«La tecnología y el mundo online dan respuesta a muchos problemas del ámbito físico»

Raúl Salgado    14 septiembre, 2020
Entrevista a Aquilino Peña, presidente de ASCRI

Aquilino Peña sueña con convertir España en un país en el que construir grandes compañías tecnológicas, capaces de mejorar el mundo. Y que se afana para lograrlo. Suyas han sido las apuestas por algunas de las empresas “made in Spain” más punteras de la actualidad.

Conoce el universo de la tecnología como la palma de su mano, desde todos los ángulos posibles, por lo que recientemente fue nombrado presidente de ASCRI (Asociación Española de Capital, Crecimiento e Inversión), cargo que ostentará hasta 2022.

Es socio fundador de Kibo Ventures, su criatura más preciada: un fondo de capital riesgo que gestiona activos por importe de 115 millones de euros y ha invertido en más de 50 compañías de alto crecimiento, como Flywire, Carto, Job&Talent, Devo, Defined Crowd o Paack, entre otras.

Anteriormente, fue cofundador de Submarino.com; capitaneó Orange.es, wanadoo.es, Starmedia.com, el Rincón del vago, Autocity, Telecinco.com y los portales del grupo Hachette; invirtió en Volotea, Acierto, Bodeboca o la escuela de negocios ISDI…

Es usted emprendedor, operador, inversor…

Antes pensaba que era más emprendedor, pero viendo la calidad que hay ahora, me considero más inversor.

¿Cuáles son las principales diferencias entre unos y otros?

«Es como la historia del huevo y el bacon. Como inversor, eres como una gallina que pone diferentes huevos. La gallina está involucrada, pero el cerdo está totalmente comprometido. El emprendedor tiene un proyecto, que es su vida. Y el inversor tiene varios, por lo que el nivel de intensidad es una de las principales diferencias».

Aquilino Peña es de los que sigue recibiendo esa especie de llamada de la selva, de los atrapados en un mundo que te absorbe, de los que piensa que no se puede dejar de emprender.

A la hora de invertir, no entiende de fronteras, yendo siempre en la búsqueda de mercados escalables. Asegura que las empresas deben ofrecer productos o servicios que la gente quiera y por los que esté dispuesta a pagar. E insiste en la relevancia de rodearse de un buen equipo.

¿Dónde surgirán ahora las oportunidades?

Nos enfrentamos a una crisis brutal para el mundo físico, que mayoritariamente afectará a los negocios relacionados con la hostelería y el turismo. Pero desde el ámbito online se están dando respuestas a muchos de los problemas, por lo que la inversión en empresas digitales se verá beneficiada. Sobre todo en las de telemedicina, ciberseguridad, etc.

¿Se aprende más del éxito o del fracaso?

«Del éxito se aprende que hay que intentarlo y ser contumaz, además de rodearse de un buen equipo, saber manejar los tiempos y tener suerte para estar en el lugar preciso y en el momento adecuado. Pero hay que desmitificarlo, al igual que el fracaso, que aunque no le guste a nadie debe aprovecharse para aprender y no repetir los errores».

Peña defiende que, a efectos de talento, ya no hay tantas diferencias entre el ecosistema emprendedor español y el de otros países. Pero advierte de la brecha que supone el capital disponible. Y es que mientras que en España el año pasado se invirtió aproximadamente 1 billón de euros, en países como Reino Unido, Francia o Alemania esa cifra pudo llegar a cuadruplicarse.

¿Cómo valora el ecosistema inversor en España?

«Estamos en una época de adolescencia. Hace tiempo apenas había emprendedores y teníamos muy poco capital. Actualmente hay muchos más emprendedores, más talento y también más capital. Pero faltan salidas de compañías grandes que valgan mucho dinero y que generen riqueza para el ecosistema. Necesitamos más inversores, families offices, corporaciones que inviertan en estas compañías»

¿Qué te puede enseñar Harvard?

A mí lo que más me atrajo fue el poder del network, la sensación de club. Allí se aprende de manera diferente, no tanto de los profesores o de los libros de texto como de los compañeros, gracias a la diversidad de los alumnos. Unos enseñan a otros mediante el intercambio de intereses y experiencias, discutiendo sobre situaciones reales.

También me sorprendió el interés por la búsqueda de la excelencia y el liderazgo. Al final, los negocios son personas. Hay que tener las ideas claras, saber comunicarlas y transmitirlas, y lograr que la gente crea en ellas.

¿Para cuándo en España un Silicon Valley?

Silicon Valley es irrepetible. Allí disponen desde finales de los años 40 de mucho dinero para los proyectos y de corporaciones que apuestan por la innovación abierta y saben trabajar con startups. En ese sentido, tenemos bastantes deficiencias.

España también requeriría una regulación que facilite la creación de estas compañías. Personalmente, me conformaría con tener diez compañías muy valiosas capaces de generar una base de empleados que, a su vez, pongan en marcha sus propias empresas. Espero que en diez años tengamos ese tipo de compañías.

Si pudiera elegir un superpoder, ¿cuál sería?

El de viajar en el tiempo. Invierto en el futuro, por lo que me encantaría ir allí y ver lo que funciona.

¿Qué es para usted el dinero?

Una consecuencia de hacer bien las cosas, no un fin en sí mismo. No me motiva el dinero, sino construir compañías valiosas que ayuden a la gente.

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