Malla de dispositivos, la tecnología que revoluciona las empresas

Ángel María Herrera    18 noviembre, 2016

Cuando hace un año Gartner, la consultora referente a nivel mundial de investigación de las tecnologías de la información, identificó a la malla de dispositivos como la primera de las diez tendencias tecnológicas estratégicas apenas se había hablado en España de ella. El device mesh, como se denomina en inglés, hace referencia a que hoy en día tenemos una gran cantidad de terminales conectados a la red, y usamos numerosos dispositivos y aplicaciones para relacionarnos y comunicarnos. Aquí no solo hablamos de móviles o los famosos wearables, sino también de dispositivos en nuestro entorno como pueden ser los sensores del ya conocido Internet de las Cosas (IoT). De hecho, el propio Gartner ha predicho que habrá 6400 millones de dispositivos conectados este año, un 30% más que en 2015.

Explicado de forma sencilla, todos sabemos ya que hay televisiones, coches, neveras, relojes, pulseras que se conectan a Internet, ¿pero qué pasaría si empiezan a comunicarse también entre ellos? Eso, la interconexión entre dispositivos conectados a la red, es justamente la malla. Hasta ahora todos estos dispositivos estaban aislados del resto, pero a través de la malla de dispositivos se les permite compartir la información entre sí. Imagina que el coche pueda comunicarse con la calefacción de tu oficina, de modo que cuando detecte que estás cerca se encienda para ir calentando todas las estancias.

Lógicamente las implicaciones de esta tecnología son enormes y estamos solo en el principio. Con todo conectado entre sí, nuestra oficina podrá estar en cualquier lugar, podremos tener un asistente virtual en el coche para redactar correos electrónicos, responder mensajes de Whatsapp y escuchar documentos. Podremos tener edificios inteligentes de verdad, donde se regularán las condiciones en función de las personas que los ocupen en cada momento, adecuándose a sus necesidades reales.

Aunque todo suena aún a un episodio de Black Mirror, y lógicamente quedan por resolver aún muchos problemas de seguridad, privacidad, así como de legislación, lo tenemos ya encima. El reto para nuestras empresas es descubrir la forma de integrar dichas innovaciones, para el beneficio de los empleados y la propia compañía. El siguiente vídeo muestra una posible aplicación para Airbus (en inglés):

 

Este ejemplo puede ser extrapolado a otras compañías. Imagina que una cadena de montaje detecta que falta un determinado material, prepara el pedido automáticamente al mejor proveedor dejando un aviso al encargado para que lo valide en su smartwatch; cuando se valida, se recalculan los procesos y avisa a los operarios para equilibrar su carga de trabajo. Seguro que para cada uno hay una forma de aplicarlo, es solo cuestión de imaginación.

 

Foto: Fuentes Tico

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