Todas las fórmulas de financiación para tu empresa

Mar Carpena    16 abril, 2019

Es casi parte de su ADN. La mayoría de las pequeñas y medianas empresas tienen en el acceso a la financiación su principal escollo.

Frente a las grandes corporaciones, los recursos económicos son los más ausentes en el terreno de la pyme, que ve cómo, en muchas ocasiones, lograr el dinero con el que expandir su negocio a otros países, formarse, dar el salto tecnológico o simplemente seguir adelante puede resultar una auténtica proeza.

Una situación en la que son muchas las que deciden pedir ese dinero fuera de su propio negocio. Amigos y familiares suelen ser los primeros a los que acudir pero, agotada esta fuente, existen otras vías.

Los bancos, una opción cada vez menos utilizada

Tradicionalmente, durante muchos años, fueron las entidades financieras las principales valedoras económicas de las pymes de este país mediante los préstamos que les concedían. Sin embargo, tras la crisis económica, que sacudió en 2009 a prácticamente todo el planeta, muchas son las pequeñas y medianas empresas que han decidido distanciarse de este modelo de financiación.

Concretamente y de acuerdo con los datos del Banco Central Europeo (BCE), en septiembre de 2009, los bancos constituían la opción preferente de las pymes europeas a la hora de financiarse, muy por encima de otras vías como la ampliación de capital.

En nuestro país y tan solo entre los meses de enero y febrero de 2019, los bancos han registrado una caída abrupta de los importes en pequeñas y medianas empresas de un 19,5%, según los datos del Banco de España.

Entonces, si no son las entidades financieras, ¿quiénes son ahora las fuentes de financiación elegidas por las pymes?

Ayudas públicas

Una de las vías con las que cuentan las pequeñas empresas de nuestro país es la ayuda pública de organismos como el Instituto de Crédito Oficial (ICO). Esta entidad, en 2018, sufragó más de 41.440 operaciones, por un importe aproximado de 2.500 millones de euros.

De este volumen, el 90% de las transacciones fueron suscritas con pequeñas empresas de menos de 50 trabajadores, registrando un volumen aproximado de 1.600 millones de euros.

Las líneas ICO financian la actividad de autónomos, pymes, empresas y emprendedores, tanto en España (Línea ICO Empresas y Emprendedores, Línea ICO Crédito Comercial) como en el exterior (Línea ICO Internacional, Línea ICO Exportadores, Línea ICO Canal Internacional).

Otro de los organismos públicos más utilizados por las pymes a la hora de financiarse es ENISA, Empresa Nacional de Innovación, que durante el pasado año aprobó la financiación de 534 proyectos, de 1.400 estudiados y destinó 74,5 millones de euros a la creación y el crecimiento de empresas.

La entidad, que depende del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, contempla ayudas de dos tipos: para proyectos semilla y para proyectos en crecimiento.

En el caso de los proyectos de nacimiento o de semilla existen dos líneas de financiación: de emprendedores y de jóvenes emprendedores, que van desde los 25.000 hasta los 300.000 euros.

En el caso de las pymes, son líneas destinadas a que estas empresas “crezcan y se fortalezcan”. Las cantidades oscilan desde los 300.000 hasta los 1,5 millones de euros.

Por su parte, el objetivo de CERSA (Compañía Estatal de Refianzamiento), otra entidad pública a la que acudir, es “fomentar y ayudar a las empresas con su desarrollo, ya sean de nueva creación o ya afianzadas, llegando a pymes y autónomos de toda España. También, apoyando las actividades innovadoras, un 27,5% de sus acciones van dirigidas a sus líneas de Crecimiento de Empresas (sobre digitalización y desarrollo), Internacionalización e Innovación”.

La Compañía Estatal de Refianzamiento ha aportado más de 600 millones de euros a más de 10.000 empresas españolas. Si analizamos estas cifras en los últimos cinco años, el resultado que obtenemos es de un total de 2.453 millones repartidos entre 53.929 pymes beneficiarias, según reza en su propia web.

Nuevos métodos de financiación

Junto a estas ayudas públicas y con el distanciamiento con la banca, son muchas las pymes que han decidido comenzar a valorar nuevas fórmulas que les permitan obtener los fondos económicos que precisan.

Junto al auge del crowdfunding, que ya han adoptado muchas de estas pequeñas empresas, comienza a expandirse también el llamado crowdlending, es decir, los préstamos entre particulares.

Estos créditos, tanto para actores privados como para empresas, permiten satisfacer sus necesidades de financiación, además de en operaciones de capital circulante, también para las de inmovilizado o aquellas orientadas al crecimiento.

De acuerdo con la Asociación de Crowdlending Española (ACLE), durante 2018, el volumen de financiación a través de este método, tanto de proyectos como de particulares, ascendió a 118,25 millones de euros.

La diferencia con el crowdfunding es que en este caso el inversor pacta unos intereses y unos plazos de devolución, por lo que la recuperación de la inversión está ligada a que el proyecto en el que se ha invertido tenga éxito.

Desde la Asociación defienden que el éxito de esta fórmula reside en la agilidad y rapidez, ya que -según explican- los plazos de obtención de fondos son, por lo general, entre un 30% y un 50% más rápidos que los de los bancos.

Subvenciones, créditos, inversores privados… La financiación al alcance de la pyme comienza a tomar múltiples formas que muestran la importancia que estas empresas tienen.

Y es que tan solo hay que recurrir a un par de datos. Las pequeñas y medianas empresas representan el 91% del tejido empresarial en España, según los últimos datos aportados por el Directorio Central de Empresas (DIRCE), y son las principales generadoras de empleo en la economía nacional, ya que concentran el 71% de los afiliados a la Seguridad Social.

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