Ventajas que aporta una aplicación móvil a nuestro negocio

José María Lissen    14 octubre, 2014

En anteriores artículos hacíamos referencia al desarrollo de aplicaciones como una de las técnicas de marketing móvil más eficaces. Teniendo en cuenta el comportamiento de los usuarios, una aplicación móvil podría ser el vehículo perfecto para establecer un canal de comunicación directo con nuestro público. Según un reciente estudio publicado por IAB Spain, el acceso a Internet a través de una app se ha consolidado. Prácticamente no hay diferencia cuantitativa entre acceso mediante navegador y por aplicación. Hace tan solo un par de años, las cifras quedaban muy lejos una de otra.

Las apps se han convertido en el instrumento favorito de una sociedad siempre conectada. Además de proporcionar rapidez y agilidad de uso, esta pieza de software establece un vínculo directo con los usuarios, algo que puede ser muy rentable si lo sabemos aprovechar.

El desarrollo de aplicaciones puede ser algo muy costoso. Debemos definir previamente qué necesidades queremos cubrir con nuestra app y qué vamos a conseguir con ella desde el punto de vista del marketing móvil. No todas las empresas necesitan una app, lógicamente, pero sí es cierto que su implementación conlleva una serie de beneficios que pueden mejorar muchísimo la faceta móvil de nuestro negocio.

 

Web móvil versus app

Aunque es muy importante tener la web adaptada, las apps nos permiten utilizar todas las funcionalidades del terminal de manera directa. Estamos hablando, por ejemplo, de la localización por GPS o el uso de la cámara como forma de interacción. Las posibilidades con este tipo de software son mucho mayores que con la web móvil.

Notoriedad

Una app asegura una presencia constante de la marca en el dispositivo móvil del usuario. Las posibilidades de interacción aumentan. Además, la sincronización entre app y redes sociales mejora la difusión y “viralización” de los contenidos.

Fidelización

Las aplicaciones móviles deben concebirse para estar completamente adaptadas a la audiencia, para ser útiles y aportar un valor añadido. Si la app se limita a repetir la información que tenemos en la página web, no valdrá para nada. El uso de funcionalidades especiales, servicios prácticos, ofertas y promociones hará que el usuario recurra con frecuencia a nuestra aplicación con el objetivo de conseguir algo muy concreto. En una palabra, fidelización. Si el usuario elige nuestra aplicación, está escogiendo también a nuestra empresa por encima de otras.

Seguridad

Los datos del usuario están mucho más protegidos con una aplicación. El acceso a Internet desde un navegador siempre entraña más riesgos. Esto no quiere decir que debamos confiar ciegamente en todas las aplicaciones que encontremos. Lo primero es asegurarnos de que estamos ante una app oficial, que ha sido debidamente validada. De toparnos con algún malware, el daño podría ser muy grande, ya que la app falsa tendría acceso a todos nuestros datos personales. Por ello, la seguridad es un punto clave en el desarrollo de aplicaciones.

Comunicación

Con una app, los clientes pueden acceder rápidamente a la información de nuestra empresa. El usuario puede contactar con nosotros de una forma más ágil que por otras vías. Y lo mejor, gratis. De la misma forma, nuestra marca puede desarrollar una interacción directa con su público en función de los objetivos que hayamos marcado (comerciales, informativos, etc.).

 

Antes de actuar, pensemos. Si queremos sacar una app al mercado, es preciso que definamos previamente cuáles son los objetivos de marketing que vamos a cubrir con este tipo de software. Los beneficios pueden ser muchos, como ya hemos visto. Pero el éxito de una aplicación es cuestión de estrategia. Una app es la parte de un todo, y ese todo debe servir a un propósito: aportar valor al cliente.

Foto:HealthGauge

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