Realidad virtual para combatir el ojo vago, la idea de V-Vision

Raúl Alonso    28 marzo, 2023
Fundadores de V-Vision

¿Qué hacen un grupo de oftalmólogos y ópticos junto a dos ingenieros y emprendedores cuando se ponen a juguetear con unas gafas de realidad virtual? Pues nada menos que diseñar una terapia alternativa al tratamiento de ojo vago, dolencia que afecta al 4% de la población infantil.

Y no es la única reunión que ha marcado el devenir de V-Vision. La idea nació durante el primer encuentro entre sus fundadores. Quién sabe si, para romper el hielo de la conversación, el ingeniero industrial Rafael Izquierdo comentó al ingeniero informático Fernando Rubio que le intrigaba el potencial de las gafas de realidad virtual en el tratamiento de las enfermedades de la visión. Hay que recordar que en aquel 2016, la democratización de esta nueva tecnología pasaba sobre todo por sus usos más lúdicos, juegos y divulgación.

Fueron muchas las reuniones posteriores necesarias para convertir ese desafío en una prometedora startup. Gracias a diferentes publicaciones en Linkedin, contactó con los jóvenes emprendedores Eywa Space, un venture builder vasco especializado en startups de realidad extendida y visión artificial.

Un nuevo y definitivo encuentro del que nació V-Vision en 2019. Esta empresa de e-health creada en San Sebastián apuesta por “la digitalización de la oftalmología a través de la realidad virtual”, explica Rubio, uno de los dos cofundadores junto a la institución vasca. “Esta tecnología tiene muchísimo potencial, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento y seguimiento de los pacientes de cualquier afección”. 

De la idea al producto

Su primer producto se llama Dicopt, un tratamiento para la ambliopía o el ojo vago, como comúnmente se la conoce. Este software de realidad virtual con ejercicios que estimulan el uso del ojo con bajo rendimiento, ya es utilizado por un centenar de clínicas y profesionales en pacientes desde su puesta en el mercado en septiembre de 2020. 

Niño practicando realidad virtual, V-Vision

Aunque parezca que el ojo vago es una enfermedad de la vista, realmente es del cerebro”, explica Rubio. “Surge cuando -siendo niños- estamos aprendiendo a ver, y uno de nuestros ojos no funciona correctamente y no envía esa información al cerebro. Hasta ahora el tratamiento tradicional se basa en un parche en el ojo sano, de modo que el vago empiece a trabajar y se acostumbre a enviar la información al cerebro”.

Y estos dos jóvenes emprendedores aplicaron esa idea a las gafas de realidad virtual, desactivando una de sus cámaras. “Con este prototipo tan rudimentario nos reunimos con oftalmólogos y ópticos, y pronto empezaron a ver el potencial de lo que proponíamos”.

Descubierto a los profesionales sanitarios el potencial de la realidad virtual, empezaron a sugerir propuestas y cambios para utilizar el dispositivo como terapia alternativa al parche, al que muchos niños se resisten a llevar. Así han ido surgiendo hasta cinco juegos-terapia, que en unas semanas serán seis tras un nuevo lanzamiento.

“Hemos desarrollado un software que comercializamos entre los especialistas para consulta y como tratamiento en casa, permitiendo hacer un seguimiento del tiempo de uso de los ejercicios y del progreso logrado por el paciente”.

Rubio comenta algunos casos en que los padres utilizan los juegos-ejercicios como una recompensa al uso del parche, “y en realidad lo único que están haciendo los niños es complementar su terapia con gusto”, justifica.

Del juego al cuidado de la salud

Rubio e Izquierdo pasaron de su idea inicial de crear un juego tipo Brain Training a una verdadera terapia sanitaria. Lo que en ese momento no sabían era la importancia que para el proyecto tenía conseguir el marcado CE. Este etiquetado certifica que el producto cumple con los requisitos esenciales de seguridad y salud exigidos por la Unión Europea, en su caso además, como producto sanitario reconocido por la Agencia Española del Medicamento.

Para Dicopt este proceso “consistió básicamente en un estudio de equivalencia por el que diferentes expertos validaron que lo que nosotros habíamos desarrollado era equivalente a lo que mostraban los papers científicos sobre realidad virtual para la ambliopía”.

Lograr el marcado CE

También descubrieron que el camino para conseguir el marcado CE no era sencillo. “Cuando trabajas en el campo de la salud, debes estar preparado para que las muchas cosas que pueden surgir en el camino retrasen el lanzamiento de producto”.

De hecho, recuerdan a otros emprendedores de producto sanitario la importancia  “de buscar pronto a algún especialista en marcado CE para asesorarse sobre los requisitos necesarios. Siempre hay que tener muy presente qué hace u ofrece el producto y a quién va destinado. También debes saber que si vas a necesitar una validación científica, será muy complicado que lo puedas hacer tú solo”.

Otro de los aprendizajes que comparte es la dificultad de pasar de un prototipo al empaquetado comercial. “¿Cómo lo vendemos?, ¿cuál es el precio de mercado?… Muchas preguntas que van surgiendo en el proceso convendría haberlas previsto desde el principio”.

“Hay tantas cosas, que si volviéramos atrás, las haríamos de modo diferente -manifiesta Rubio- pero no hay ningún arrepentimiento. Lo hicimos lo mejor que supimos con la información de que disponíamos en cada momento. Además, de haberlo hecho de otro modo, no habríamos aprendido todo lo que hoy sabemos”.

De la validación al escalado

Este aprendizaje ha llevado a V-Vision hasta un punto crítico para su futuro. “Es el momento de expandir lo que hacemos, no sólo de crecer en la ambliopía, también en otro tipo de afecciones. Y en eso es en lo que trabajamos ahora”.

“Hemos dado con la tecla. La realidad virtual funciona”, continúa Rubio. “Nos lo confirma la espectacular progresión en algunos pacientes, que se ahorran tratamientos largos al recuperar en pocos meses las líneas de visión que les falta en el ojo vago. Y eso es espectacular”.

En la actualidad, el equipo de cinco personas más los asesores médicos están ya validando prototipos para tratar las dos dolencias que más influyen en la baja visión del adulto, el glaucoma y la degeneración de mácula. “Tenemos un par de test de agudeza visual y de la Rejilla de Amsler, los más utilizados”.

V-Vision y Wayra

De España al mundo

La startup se prepara para esta nueva fase, por lo que en el momento de realizar esta entrevista ultima su primera ronda de inversión.

La obligada cautela en la negociación aconseja a Rubio no comentar nada más, al margen de que los fondos obtenidos tendrán sobre todo como destino marketing y ventas. De hecho, en este año esperan ampliar mercado en Iberoamérica aprovechando la ventaja del idioma común, y empezar a sondear Europa, “aunque la prioridad es consolidar España”, recuerda Rubio.

Esta inyección se suma a las conseguidas por otras vías y el Neotec recibido a finales de 2021. Esta última iniciativa impulsa la creación y consolidación de nuevas empresas de base tecnológica en España.

Recientemente se ha sumado otra nueva noticia. V-Visión ganó el pasado febrero el Venture on the Road Bilbao, lo que les posiciona en la final de este certamen organizado por Banco Sabadell y Seedrocket, con el apoyo de Wayra, la iniciativa de innovación abierta de Telefónica, y Google for Startups.

“Reconocimientos así nos dan confianza, porque dotan de sentido lo que hacemos, vemos que genera interés y que va a tener continuidad, porque la gente está dispuesta a invertir”.

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