Principales barreras a la innovación en España

Raúl Salgado    19 octubre, 2021
Innovación en España 2021

El proyecto de Ley de los Presupuestos Generales del Estado (PGE) para 2022 recoge una inversión de 13.298 millones de euros en investigación, desarrollo, innovación y digitalización.

Pero al hablar de la apuesta de España por la I+D conviene analizar los datos recogidos por Cotec, que indican que los niveles en nuestro país se encuentran aproximadamente en el 59% de la media comunitaria.

Y en este contexto, marcado inexorablemente por el azote del virus, más del 40% de las pymes considerarían que innovar en España es ahora más complicado que antes de la pandemia.

Al menos, según la consultora Leyton, desde donde aseguran que muchas empresas, como consecuencia de la crisis generada por la Covid-19, han tenido que recortar sus planes económicos y buena parte de esos recortes han ido a parar a los departamentos de innovación.

En concreto, el estudio de Leyton señala que casi 3 de cada 10 compañías españolas han aplazado sus proyectos de innovación y han tenido que reducir sus presupuestos para llevarlos a cabo.

A la consultora le sorprende que el número de pymes en nuestro país con departamentos de innovación no llegue al 20% y que el 29% de las pymes destine únicamente entre un 1% y un 3% de su presupuesto a esta área, porcentajes muy alejados de los registrados en otros países.

Dificultades para innovar

Las principales dificultades para innovar residen en la regulación de los procesos innovadores, las vías de entrada a la financiación y las subvenciones, y el acceso a los suministros que facilitan dicha innovación.

No obstante, de forma generalizada, “lo difícil de la innovación radica en el desconocimiento de las ayudas disponibles, ya que los procesos son complejos y la innovación se percibe como un espejismo lejano al que muchas veces no se puede aspirar”, afirma David Parra, CEO de Leyton Iberia, quien añade que las empresas que han conseguido sobrevivir desde que estalló la pandemia son las que han logrado adaptarse al nuevo escenario y, por lo tanto, son las que han innovado.

Parra sostiene que ahora no es que se innove más, sino que lo vivido ha llevado a compañías que tenían déficit en I+D a crear procesos más ágiles con el fin de solventar nuevas casuísticas. “Las empresas, poco a poco, van comprendiendo que innovar es la clave del futuro”, apostilla.

Complejidad burocrática

Entre los principales obstáculos en España para la innovación también se encuentran la complejidad burocrática y las barreras al emprendimiento.

El CEO de Leyton Iberia considera que, para cualquier negocio, es difícil conocer y poder implementar con la mayor eficiencia posible las herramientas existentes, no porque no sean lo suficientemente potentes, sino por el desconocimiento generalizado de las mismas. “A esto se suman los extensos procesos y aplicaciones para conseguirlas, lo que se aplica sobre todo a pymes y empresas tradicionales”, añade.

En relación a las startups, lamenta que sean tratadas con la misma regulación y escenario que cualquier otra pyme o gran empresa, lo que en su opinión limita tremendamente su capacidad de supervivencia o crecimiento.

“Las empresas buscan innovar cada vez más, pero el desconocimiento del ecosistema innovador hace que se dilaten demasiado algunos procesos”, remarca.

Es decir, el entorno innovador se ve mermado por falta de conocimiento más que de alternativas, puesto que el mundo de la innovación ofrece muchas más vías de financiación de las exploradas y las empresas, muchas veces, no saben de su existencia.

En opinión de Leyton, el freno no ha venido únicamente por el coronavirus, sino por el déficit de un auténtico ecosistema. Y es que apenas el 8% de las empresas cree que en España hay un entorno innovador, según las cifras que maneja la consultora. 

De ahí que sugiera, en paralelo a la apuesta por la innovación, invertir esfuerzos en recibir una buena asesoría que haga entender cómo funcionan los entresijos de las ayudas, subvenciones y las grandes desconocidas opciones de los créditos fiscales y bonificaciones a la I+D+i.

La voluntad de innovar en pymes y grandes empresas

Parra cree que las dificultades con las que se encuentran las pymes y las grandes empresas a la hora de innovar son muy parecidas, dado que ambas perciben que el ecosistema es complicado, fundamentalmente por la dificultad de encontrar talento, poder invertir y hallar la forma de acceder a ayudas (tanto públicas como privadas), y prepararse para ser competitivas en el mercado.

Aun así, el CEO de Leyton Iberia destaca que la gran diferencia entre unas y otras es la tensión de tesorería que se puede generar. Y pone un ejemplo: mientras que una pyme que busca un resultado rápido no genera tanta, las grandes empresas pueden hacer un uso más ágil de las herramientas financieras y fiscales y tienen más flexibilidad, sobre todo en los tiempos de aplicación.

En cualquier caso, si las grandes empresas tienen un nivel de innovación alto, no se puede equiparar con el de las pymes o startups. Parra asegura que la mayoría de las grandes empresas practican la innovación como un complemento en su actividad, mientras que las pequeñas empresas, en un tanto por ciento muy alto, encaminan su actividad exclusivamente a la innovación.

En esta línea, la capacidad financiera y de asumir riesgos de las grandes empresas resulta superior, por lo que tienen más facilidad para llevar a cabo más proyectos e inversiones.

En resumidas cuentas, “las grandes compañías innovan para diferenciarse y generar otro tipo de ingresos, y las pymes para marcar una diferencia con la competencia y buscar su lugar entre las grandes empresas a largo plazo. Cada una innova, pero dentro de sus capacidades. La voluntad de innovación es la misma, aunque responda a diferentes problemáticas”, concluye Parra.

Foto de Kvalifik en Unsplash

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