Recomendaciones para celebrar la comida de Navidad de empresa

Raúl Salgado    7 diciembre, 2016

Ande, ande, ande, La Marimorena… Ande, ande, ande que es la Nochebuena. Llegan días de celebraciones, villancicos y turrones. Días en los que los pequeños comen mazapán mientras los mayores brindan con champán. Días en los que los niños preparan la carta a los Reyes Magos, las calles se engalanan con luces y los comercios se llenan de colores. Suenan panderetas y zambombas. Llega la Navidad. Y son pocas las empresas que no encuentran un motivo para reunirse fuera de la oficina a comer, cenar, cantar, bailar y disfrutar.

Pese a que de algunos estudios se desprenda que la mayoría de los españoles preferiría recibir una paga extra –a modo de aguinaldo- o unos días de vacaciones en estas fechas, las comidas navideñas son la opción predilecta para buena parte de las compañías, seguidas de la Lotería y de la cesta, que años atrás era la estrella indiscutible pero ahora queda relegada a una cuarta posición.

Celebrar algún tipo de evento durante estos días tan señalados sirve para cohesionar los equipos, fortalecer las relaciones entre los empleados y premiar el trabajo desempeñado durante el resto del año. Pero, ¿cuáles son los aspectos más importantes a la hora de organizar la fiesta de Navidad?

Lo primero es decantarse: ¿comida o cena? E, independientemente de la elección, escoger la posibilidad de cóctel o de sentarse en torno a una mesa, en función de lo que se busque y, por supuesto, del presupuesto con el que se cuente. Hoy en día, son más las empresas que prefieren cenar, aunque el gasto resulta significativamente superior, ya que tanto el tiempo como los servicios se extienden. Y es que mientras que las cenas suelen prolongarse con unas copas como antesala de unos bailes, las sobremesas de las comidas no requieren nada más especial que alguna amenización tranquila.

Si lo más habitual entre las empresas es celebrar una cena en vez de una comida se debe a que después puedan quedarse los compañeros charlando amistosamente durante un buen rato. Y, mayoritariamente, suelen hacerse entre semana. No sólo porque la asistencia es mayor, sino que las compañías consideran oportuno “no quitar” a sus empleados tiempo libre del fin de semana.

Inmaculada García, directora de eventos en Fiestas con Glamour, revela que los días más demandados son jueves y viernes. Y que, en este año debido a las coincidencias del calendario, las peores fechas son el jueves 15 y el viernes 16, la jornada en la que el sector de la hostelería más facturará a lo largo del año. De hecho, dada la alta demanda de servicios para estos días, un buen número de reuniones se ha trasladado para la siguiente semana. Concretamente, para el jueves 22.

La diferencia de precio entre celebrar una comida o una cena radica en los servicios contratados. La comida suele llevar aparejada un menú que incluya, como mucho, una copa para charlar durante la sobremesa. Y, dependiendo de la empresa y de su presupuesto, alguna actividad de animación o espectáculo.

El tiempo a mediodía es mucho más reducido. García sostiene que la comida dura unas dos horas, más otra de tertulia o de actividades de ocio. En el caso de las cenas, empiezan a imponerse los cócteles servidos y pasados por camareros, seguidos de una barra libre de bebida con una duración mínima de dos horas y algo de música que ambiente.

 

Sugerencias para la comida de Navidad de empresa

Muchas empresas buscan organizar un evento distinto, en el que predomine algún elemento diferenciador o servicio novedoso. Y García propone actividades como:

  • Talleres de cocina, en plan Master Chef.
  • Concursos de karaoke, a imagen y semejanza de Furor.
  • Juegos de networking que sirvan para fomentar las relaciones entre los empleados.
  • Gymkanas navideñas.
  • Concursos de baile.
  • Cluedo.
  • Show de coctelería acrobática.

En cuanto a la organización de espectáculos se refiere, la directora de eventos en Fiestas con Glamour sugiere rememorar las décadas de los 70 y los 80, hacer algún festejo temático o “Bollywood”, contratar un «monologuista» o un espectáculo de magia, hacer un tipo de Flashmob o apostar por la música en directo –ya sea un dj, un grupo de los años 80 de pop & rock, un violinista, un saxofonista…-. Además, García recomienda incluir en la fiesta de empresa un fotomatón o photocall, decorado en un marco navideño y, por supuesto, personalizado para cada compañía.

Más allá de la elección, y aunque siempre hay excepciones, estos eventos deben ser divertidos y buscar la interacción entre jefes y empleados. Conviene dejar las rencillas en un segundo plano e intentar crear una atmósfera de buen rollo. Asimismo, es recomendable resaltar los valores corporativos de la empresa, reforzar los vínculos entre la plantilla o crear lazos entre miembros de diferentes departamentos.

Sin embargo, muchas empresas cometen errores que pueden hacerlos fracasar. Y entre los más frecuentes destacan la selección de un espacio inapropiado para lograr los objetivos previstos inicialmente o de las personas que intervienen en la organización.

Las comidas y cenas de Navidad son encuentros informales en los que no conviene pedir aumentos de sueldo o mejoras de las condiciones laborales. Tampoco es el momento ideal para trasladar quejas o sugerencias. Cristina Soler, talent manager de Experis, sugiere ver este tipo de reuniones como una oportunidad para entablar o afianzar las relaciones sociales con los compañeros sin la presión del entorno laboral, así como aprovechar el ambiente festivo y relajado para “dejarse ver”.

Soler considera que la cena de Navidad es una excusa para reunirse con los compañeros y que los empleados no deberían sentirse obligados a la hora de acudir. “Quizá en un primer momento estemos con la gente más cercana. Es normal. Todo debe ir sucediendo de manera paulatina, sin presiones”, agrega.

Si bien no es recomendable hablar de política, religión o de cualquier asunto susceptible de crear polémica, en el caso de que surgiera habría que tratarlo de la manera más tolerante posible. Sobre todo, al conversar con quienes tengan ideas poco afines. No vaya a ser que salgan chispas que incomoden a los asistentes.

En el día a día, los empleados tienen contacto, fundamentalmente, con los compañeros que se sientan al lado, por lo que estos actos permiten aumentar las relaciones sociales dentro de la empresa. Son una buena oportunidad para conocer a quien se desee, no sólo para acercarse a los superiores –que en otras ocasiones resultan más inaccesibles- y conocerlos un poco más en profundidad.

“Debemos dejar que todo fluya, sin forzar situaciones que puedan resultar violentas”. La talent manager de Experis apostilla que lo mejor es no cometer ningún tipo de exceso o imprudencia. “Está bien dejarse llevar, pero no hay que olvidar dónde estamos”.

 

Foto: Pixabay

Comentarios

  1. Muy buenos consejos para celebrar una cena de empresa como se merece.
    Tomamos nota para aplicarlo a nuestro equipo.
    Sin duda es una de las citas ineludibles que no debemos pasar por alto.

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