Cumplir la regulación también forma parte de la transformación digital

Pablo Blasco    24 marzo, 2017

Es probable que el cumplimiento normativo sea un tema sobre el que haya mucho conocimiento en las empresas, y que su ejecución sea una engorrosa tarea para el departamento responsable y también para otras áreas afectadas.

El cumplimiento normativo (compliance, en su terminología inglesa) es una de las últimas industrias en verse afectada directamente por la transformación digital. Se trata de una actividad que supone, hoy día, un alto esfuerzo en tiempo y dinero para muchas empresas.

Como destacábamos en artículos anteriores, sectores al igual que los servicios financieros o los seguros no se entienden sin el sufijo tech, el cumplimiento de la regulación también tienen su apelativo en este nuevo ámbito: regtech.

Podríamos delimitar la regtech como la adopción de tecnologías que permiten y facilitan el cumplimiento de los requerimientos regulatorios. Todo a través de tecnologías como el cloud computing o el blockchain. Su base operativa es la automatización de procesos y procedimientos. En cuanto a la materia prima, se basa en los requisitos de información en materia de cumplimiento normativo que las empresas proporcionan a los diferentes reguladores (organismos públicos).

Se trata de un cambio que afectará a muchas entidades en los próximos meses, en industrias como los servicios financieros (banca y fintech), los seguros, las telecomunicaciones, la energía o la industria farmacéutica. Todos ellos sectores cuyas empresas están sometidas a un alto grado de regulación en cuanto a normativa fiscal, contable y laboral (incluyendo procesos y procedimientos financieros y administrativos). Las empresas de otros sectores podrán aprovecharse de las innovaciones que vayan surgiendo en este terreno.

La clave estará en que las propias empresas, indistintamente del sector en que compitan, comprendan la necesidad de incluir estas tecnologías dentro de sus modelos de negocio y perciban su utilidad más allá del mero trabajo de gestión que implica en la actualidad.

En este sentido, las soluciones regtech están enfocadas en varios segmentos: análisis y visualización (y comprensión) de datos, biometría y verificación, integración de software, evaluación de riesgos. Soluciones que abarcan también actividades concretas como el fraude en los ecommerce o en las transacciones financieras, el blanqueo de capitales y la protección inteligente de comunicaciones y seguridad de la información de clientes.

Los beneficios que aportan estas tecnologías se pueden concentrar en tres puntos clave:

 

Reducción de costes

Se simplifican y estandarizan los procesos de cumplimiento normativo. Esto además, permitirá agilizar la redacción de informes, lo que supone un ahorro significativo también en tiempo.

 

Lucha contra el fraude y detección de riesgos legales

La adopción de analítica de negocio, basada en big data permitirá emplear toda la información presentada para múltiples usos, entre ellos, luchar contra el fraude y detectar riesgos legales potenciales.

 

Mejora de la experiencia de cliente

Potenciará la experiencia de cliente en áreas como el fraude o la gestión de la información transaccional. Recordemos que con la nueva directiva europea de pagos, los usuarios podrán autorizar a terceros a realizar transacciones en su nombre, sin necesidad de acceder a sus cuentas bancarias ni emplear su tarjeta de crédito.

 

Adicionalmente, también es de gran utilidad para la expansión internacional de cualquier negocio que requiera de este cumplimiento, ya que podría automatizarse de forma inmediata a través de una solución tecnológica, al igual que ocurre ya con las divisas o las transacciones internacionales, reduciendo de esta forma posibles errores y riesgos.

El principal inconveniente está en la variabilidad del regulador, y en los tiempos y plazos de adaptación necesarios para llevar a cabo el mencionado cumplimiento. El desarrollo tecnológico aún se encuentra en una fase temprana y la integración de los diferentes programas de software podría disminuir esta dificultad.

Por todo ello, cualquier empresa, sea grande o mediana, puede realizar un rápido diagnóstico en este tema siguiendo cuatro pasos: identificación de riesgos regulatorios en cada parte del negocio (unificando puntos críticos comunes), estandarizar el cumplimiento normativo (gestión del proceso), automatizar (adopción de la mejor solución tecnológica) y por último, monitorizar.

No hay duda de que trabajar en la nube permitirá compartir información de forma rápida y sencilla. Emplear blockchain evitará potenciales casos de manipulación informativa y la inteligencia artificial hará que los propios sistemas aprendan con la experiencia.

En un mundo tecnológicamente complejo, donde la normativa tiene un peso esencial en el posicionamiento competitivo, el cumplimiento de la regulación puede suponer una ventaja en el mercado. Con tres premisas clave: seguridad, adaptación y coste en la tramitación. Todo para ser más eficientes.

 

Foto: pixabay

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