El viaje de Wetaca: de una cocina de estudiantes a startup de facturación millonaria

Raúl Alonso    23 febrero, 2022
Startup española Wetaca

Dos jóvenes estudiantes, pasión por la gastronomía, una cocina y un táper que el boca a boca pronto hizo correr entre sus amigos. Estos son los ingredientes con los que nació la fórmula Wetaca. Seis años después, despachaba 1,6 millones de raciones de platos preparados caseros desde una plataforma de Internet que facturó 10 millones de euros.

“Somos ambiciosos, queremos seguir creciendo”, explica Efrén Álvarez, uno de sus cofundadores. “Creemos que Wetaca puede ser la nueva forma de comer en el mundo, y tendría sentido que el líder fuera un país con tradición gastronómica como España. Trabajamos para intentar convertirnos progresivamente en ese player, aunque somos conscientes de que todavía queda mucho por hacer”.

Enseñanzas en «MasterChef»

Wetaca surgió de las inquietudes de una pareja singular de emprendedores, y no sería descabellado afirmar que es una startup nacida de una cocina de solteros. La formada por el citado Álvarez y Andrés Casal, dos estudiantes gallegos de Administración y Dirección de Empresas en Madrid. 

Puede que a la legión de seguidores de MasterChef, le suene la cara de uno de los cofundadores. Álvarez participó en la primera edición, e incluso realizó un periodo de formación en el restaurante de Jordi Cruz. “Era el último año de carrera y tenía una oferta para trabajar en PwC, pero antes de meterme en la consultoría, me apetecía probar en el mundo de la cocina, que siempre me ha apasionado”.

Asegura que allí aprendió mucho de “cómo conseguir una experiencia de cliente Michelín”. Pero también, de cómo mantener alto un estándar de calidad, lo que a posteriori se ha convertido en una de las claves de éxito de Wetaca: “Ofrecemos un producto siempre igual de rico”.

Una startup nacida en la cocina

Pero volvamos a finales de 2013, a esa cocina en que Álvarez y Casal se reunían cada domingo para no malcomer de lunes a viernes, como hacen miles de oficinistas. “Y si está bueno, lo vendemos”, se dijeron.

“Así empezamos, haciendo pruebas en casa, luego llegaron los amigos y más tarde más personas interesadas, hasta que en enero de 2015 nos presentamos al público con web y un local propio”, resume Álvarez. La inversión para esta primera cocina en el barrio madrileño de Prosperidad se cubrió con los pocos ahorros y la ayuda familiar. Unos inicios que recuerdan duros, incluso para tirar la toalla, pero la recomendación de un blog multiplicó de pronto los pedidos.

A los 18 meses de arrancar, la infraestructura inicial se quedaba corta con una demanda al alza, así que decidieron salir en busca de financiación. “No sabíamos nada de venture capital, por lo que empezamos como con todo lo demás, buscamos tres o cuatro libros”. Una de ellos era del profesor e inversor Luis Martín Cabiedes, con quien se pusieron en contacto: “Le gustó lo que oyó, habló con su hermano, y juntos nos ayudaron a levantar una ronda de 300.000 euros”.

Fue la primera de tres, todas ellas manteniendo el grueso del mismo grupo financiero, entre el que también se encuentra Bewater Funds. De hecho, Álvarez no escatima en calificativos para agradecer esa muestra de confianza que les ha permitido centrar sus esfuerzos en mejorar la operativa del negocio: “Levantar dinero es siempre exigente, y siempre difícil, nunca llega regalado”.

De izq. a drcha., Andrés Casal y Efrén Álvarez

Darse a conocer y aprender a contratar

Sería ingenuo pensar que el viaje de Wetaca ha sido fácil. “Cuando empezamos, no sabíamos nada. Entonces, lo único que queda es actuar y si te la pegas, volver a intentarlo. La suerte que hemos tenido es que somos muy curiosos y siempre hemos leído mucho. Seguimos haciéndolo, y así, además de aprender haciéndolo, aprendemos de quien ya lo ha hecho bien”. 

En el inicio “no teníamos nada de dinero para marketing. Lo único que hacíamos era premiar a los clientes con descuentos por la recomendación, y eso nos ayudaba a crecer poco a poco. Luego conseguimos aparecer en las búsquedas orgánicas de Google y empezamos a salir en medios, lo que siempre representaba un empujón”.

Hoy las cosas han cambiado, y Wetaca maneja un buen mix de estrategias del marketing online. De redes sociales a publicidad display, de redes de afiliación a marketing de influencer. “Pero lo que sigue funcionando muy bien es la recomendación”, insiste Álvarez, “y quien prueba, suele repetir”.

Con un equipo que hoy alcanza las 70 personas más colaboradores, otro punto que recomienda afinar a los emprendedores noveles, es el de la contratación. “Es muy importante aprender a contratar, saber qué necesitas de una persona y quién te lo puede dar, porque cada vez que te equivocas lo pasan muy mal las dos partes. Y también hay que saber que en cada momento la organización necesita de unas personas, debes ser consciente de ello, para aprender a dejarlas”.

Apuesta por la suscripción

Para una startup como Wetaca, crecer el 50% sabe a poco. Y no debería sonar pretencioso en un proyecto con expectativas confirmadas en los pasados ejercicios, cuando vieron duplicar las ventas año tras año. De hecho, tras facturar cerca de 10 millones el ejercicio pasado, para 2022 esperan recuperar crecimientos del 80% o 90%, para lo que confían mucho en su apuesta por el modelo de suscripción.

“Creemos que es el futuro, y de momento ofrece buenos resultados”, explica Álvarez. Con esta iniciativa, Wetaco espera ofrecer una solución de alimentación más a largo plazo a sus clientes, facilitando el proceso de entrada, selección de los platos y pago.

La demanda quiere dar respuesta al actual comportamiento de un usuario que realiza una media de 2,2 pedidos al mes, de siete platos cada uno: “Ahora pueden configurar un perfil con sus gustos para automatizar el pedido. Además, nuestro algoritmo va aprendiendo para adaptarse mejor a sus preferencias y elegir con la selección de platos”.

En Wetaca están convencidos de que una parte de la sociedad busca una solución como la suya: “Si no te gusta cocinar, no te apetece o no tienes tiempo, tiene sentido que confíes en alguien que te ayuda a disfrutar del momento de la comida, que te permite comer rico, y que además te ofrece platos como tú quieres, para comer sano”.

Y no se descarta exportar el modelo, pero cuando llegue el momento. “No hacemos planes a más de 18 meses porque, viendo cómo crece el mercado, no tiene sentido hacerlos a más largo plazo. Seguro que en algún momento se abordará la internacionalización, pero aún hay mucho mercado en España”.

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