Soy autónomo y no me salen las cuentas

Mercedes Blanco    21 julio, 2022
Las cuentas de un autónomo

Autónomos que me estáis leyendo ahora mismo, plantearos una cuestión: Si cobrarais como empleados por cuenta ajena 2.500 euros, ¿os parecería un sueldazo? Seguramente sí. Y si facturarais 2.500 € al mes como autónomos, ¿os lo seguiría pareciendo? La respuesta es un rotundo no. Lo aparente no coincide con lo real.

En principio pueden parecer unos ingresos bastantes decentes. Pero realmente no dan más que para pagar impuestos, dejar flujo de caja para lo que pueda venir al mes siguiente y un pequeño sueldo. No hablamos de beneficios, eso es otra liga.

Muchos autónomos y freelance que trabajan por proyectos, cuando empiezan con sus negocios, parten de un enfoque equivocado y luego las cuentas no les cuadran. En parte porque emprenden con mentalidad de empleado y en parte porque no tienen en cuenta más que el factor precio/hora y esto es un error. ¿Entonces? Se trata de desterrar algunos mantras que nos acompañan en nuestros primeros años de emprendimiento y que nos hacen perder dinero y adoptar otros que sí que nos ayudarán a que nuestras cuentas cuadren mejor.

5 ideas que debes grabarte a fuego

Cuanto antes lo asumas, antes comenzarás a obtener mejores resultados en tu negocio.

1. No eres un empleado de tu cliente, eres un prestador de servicios

La relación que estableces con tus clientes no es de subordinación como empleado/jefe. Es una relación de confianza. Comenzáis a trabajar juntos porque puedes proporcionarle un servicio que necesita. Un servicio que tiene un precio, pero no ataduras jerárquicas. No tienes que esperar a tener permiso para realizar tu trabajo, ni consultar con tu cliente cada paso que das.

Te ha contratado para gestionar una parte de su negocio y cuanto más independiente seas a la hora de realizarlo, mejores resultados obtendrás. Las injerencias, la necesidad constante de que reportes tu actividad que tienen algunos clientes te hacen perder tiempo, mucho tiempo que dejas de emplear en otros proyectos y, por tanto, también pierdes dinero.

2. No es lo mismo cobrar que facturar

Puede parecer obvio, pero aquí reside una de las principales trampas en las que caemos cuando empezamos a trabajar por cuenta propia. Por seguir con el ejemplo que hemos puesto al principio del post, imagina que facturas 2.500€/mes. Ahora echemos cuentas:

  • Tarifa mínima de autónomos: 293,95€. Te quedan 2.206,05€.
  • Tarifa mínima de una gestoría (un consejo, no es algo opcional, realmente la necesitas): 50€. Se quedan 2.156,05€.
  • En España, adelantamos el 15% del IRPF al Estado, con lo que tienes que descontar 375€ a tus 2.500€ de partida. Actualizando, ahora tienes 1.781,05€.
  • Además, hay que contabilizar el 21% de IVA que trimestralmente saldamos con la Agencia Tributaria. Vamos a suponer que en todas tus facturas se aplica IVA y con el mismo tipo impositivo. Réstale, por tanto, 525€. Volviendo a echar números, ahora tenemos 1.256,05€.
  • Todo autónomo sabe que hay que dejar un remanente en la cuenta, tanto para imprevistos como para afrontar los pagos fijos del mes siguiente, porque también sabemos que no todos los meses nuestros ingresos son los mismos. Así que siendo bastante valientes, vamos a dejar solo el remanente para la cuota de autónomos y la gestoría del mes siguiente. Es decir, 293,95€ más los gastos de gestoría, otros 50€, con lo que ahora tenemos en nuestra cuenta 912,10€.
  • Por último, descontamos 100€ mensuales para formación y herramientas que necesitamos para nuestro negocio. Aquí cada cual debe aplicar lo que considere, para gastos de mantenimiento web, renovación de plataformas, etc., lo que nos arroja un saldo final de 812,10€ netos.

No he contabilizado los gastos de alquiler en un coworking, por ejemplo, ni tampoco la opción de disfrutar de una semana de vacaciones ni las bajas por enfermedad. Recuerda que los tres primeros días de baja no recibes ninguna prestación y a partir del cuarto, recibes un 60% de la base reguladora. Ahora con todas estas cuentas sobre el papel, plantéate si te es rentable facturar por horas y si es viable facturar por debajo de 30€/hora.

3. No compran tu tiempo, compran tu talento

Dedicar a cada cliente lo que necesita es una de las principales cosas que debes tener clara. Se trata de sacar el trabajo adelante, independientemente de las horas que le dediques al mes. Imagina que con siete horas mensuales puedes cumplir con tu parte del trabajo. Todas las horas que eches de más son horas que te cuestan dinero, porque es tiempo que dejas de emplear en prospectar nuevos clientes, por ejemplo. 

4. No tienes un proyecto, tienes un negocio

Y como tal debes asumir riesgos, estar permanentemente pensando en nuevas líneas de negocio, anticipando soluciones, productos o servicios que puedan generar más facturación. La diferencia es pasar de un planteamiento de escasez a otro en el que constantemente te estés desafiando y sea la palanca para el crecimiento.

Muchos emprendedores toman decisiones desde ese escenario de escasez (de recursos económicos, financieros, personal), y eso no solo los condiciona, es también lo que les impide pasar de proyecto a negocio. Imagina que la facturación de tu negocio comienza a subir, pero de la misma manera también los gastos y necesitas más liquidez para seguir creciendo. Tienes dos opciones: parar máquinas o acudir a financiación externa. Y un negocio es siempre así.

5. No tienes por qué ir solo, puedes crear una red de socios

Muchos autónomos o freelance han tenido que renunciar a negocios importantes porque solos no podían hacerles frente. Un aprendizaje que se adquiere con el tiempo es ir tejiendo tu propia red de colaboradores de confianza para cuando lleguen estos casos. Te permitirá afrontar proyectos de mayor envergadura y con más margen de beneficios.

Foto de Freepik

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