Las diez competencias de un profesional digital

Raúl Salgado    12 julio, 2021
Competencias digitales actuales

Hace algunas décadas, muchos de nuestros abuelos trabajaban como eslabones en cadenas de montaje ubicadas en fábricas irrisoriamente sofisticadas si se comparan con las de la actualidad. Otros tantos lo hacían a destajo, machacando piedra a mano o segando de sol a sol en verano. Nadie hablaba de competencias digitales.

Por aquel entonces, la puntualidad, la fuerza o la maña eran algunas de las cualidades más valoradas por las empresas, aunque bien es cierto que dependía del sector de actividad. Pero hoy en día, en la era digital, nada es como antes.

Para trabajar eficientemente en un escenario caracterizado por el dato y la automatización, los profesionales deben desarrollar nuevas competencias en aras de ser más productivos y aumentar su competitividad.

Motores de transformación y competencias digitales

Hace ya diez años, un grupo de investigadores californianos identificó seis motores de transformación de cara a la década en la que nos adentramos. De ellos afloraron diez competencias para los profesionales de esta era, recogidas en el informe Sociedad Digital en España, elaborado por la Fundación Telefónica.

  1. Crear sentido para compensar con el razonamiento humano aquellas facetas en las que la inteligencia artificial no es fuerte.
  2. Inteligencia social para conectar con otros.
  3. Razonamiento original y adaptativo, para idear soluciones y respuestas a problemas que estén más allá del discurrir mecánico por cauces de razonamiento preestablecidos.
  4. Competencias interculturales para operar en escenarios culturalmente distintos.
  5. Pensamiento computacional para entender el razonamiento basado en datos.
  6. Alfabetización en nuevas formas de comunicación, para desarrollar y gestionar contenidos en nuevos medios y formatos persuasivos.
  7. Transdisciplinariedad para entender y manejar con soltura los conceptos de distintas disciplinas.
  8. Mentalidad de diseño, para representar y desarrollar los procesos de trabajo y las tareas necesarias para conseguir un resultado concreto.
  9. Gestión de la carga cognitiva, para filtrar el exceso de información y discriminar el conocimiento de valor.
  10. Colaboración virtual, para trabajar online de una forma productiva y comprometida.

Se busca mano de obra digital

Sin embargo, la labor prospectiva realizada antaño no ha impedido que hoy en día se necesite mano de obra digital. La demanda de gente formada en informática y telecomunicaciones crece a ritmos próximos al 4% anual, y el año pasado el mercado europeo sufrió un déficit de 756.000 expertos en TIC, según datos de la propia Comisión Europea.

Pues bien, el informe Sociedad Digital en España, de Fundación Telefónica, revela que los perfiles que más se buscan están relacionados con la ciencia de datos y las tecnologías vanguardistas, como la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas (IoT) o la robótica.

Pero en contra de lo que solía pensarse hasta la fecha, la ola digital no solo arrasará los trabajos más rudimentarios y menos cualificados, ya que entre los profesionales que se verán abocados a surfearla también se encuentran contables, auditores, analistas financieros, especialistas en Recursos Humanos, etc.

Cambio cultural y competencias para digitalizarse

Digitalizarse no es solo utilizar aplicaciones en la nube o tener página web. Se necesita un cambio cultural, que implica nuevas habilidades y destrezas. Javier Rodríguez Zapatero, autor de “Por una España Digital”, instaba en estas mismas páginas a cambiar el modelo educativo para sacar partido a la revolución digital, en la que no estamos formando talento capaz de aprovecharla.

En su opinión, “la economía digital está basada en la capacidad de aumentar nuestra inteligencia para crear, innovar y desarrollar nuevas ideas. Y los españoles somos buenos en ello, pero debemos entender el entorno, lo que comienza en la educación primaria”.

Esos cambios en el modelo educativo y de formación, a la postre, permitirían dotar a los trabajadores de nuevas habilidades para ser competitivos en un entorno con cada vez más sistemas inteligentes.

Equilibrio entre habilidades duras y blandas

En un mundo dominado por máquinas, las competencias tecnológicas (hard skills) son fundamentales en prácticamente cualquier empresa y sector de actividad. No obstante, conforme avanza la revolución digital, cobran un mayor protagonismo las soft skills o habilidades blandas, es decir, las que tienen que ver con la personalidad.

En el informe Sociedad Digital en España se pone de manifiesto que más allá de las habilidades digitales, existe la necesidad de otro tipo de competencias menos técnicas y más asociadas con las relaciones humanas.

De ahí que los profesionales del futuro tendrán que conciliar las competencias digitales con habilidades más vinculadas al carácter humano y a las formas de interaccionar con los demás.

A su vez, las soft skills actúan como garantes de capacidades tan irrefutables como la curiosidad, la creatividad, el inconformismo o el espíritu de superación.

Qué son las competencias fundacionales

La consultora Burning Glass Technologies ha acuñado el término competencias fundacionales para referirse a la combinación de competencias laborales para la economía digital, tanto para los sectores más vanguardistas y tecnológicos como para los más tradicionales.

Del informe elaborado por la Fundación Telefónica se desprende que las competencias fundacionales se dividen en tres categorías:

  • Humanas: incluyen las habilidades comunicacionales, la creatividad, el pensamiento crítico, la capacidad para colaborar y de análisis.
  • Competencias para la construcción digital: albergan la analítica y gestión de datos, el desarrollo de software y la programación y los conocimientos sobre seguridad digital y defensa de la privacidad.
  • Habilitadoras de negocio: sirven para articular las de las otras categorías, como la capacidad para comunicar datos, el diseño digital, la gestión de proyectos, etc.

Todos debemos ser multidisciplinares

El dinamismo y la constante interacción con las personas son dos de las principales características del entorno de trabajo actual. En este sentido, Emilio Márquez, CEO de La Latina Valley, habla de las competencias que se requieren en la actualidad:

Multidisciplinar

El saber no ocupa lugar y cuantas más disciplinas seamos capaces de abordar, más preparados estaremos para un futuro laboral cada vez más exigente.

Habilidades tecnológicas

Atrás quedaron los tiempos en los que la tecnología era cosa exclusivamente de expertos. Desde el primer al último trabajador de la plantilla, todos deben tener nociones tecnológicas, informáticas y digitales, de forma que sean capaces de afrontar cualquier situación sobrevenida.

Renovación y reciclaje

Si bien las nuevas generaciones pueden tener más facilidad para el dominio tecnológico, no hay excusa que valga para la vieja escuela. La renovación y el reciclaje del perfil laboral pasan por aprender a adaptarnos a las nuevas situaciones y comprender que el entorno laboral cambia, por lo que si queremos permanecer en él, hay que estudiar las nuevas salidas profesionales.

Big Data, IoT y logística

El análisis de datos será clave en los procesos de automatización donde no habrá ni un solo dispositivo que no esté conectado a Internet. Debemos ser capaces de interpretar esos procesos de automatización y dar el feedback correspondiente para así poder subsanar los posibles errores que se produzcan.

Analítica, pensamiento crítico e inteligencia artificial

El análisis de datos también incluye un punto de vista crítico, donde el empleado sea capaz de discernir lo que la inteligencia artificial no puede hacer por sí misma.

Foto de Priscilla Du Preez en Unsplash

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