Cinco claves del ‘crowdfunding’

Juan Luis Manfredi    14 diciembre, 2015

El crowdfunding es una herramienta de financiación de proyectos y acciones de la empresa que consiste en la captación de fondos a través de plataformas digitales. Es un sistema bien conocido y que ha dado buenos resultados a algunos proyectos concretos. Quizás, uno de los más conocidos es el diario El Español, cuyo modelo de startup periodística ha sido reconocido como exitoso. El hecho de que haya captado más de tres millones de euros llama poderosamente la atención, pero creo que no es la razón de ser de este tipo de actividad. El análisis global indica que los proyectos que consiguen la financiación deseada son menos de los esperados. En suma, no parece ser la vía principal.

Por esto, a mi entender, el crowdfunding presenta cinco oportunidades para la innovación, el emprendimiento y la gestión empresarial que van más allá de la captación de fondos. Son las siguientes.

 

1. La validación del producto

Se innova para perder dinero o, por ser más precisos, no podemos saber qué innovación interesa en el mercado.  Por eso, la innovación es una actividad arriesgada. Debemos aligerar los procesos de producción y facilitar la transformación y la adaptación de nuestra oferta en función del interés concreto y demostrable. Es la esencia del producto mínimo viable (MVP). La presentación de un proyecto vía crowdfunding permite la presentación en sociedad y da muestras concretas del interés. Se mide por la vía de la captación de fondos, pero también por la conversación en redes sociales que genera nuestra idea.

 

2. La recolección de datos e información

Las plataformas requieren la identificación para participar en el proceso, por lo que tenemos datos concretos sobre quiénes se han interesado por nuestra iniciativa. El crowdfunding como servicio consiste en ser capaz de gestionar esa información y transformarla en una comunidad que mejora el resultado y el producto final. Sea en la plataforma, en una red social establecida o en torno a un hashtag, el emprendedor habrá de desarrollar sus competencias digitales para aprovechar la ventana de oportunidad.

 

3. La interacción con stakeholders críticos

La exposición del proyecto obliga a la conceptualización, el diseño y la ejecución del proyecto, al menos en su fase beta. No basta con decir “tengo esta idea”, sino que hay que darle forma. La propuesta de valor se concreta en la descripción del producto o servicio que atiende una necesidad social, la relación con los competidores, la elección de una tecnología, la comercialización, la organización interna, las necesidades de talento o el liderazgo en el entorno digital. Los stakeholders, sean inversores, clientes o competidores, van a conocer el proyecto y debemos interactuar con ellos a través de redes sociales, eventos, presentaciones y concursos de variada naturaleza.

 

4. La evangelización

El crowdfunding encaja con las actividades de administración y difusión de la innovación. El periodo de captación de fondos tiene que emplearse para la publicación de posts que explican la estrategia corporativa, la participación en concursos de capital semilla, la exposición en universidades y escuelas de negocio y otras actividades de comunicación pública. La evangelización tiene sentido cuando se convierte en capital social, esto es, la capacidad de un emprendedor para obtener recursos a partir de su relación con los otros, como las  habilidades sociales. Otra segunda lectura es la evangelización para la captación y la selección de personas con talento. El valor reside aquí en la capacidad de generar reconocimiento por parte de los posibles mercados de talento, sean recién titulados, profesionales en activo o profesionales que buscan otra oportunidad.

 

5. La gestión de la reputación

La gestión de la reputación emprendedora es parte del negocio en dos niveles consecutivos. El primero es la propia reputación de la persona que lidera la iniciativa, cuya trayectoria avala un bien experiencial cuya factura final es una incógnita. El segundo entorno es la captación de fondos procedentes de inversores. Las posibilidades del proyecto dependen no solo del plan de negocio o la presentación, sino de la reputación de los emprendedores. Las cifras soportan cualquier análisis, pero la capacidad de persuadir depende, entre otros elementos, de la reputación y las habilidades sociales. Los proyectos en formato crowdfunding son una buena piedra de toque de la reputación.

 

En suma, si tienes una idea y no sabes cómo captar un primer fondo, utiliza esta herramienta, pero con la vista puesta en la creación de valor a largo plazo. El crowdfunding es solo el principio de una aventura emprendedora.

Foto: Crowd Expedition

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