El futuro de los vehículos conectados y IoT

Beatriz Sanz Baños    27 diciembre, 2017

Los vehículos conectados son una realidad cada vez más común, incluso quizá hayamos tenido la oportunidad de conducir alguno. Un estudio llevado a cabo por PwC titulado The bright future of connected cars sugiere que las ventas mundiales de productos de vehículos conectados casi se cuadriplicarán entre 2015 y 2020, generando más de 110.000 millones de euros (149.000 millones de dólares) solamente en ingresos en el segmento del pasajero.

Tanto para uso particular como para empresas, el ecosistema de productos y servicios alrededor de estos vehículos está creciendo y modificando nuestra idea convencional de la conducción gracias a las infinitas posibilidades que ofrece IoT a esta industria.

En este sentido, a nivel profesional las plataformas abiertas de telemática ya están revolucionando las capacidades de gestión de flota a partir de IoT como “hub” para el vehículo, con funcionalidades que van mucho más allá del seguimiento básico por GPS. Por ejemplo, con las compañías de leasing y rental, que cada vez tienen mayor implantación, con el mantenimiento proactivo de la flota de vehículos.

Pero, ¿de qué beneficios estamos hablando? ¿Por qué parece que la transformación hacia el vehículo inteligente resulta imparable?

El papel estelar del Big Data

Uno de los pilares para explicar los beneficios de esta innovación en el transporte está directamente relacionado con la capacidad de generar y almacenar una gran cantidad de datos, que son analizados gracias al Big Data. El acceso a un volumen tan grande de información analizada aporta mejoras y nuevas posibilidades. Aquellas entidades que sean capaces de entender el valor de esos datos para sus clientes y la sociedad en general tendrán una ventaja competitiva única.

Empresas de ingeniería telemática como Geotab desarrollan la tecnología que permite automatizar muchos procesos en la conducción, mejorando aspectos críticos como la eficiencia en el transporte, la sostenibilidad y la productividad. Además, gracias a este tipo de tecnología es posible  reconocer no solo la ruta más rápida y el trayecto más detallado, sino también hacer un seguimiento exhaustivo del combustible y las emisiones de CO2. Las soluciones de gestión de flotas proporcionan información detallada sobre el rendimiento del automóvil y envían automáticamente estos datos a las compañías de seguros y gestores de flota.

Y, lo que es más importante, las nuevas tecnologías de IoT ya ayudan y ayudarán a reducir cada vez más los accidentes: la asistencia al conductor y los sistemas de seguridad recopilan información avanzada sobre la detección del cinturón de seguridad y envían notificaciones de accidentes. Además, ya existen sistemas que monitorizan funciones vitales de los conductores, como las pulsaciones, para reconocer síntomas de fatiga y alertar sobre posibles problemas.

En conjunto, esta colección de nuevas características ampliará en gran medida las capacidades de los vehículos conectados transformando no solo la forma en que conducimos, sino también cómo compramos y mantenemos los vehículos, y cómo los venden los fabricantes. La recopilación inteligente de datos ofrece a las empresas y conductores una gran cantidad de recursos y oportunidades a medida que crecen, se expanden y se conectan cada vez más con IoT.

La revolución de las ciudades inteligentes

Prácticamente todas las Smart Cities tienen uno o varios de los siguientes objetivos:

  1. Seguridad: mediante la reducción de accidentes, víctimas y el tiempo de respuesta de los servicios de emergencia.
  2. Sostenibilidad: para reducir las emisiones de CO2 y otras sustancias contaminantes.
  3. Eficiencia: para mejorar los servicios municipales.
  4. Igualdad: para generar más oportunidades en las áreas urbanas menos favorecidas.
  5. Compromiso: para conectar más con los ciudadanos e incrementar su participación.

En este sentido, la telemática se está convirtiendo en una parte importante del movimiento de la ciudad inteligente. Las soluciones actuales permiten analizar las condiciones de la calzada y las carreteras, el flujo de tráfico de vehículos, los cruces y accesos peligrosos, el impacto de las condiciones meteorológicas y planear la infraestructura necesaria para alimentar a los vehículos eléctricos, cada vez más numerosos.  La tendencia muestra que la telemática y IoT se integrarán aún más en la red de ciudades inteligentes y nos aportarán muchos más servicios, porque son un elemento clave para el planeamiento urbanístico del futuro.

Por todo ello, no cabe duda de que los vehículos conectados suponen una gran mejora para nuestra movilidad, pero van mucho más allá: también van a transformar nuestras ciudades y nuestras vidas antes de lo que creemos.

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