«Silver economy», el desafío de la edad

Juan Luis Manfredi    4 septiembre, 2019
Silver economy

Las personas mayores o baby boomers (los nacidos entre 1945 y 1964) se han ganado el derecho a convertirse en un segmento sociodemográfico que tiene unas características propias y que merece una atención creciente. Pertenecen a la silver economy y destinan buena parte de su renta a productos y servicios novedosos en términos de mercado.

Según los estudios de marketing, cuentan con mayor poder adquisitivo que la media de la población, porque han terminado de pagar sus hipotecas, no tienen familiares a su cargo (e.g. hijos en edad escolar) y otras cargas habituales en la madurez.

Esta nueva economía de la edad recibe multitud de denominaciones: marketing para seniors, economía plateada (por el color del pelo), silver economy o –directamente- economía de mayores.

Los datos varían de una institución a otra, pero se calcula que alrededor del 30% de los europeos tiene entre 50 y 75 años de edad, en sintonía con los datos del Instituto Nacional de Estadística.

Nuevos nichos de negocio

En España son un tercio de la población, aproximadamente 17,6 millones de personas. El porcentaje crecerá en las próximas décadas, de modo que aparecerán nuevas oportunidades, nuevos servicios y otros nichos de negocio para esta silver economy. Veamos seis de los más habituales:

La salud

Vivimos más y, gracias a los servicios, vivimos mejor. Partimos de la medicina y la gerontología, pero también de los servicios de valor añadido que podemos explotar. El clima, la dieta mediterránea, el deporte pasivo, las actividades acuáticas, el golf, los cuidados, la atención psicológica, el bienestar, la teleasistencia o la misma estética. Esta actividad puede complementarse con las nuevas residencias que mencionamos más abajo.

El tiempo compartido

Ante la epidemia de soledad, parece oportuno pensar actividades y espacios para convivir. No se trata de construir residencias para ancianos o impedidos, sino de crear infraestructuras y rutinas para personas que mantienen autonomía física e intelectual.

Aparecen nuevos modelos de centro de día, menos parecidos a las residencias y más cercanos a los pisos compartidos con apoyo expreso de servicios médicos o de bienestar.

También aparece la sistematización del empleo por horas para las tareas que más cuestan: preparar la comida, limpiar la casa, realizar trámites burocráticos y –en general- evitar esfuerzos físicos extraordinarios.

La movilidad

No parece que la adquisición de vehículos a título individual vaya a ser una tendencia entre los mayores, pero la necesidad se mantiene.

Por eso, aparecen coches con conductor compartido entre varios, servicios de transporte y taxis puerta a puerta orientados a la nueva situación, la sincronización del GPS con el teléfono para evitar desorientaciones, la creación de bonos combinados entre bus y taxi y otras innovaciones de movilidad.

El negocio financiero

Las pensiones no ofrecen un valor seguro y perdurable, por lo que las instituciones financieras y de seguros han creado nuevas fórmulas para extender el valor de las propiedades inmobiliarias con ventas inversas, mejorar las pensiones privadas con productos concretos, eliminar restricciones a la disposición de los ahorros fuera de los planes de pensiones o simplificar la tecnología para el uso entre mayores.

El turismo

El IMSERSO, como vehículo principal de las ofertas, tendrá que ampliar e innovar para buscar quien cubra los servicios de este segmento demográfico.

El perfil es nuevo: es la primera generación que ha viajado con regularidad, que se maneja en las líneas aéreas de bajo coste y que no aspira solo a una semana larga de playa en temporada baja.

La oferta se ampliará con nuevos destinos y nuevos servicios, tal vez, con competencia internacional para viajes y estancias cortas.

La nostalgia

Consiste en la identificación de modas y tendencias que fueron interesantes en su juventud y madurez.

Ahora pueden plantearse el “lujo” de adquirir una colección del recuerdo, una línea de productos de alimentación de “cuando yo merendaba en el colegio”, un diseño antiguo y otros servicios vintage.

Otra línea es la documentación y ordenación de los propios recuerdos: imágenes, vídeos familiares, historias propias sistematizadas para mantener la llama de la historia vivida. El nuevo árbol genealógico será más parecido a una web y una red social que a una lámina.

Experiencia de compra

Estas seis áreas de actividad económica tienen algo en común para la silver economy. Los seniors no están interesados en productos y servicios baratos, sino en aquellos que ofrecen calidad y experiencia de compra, dos claves del marketing para mayores.

La calidad se refiere a la predisposición a pagar más, cuando el producto es realmente diferente o atiende a sus necesidades. En lenguaje sencillo, los mayores no quieren promociones 2×1, pero sí buscan un “capricho”, un lujo de “ahora o nunca”. Puede ser un vino particular para una ocasión excepcional o el viaje nunca realizado por falta de tiempo.

La experiencia de compra es lo contrario a la satisfacción instantánea de la actividad digital: los mayores quieren aún contacto físico con el vendedor, visitar y tocar el producto, comunicarse cara a cara.

Para esto último, los propios baby boomers serán excelentes vendedores, por lo que se les abre una nueva oportunidad de empleo a tiempo parcial.

En síntesis, la silver economy brinda nuevas oportunidades de inversión, emprendimiento y creación de negocio, para atender las demandas de nuevas generaciones de compradores que tienen un criterio propio acerca de la calidad y que persiguen unos últimos años de buen vivir.

Sea cual sea tu negocio, ábreles las puertas, porque están aquí y cada vez serán más.

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