Las pymes deben aprender a videocomunicar

David Fernández    12 junio, 2018

Si el contenido es el rey, el vídeo es el emperador de Internet. Las imágenes en movimiento cautivan, venden por sí solas y ayudan a entablar una relación más cercana entre el emisor y el receptor.

El consumo de vídeo es algo ya normalizado en la Red. Por ejemplo, Youtube tiene más de 1.000 millones de usuarios, un tercio del total de toda la Red, y millones de horas de visión. Hasta el punto de que Google ha creado mecanismos para combatir la adicción.

Por su parte, los medios de comunicación de cualquier género, incluso radiofónicos, hacen uso de contenidos audiovisuales en sus versiones web. La imagen en movimiento no solo es el presente, sino que cada vez se utiliza en mayor medida. El turno ha llegado ahora a las pymes, que deben participar de forma activa en la generación de vídeos para sus empresas.

El vídeo como herramienta de marketing

La típica excusa del empresario es que generar un vídeo resulta caro porque debe hacerse por parte de profesionales. En la mayor parte de los casos, se piensa en la externalización del proceso, lo que conlleva que la producción de este tipo de contenidos se vea como algo excepcional y único, y que no esté en el día a día de la comunicación de la empresa.

Sin embargo, dada la tecnología actual, se pueden generar vídeos de calidad aceptable, con una mera edición posterior. El teléfono móvil bastaría si se tiene la suficiente pericia, pero es recomendable disponer de ciertos elementos básicos que no van a suponer demasiados costes, y que una vez adquiridos, se amortizarán rápidamente. En concreto, son imprescindibles cuatro:

  • Una cámara de vídeo. Recomendable que sea Full-HD, sensor 3CCD, estabilizador de imagen y buena batería.
  • Un trípode.
  • Una antorcha para iluminación.
  • Micrófonos externos, de corbata para entrevistas.

Con estos cuatro elementos nos aseguramos de que podremos hacer “multi-género”. Lo más indicado es el testimonio o entrevista a cámara en un interior, pero podremos aprovechar para rodar en exteriores, en eventos o en ferias.

Posteriormente, para editar, es decir, para montar el vídeo desechando lo que no nos interesa y metiendo aderezos como música o títulos, debemos acudir a un editor como Open Shot  o iMovie.

Tipos de contenidos

En cuanto a  los tipos de contenidos más idóneos para una empresa podemos citar varios:

  • Entrevistas a miembros de la empresa. Crean cercanía con el cliente o potencial cliente. No es necesaria la fórmula pregunta/respuesta, simplemente se pueden mostrar las respuestas marcando las preguntas en texto.
  • Reportajes sobre productos o servicios, modo de elaboración o de prestación. Transmite transparencia y permite mayor comprensión del usuario.
  • Intervenciones en eventos, resúmenes de ponencias o de seminarios en los que participan miembros de la empresa. Estos vídeos denotan liderazgo en el mercado.
  • Creatividades publicitarias o de motivación. Basta con salir a la calle y realizar acciones «diferentes» que llamen la atención, y que aporten frescura sobre nuestra empresa. Por ejemplo a nuestro directivo hablando con clientes, o a varios trabajadores charlando de manera amigable en una reunión.
  • Guías y tutoriales sobre nuestros productos y modos de empleo o de prestación. Simplifican la comprensión del cliente.
  • Testimonios de clientes. Las referencias siempre son bienvenidas si se realizan de modo espontáneo y voluntario.
  • Actividades de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) que muestren los valores de la empresa.
  • Programas sobre la actualidad del sector. Son muy valorados por los profesionales y clientes a la hora de decidir la compra.

Publicación

Todos estos contenidos son fácilmente distribuibles en redes sociales además de la publicación en los propios espacios habituales de la empresa, como la página web o los boletines periódicos.

Si el vídeo es divertido, y la presentación se hace de forma adecuada, es posible viralizarlo en las redes. Las meteduras de pata, siempre que tengan final feliz, las acciones de humor originales de los trabajadores o directivos, o las buenas acciones de la empresa, suelen tener amplio respaldo entre los usuarios.

Pero es imprescindible que el vídeo sea original, que no moleste a ningún colectivo y que cumpla con la legalidad (derechos de propiedad intelectual sobre todo).

En cuanto a la publicación como tal, podemos optar por subirlo a plataformas como Youtube o Vimeo, y luego incrustarlo en nuestra web, con lo que ahorraremos recursos de ancho de banda, o subirlo directamente a nuestro servidor. En este último caso tengamos en cuenta que podemos alcanzar el límite de datos que impone nuestro hosting, ya que el vídeo consume mayores recursos, si lo comparamos por ejemplo con el texto o las imágenes estáticas.

Como decimos, el vídeo es una gran herramienta que muchas empresas temen, o no valoran de manera adecuada. El vídeo es ya imprescindible y la empresa que no inserte esta herramienta en su política de comunicación y de marketing se quedará atrás de forma ostensible.

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