El 90% de los directivos españoles no desconecta

Raúl Salgado    24 agosto, 2015

Colocar la sombrilla y estirar la toalla resulta misión imposible cuando el móvil no deja de sonar. Directivos que piden cerveza en el chiringuito de la playa mientras contestan a cientos de correos electrónicos desde sus tabletas y smartphones, a los que incluso se les puede llegar a calentar tras atender llamadas que, por momentos, parecen infinitas. Ni la brisa del mar desestresa, ni los castillos de arena sirven como fortín frente al ajetreo diario. Siempre conectados, al pie del cañón, dispuestos a batallar contra los quehaceres cotidianos.

El 90% de los dirigentes de empresas españolas se siente requerido fuera de su horario laboral, muy por encima del 65% de los trabajadores que sufre la misma situación. Además, y según el barómetro “Bienestar y Motivación de los empleados en Europa 2015”, realizado por Edenred e Ipsos, la principal preocupación para el 48% de los directivos es el tiempo dedicado al trabajo. En cambio, el peor quebradero de cabeza para el 44% de los trabajadores continúa siendo el mantenimiento del empleo, porcentaje que supone un descenso de 9 puntos respecto al año pasado. Manuel Asla, director de Marketing de Edenred España, asegura que aunque empiecen a aparecer los primeros síntomas de recuperación económica, la estabilidad laboral sigue en arenas movedizas. El número de empleados inquietos por el tiempo dedicado al trabajo escala hasta el 25%, a pesar de que para el 31% de los trabajadores el nivel salarial es lo más desconcertante.

Ni el más exitoso best seller ni pasear o jugar a las palas en la orilla, ni tan siquiera las actividades lúdicas capaces de quemar los excesos de adrenalina pueden acabar con el estrés del día a día que provoca sentirse solicitado fuera de la jornada laboral. Asla afirma que, aunque no se pueda calcular con cifras cómo afecta este hecho al desarrollo del negocio, está claro que conlleva efectos negativos en la productividad de las empresas, ya que “la ansiedad, el estrés y la sensación de no estar dedicando el tiempo suficiente a la vida familiar y personal generan frustración y sentimientos negativos”.

La mayoría de los directivos y trabajadores no logra desconectar. Tampoco en el periodo estival. Según el estudio, hasta un 16% de los empleados reconoce tener que emplear tiempo durante sus vacaciones para el trabajo. Del barómetro publicado el año pasado se desprendía que el 22% de los dirigentes españoles trabaja a menudo los fines de semana, un 19% en vacaciones y un 13% por las noches. La digitalización produce el llamado efecto blurring, que consiste en la supresión de la línea que divide la vida privada de la profesional, un fenómeno que se extiende y generaliza debido a la masificación de las nuevas tecnologías. Las actividades se difuminan cada vez más: en el trabajo resolvemos cuestiones personales y fuera de él seguimos conectados para realizar cualquier tipo de gestión. 

En España, el nivel de estrés de los directivos (6,9 sobre 10) supera la media de los trabajadores (6,5). Sin embargo, el 46% de los dirigentes en nuestro país reconoce tener calidad de vida en su trabajo, cifra ligeramente por encima de la media europea, que se sitúa en el 38%. Para acabar con el estrés laboral, el director de Marketing de Edenred España recomienda marcarse límites de horario. “Fijar límites entre la vida laboral y personal reduce el estrés asociado a posibles conflictos de conciliación. Otras sencillas maneras para reducirlo son desconectar de la rutina, descansar o relajarse”, apostilla.

Si bien el 40% de los empleados se plantea abandonar su empresa, el 44% de los directivos medita cambiar de compañía. Y a la hora de buscar un nuevo empleo, la conciliación es lo que más se valora, seguida del buen ambiente laboral (imprescindible para un 90%). Asla destaca que “la mejora de la calidad de vida es el principal motivo para cambiar de trabajo”.

El salario de los directivos españoles se situó el año pasado en 78.840 euros brutos anuales, según datos publicados por la escuela de negocios EADA Business School, y sólo el 27% está preocupado por su sueldo. Asimismo, los dirigentes tienen una visión positiva de la implantación de herramientas digitales, ya que el 31% considera que su empresa está por delante de otras compañías. En cualquier caso, Asla recuerda que España sigue por debajo de la media europea en cuanto al cambio digital, y que únicamente supera a países como Polonia, Holanda, Francia e Italia.

Pese a que las diferencias entre el grado de bienestar y motivación de los empleados europeos frente al de los españoles no sean demasiadas, sí resultan bastante significativas. Asla explica que, mientras la media de europeos felices en su trabajo está en el 38%, en España asciende hasta el 41%, situándonos en la sexta posición de los 14 países consultados. Pero cuando se habla de calidad de vida, la media española baja con respecto a la europea. Y es que sólo el 30% de los españoles reconoce tenerla en el trabajo, estando la media europea en un 36%. Por otro lado, el 70% de los españoles se muestra motivado, un punto porcentual por encima de la media registrada en el Viejo Continente.

El director de Marketing de Edenred España sostiene que una de las discrepancias más notables la encontramos en la confianza en el porvenir del país. Un 40% de los europeos se siente esperanzado, pero esta cifra baja hasta el 29% en España. No obstante, el 74% de los directivos españoles confía en el futuro de su empresa o administración, y la media europea está en el 65%.Entrevemos en este dato una mejoría en el ambiente y ánimo de los empleados españoles. Somos un poco más optimistas que años atrás”, señala Asla.

 

Optimismo para el futuro

Los primeros ejecutivos españoles, gracias a la evolución de la economía y a las positivas perspectivas sobre sus empresas, son los segundos más optimistas del mundo, según el informe Global CEO Outlook de KPMG. El 70% de los CEO españoles piensa crear empleo en los próximos tres años y cerca del 90% sitúa Estados Unidos como el país con más posibilidades de desarrollo de negocio.

Las principales reclamaciones de los directivos al Gobierno pasan por fomentar la innovación y por una mayor inversión en educación, formación y desarrollo. Han puesto como prioridades el desarrollo de productos y servicios innovadores con los que diferenciarse en el mercado, la reducción de la estructura de costes o la implantación de nuevas estrategias para crecer. Fuentes de KPMG mantienen que este mensaje de confianza viene respaldado por sus intenciones de generar puestos de trabajo.

Mientras que el 92% de los encuestados apuesta por un crecimiento más robusto del propio negocio que durante el pasado ejercicio, un 22% de los CEO españoles prevé obtener los mayores beneficios en 2016, aunque un 30% espera que sus máximos retornos lleguen un año después, en 2017. Desde KPMG sostienen que estas cifras certifican que la empresa española se encuentra en un momento de cambio y que los directivos confían en una consolidación definitiva de la recuperación económica, por lo que vuelven a poner el foco en el crecimiento, tras años de contención y fuertes ajustes. “Esta transformación vendrá en gran medida apoyada en operaciones corporativas, ya que para el 90% las adquisiciones serán la primera fuente de cambio”, agregan.

Foto: drufisher

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