacer. Y qué mejor forma de demostrarlo que haciéndolo.

Una presentación diferenciadora

Sin ser un experto en recursos humanos ni dedicarme profesionalmente a esta área, puedo asegurar que de los currículum que alguna vez han caído en mis manos, solo unos pocos han despertado de inmediato mi atención

En la propia redacción de la oferta de empleo, puedes especificar ciertos requisitos que te servirán de criba natural.

Puedes solicitar que expliquen el motivo por el que creen que deberían ser elegidos para el puesto, con una pequeña prueba. Por ejemplo, si necesitas un diseñador gráfico, que no te envíe el currículum en formato Word, sino que haga un bonito diseño de presentación.

O si necesitas un redactor de contenidos, que escriba un ejemplo de cómo sería la entrevista personal, detallando las preguntas y respuestas que emplearía.

Es preciso marcar la diferencia, que está en los pequeños detalles, tanto para captar el mejor candidato, como para realizar la mejor oferta de empleo.

Creatividad, la mejor carta de presentación

También podemos ser creativos en la búsqueda de candidatos, intentando hacerlo con la intención de conocer de antemano cómo trabaja, simplemente viendo cómo se ofrece para el puesto.

Todavía recuerdo una presentación que recibí cuando dirigía una empresa de organización de eventos, en un momento en el que no estábamos buscando a nadie para nuestras filas.

Llegó un paquete con un kit de almuerzo, formado por unos cubiertos, vaso, botellita de vino y un bocadillo pequeño. Este gesto, lógicamente, llamó mi atención, pero más lo hizo la nota que lo acompañaba: «Una desventaja de no tener nada que hacer es que no puedes darte un descanso».

También recuerdo que venía acompañado de una extensa presentación en un CD, que me permitió ver lo que sabía hacer y cuánto valía su trabajo.

Al final, aquel chico fue contratado, no de inmediato, pues en ese momento no necesitábamos cubrir ningún puesto, pero sí guardé su presentación y fue el primero a quien llamé en cuanto tuvimos una plaza.

El potencial del candidato

Lógicamente, si no hubiera tenido un perfil apropiado para el puesto, no habría conseguido el trabajo. Pero, de momento, sí sirvió para que llamara mi atención, me fijara en él y guardara su CV en un cajón, y no en el del olvido. La prueba está en que muchos años después, todavía lo recuerdo perfectamente.

Con todo ello, no quiero decir que pidas a tus candidatos que te inviten a almorzar para que mires su currículum. Pero si una presentación despierta tu interés, ya habrás conseguido algo fundamental. 

Recuerda que no es tan importante conocer todo lo que tus candidatos saben (conocimientos teóricos), sino detectar que sabrán trabajar bien y que aportarán valor a tu negocio.

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