Crea espacios de productividad para tu pyme

José Miguel Bolívar    9 abril, 2013

Según los últimos estudios en productividad personal, las dos claves para poder aumentarla de forma significativa son, por una parte, mejorar la calidad de nuestro proceso de toma de decisiones y, por otra parte, una vez decidido hacer algo, hacerlo con atención plena, de una sola vez, hasta terminarlo.

Sin embargo, incluso asumiendo que hemos tomado la mejor decisión posible sobre qué hacer, aún no tenemos garantías suficientes de que esa decisión vaya a aumentar realmente nuestra productividad de forma sustancial.

Esto es así porque, en última instancia, la productividad se demuestra haciendo. Y no haciendo de cualquier manera, sino haciendo las cosas de forma productiva.

¿Qué significa “de forma productiva”? Es sencillo. De una sola vez y con atención plena.

A estas alturas, son muchos los estudios que demuestran de manera rotunda que la concentración influye en el rendimiento. Esto es algo que puedes observar con gran facilidad en el comportamiento de cualquier deportista individual de élite.

En otras palabras, lo que la ciencia nos dice es que cuanto mayor sea tu concentración en la tarea que estás haciendo, mejor la harás, menores serán las probabilidades de cometer errores al hacerla y menos tardarás en completarla. Probablemente tu propia experiencia personal confirme estos resultados científicos.

En el extremo opuesto, comenzar a hacer múltiples tareas sin finalizar ninguna de ellas y, además, siendo víctimas de constantes interrupciones se traduce, por lo general, en mayores tiempos para completar cada una de ellas, facilidad para cometer errores, menor calidad del resultado final y mayor sensación de agobio y estrés.

¿Qué puedes hacer tú para mejorar la situación en tu pyme? Es relativamente sencillo.

Todo empieza por ser conscientes de que algunas prácticas que funcionan muy bien en otras culturas menos “ruidosas” que la nuestra, como la de los cubículos, son un auténtico desastre productivo en las culturas latinas, donde en ocasiones parece existir una competición tácita por ver quién habla más fuerte al teléfono…

Por eso es tan importante que crees espacios de productividad en tu pyme. Espacios que deberían ser no solo físicos sino también temporales. Algunos ejemplos serían:

  • Habilita “zonas silenciosas”, a modo de bibliotecas, donde las personas puedan ir a realizar tareas que requieran concentración.
  • Crea franjas horarias libres de ruido, en las que las personas puedan olvidarse de consultar el correo electrónico o de asistir a reuniones. Una franja de 30 minutos por la mañana y otra por la tarde pueden ser suficientes para notar la diferencia.
  • Invita a desarrollar códigos visuales para que las personas puedan indicar al resto que están trabajando en algo que requiere concentración y no quieren ser molestadas. Cualquier persona de tu organización debería ser capaz de trabajar sin interrupciones al menos un par de horas al día.

En resumen, se trata de crear las condiciones para que las personas de tu pyme comprendan que su productividad personal no se basa en la multitarea y la hiperactividad, sino en pensar para decidir bien qué hacer y luego hacerlo con atención plena.

Imagen @h.koppdelaney distribuida con licencia Creative Commons BY-SA 2.0

Comentarios

  1. Estoy de acuerdo con la teoría pero no tanto con la práctica. En realidad, es muy difícil conseguir la cultura necesaria en una empresa para hacer esto, sobre todo en determinados sectores.

    Yo soy defensor de utilizar estas técnicas sobre nosotros mismos, extenderlas a nuestro entorno y que poco a poco pasen a formar parte de la cultura de trabajo del equipo.

    Un artículo fantástico. Ojalá se extienda este punto de vista.

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