No sigas tu pasión, sigue tu propósito

Ángel María Herrera    14 junio, 2019
Pasión y propósito

Muchos de los que me lean habitualmente saben que soy un gran amante del poder de las palabras, algo que creo que tiene mucha más importancia de la que pensamos. Por ello, este artículo busca clarificar qué es la pasión, porque muchas veces usamos el término incorrectamente.

Y ahora te preguntarás: ¿pero no se ha dicho siempre que lo más importante es seguir tu pasión, hacer las cosas que más te apasionan? Entonces, ¿por qué titulo este artículo negando esta afirmación, cuando seguramente yo sea el primero que más de una vez haya recomendado a alguien que siga su pasión? Pues porque posiblemente no te hayas parado a averiguar qué significa realmente “pasión”.

Si nos remitimos a su origen etimológico, encontramos que viene del latín “passio” (sufrimiento). Y si recurrimos a la RAE, vemos que la primera de sus acepciones es “Acción de padecer”.

La tercera y cuarta acepciones la definen como “Lo contrario a la acción” y “Estado pasivo del sujeto”. Conociendo estos significados, ¿querrías seguir actuando llevándote por la pasión o preferirías replantearte tus objetivos?

Es posible que acabes de descubrir que la pasión está relacionada con el sufrimiento, por lo que es lógico pensar que no tienes ningún interés en algo que te hace sufrir. No digo nada nuevo si hago referencia a cómo terminan las relaciones pasionales…

Y es un concepto que también se asocia a la acción de los emprendedores. Aquellos que levantan con pasión su negocio, que se sacrifican, que luchan, pierden horas de sueño, dinero y hasta salud. Porque todo esfuerzo es poco para sacar adelante algo que te apasiona, ¿no? ¿Seguro? ¿Para algo que provoca sufrimiento? No. Creo que es más fácil cambiar el término, y por eso yo abogo por el concepto “propósito”.  Si vamos al origen etimológico de esta palabra, comprobamos que viene del latín propositum; “pro” (hacia delante) y “positum” participio de “poner”. Y la RAE también nos lo deja claro: propósito es: 1. Ánimo o intención de hacer o de no hacer algo. 2. Objetivo que se pretende conseguir.

Debemos vivir con un propósito

Creo que tenemos que trabajar, estudiar o lo que sea yendo siempre hacia adelante, pero sin asociar este hecho, inexorablemente, al esfuerzo, al sufrimiento. Debemos mirar a nuestro alrededor, seguir el ejemplo de la naturaleza, que sigue su camino, que trabaja, a su ritmo, de manera natural.

De hecho, creo que estamos mucho más sometidos a las palabras de lo que pensamos, porque ni siquiera utilizaría el término “trabajar”, sino que lo sustituiría por “disfrutar”. ¿Sabías que “trabajar” viene del latín vulgar “tripaliare”, que era un instrumento de tortura que te invito a buscar en Internet?

Y para poder disfrutar, que etimológicamente es gozar del trabajo, creo que es indispensable tener un propósito, porque será lo que realmente te aporte satisfacción, te haga feliz y te anime a seguir hacia delante. Encontrar un trabajo que te haga disfrutar, que te dé gozo.

En eso consiste precisamente tener un propósito, que es lo que permite que estés alineado con aquello que te aporta felicidad, que te haga disfrutar de lo que haces. Porque eso es lo que buscas, tener éxito. Y recurriendo de nuevo a la RAE, éxito es el «Resultado feliz de un negocio, actuación, etc.»

En resumen, para que tu negocio vaya bien, tienes que disfrutar y debes ser feliz con lo que haces.

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