No hay que tener miedo a fracasar

Eva María Oviedo    29 enero, 2013

Abrastar es una empresa dedicada a los abrasivos, que ha ido evolucionando y creciendo gracias a la internacionalización. Ellos aseguran que no son “únicos” en el mercado español, sino que trabajan en un sector en el que hay una fuerte competencia; por ello hace tiempo buscaron vías alternativas para aumentar su productividad y hoy día han conseguido implantarse con éxito en Europa y América del Sur exportando sus productos.

La internacionalización suele llevar aparejada la consolidación de una empresa, sobre todo cuando los mercados internos son muy competitivos. De hecho, las empresas que deciden exportar gozan de un mayor crecimiento y la probabilidad de que fracasen es un 9% menor comparado con las compañías que no lo hacen. Este es uno de los motivos que llevó a esta pyme a internacionalizarse y seguir creciendo en su sector. Ellos reconocen que es mucho lo que uno se juega a la hora de hacerlo, pero su consejo es que no hay que tener miedo a fracasar y hay que intentarlo, porque de algunos fracasos han sacado muchas cosas positivas y han ganado experiencia.

Dos generaciones, padre e hijo, que han luchado por hacerse un hueco en el mercado internacional, coinciden en que hay que poner ilusión, adaptar el producto a los distintos perfiles del consumidor y, lo más importante, dar el mejor trato al cliente y ponerle en el centro de todo. El resto ya es cuestión de trabajo, constancia, seriedad y un poco de suerte.

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