Un plan B para gestionar los riesgos en la empresaMario Cantalapiedra 22 febrero, 2019 La Real Academia Española define el término riesgo como la “contingencia o proximidad de un daño”. Por su parte, la Federación mundial de organismos nacionales de normalización (ISO), en su norma ISO 9001:2005, lo define como “el efecto de la incertidumbre en un resultado esperado”. En este sentido, el efecto de algo que es incierto sobre un resultado esperado o planificado de antemano puede ser positivo o negativo, debiendo preocuparnos especialmente cuando es dañino. De este modo, si cruzo una calle por un lugar donde no hay un paso peatonal, me expongo a ser atropellado por un vehículo. Riesgo que se ve incrementado si mis condiciones físicas no me permiten cruzar de forma rápida, si el nivel de visibilidad es bajo porque es de noche, o si el volumen de tráfico de la calle es muy elevado. Si avanzo un poco más por la calle hasta encontrar un paso peatonal por el que cruzar, estoy reduciendo el riesgo de que el efecto negativo (sufrir un atropello) se produzca. Cuando se inicia un negocio y se trata de cumplir con el plan de negocio previsto, el emprendedor se encuentra con que no logra los objetivos de facturación que había planificado, los clientes no le responden como él creía, tarda demasiado tiempo en cobrar sus facturas, o un proveedor clave falla en el suministro de la mercancía que necesita para fabricar su producto. A estas circunstancias se añaden otras más difíciles de controlar como un posible cambio legislativo que influya negativamente en la actividad de la empresa, o un aumento importante de la competencia en el sector. Son hechos nada inusuales para alguien que tenga cierta experiencia emprendedora, y que deberían preverse de antemano. Como decía Federico II, rey de Prusia, “la derrota es aceptable, pero no la sorpresa”. Realmente de lo que estoy hablando es de tener un plan B, tan importante en la vida como en los negocios, en el que se trate, sobre todo, de minorar los efectos negativos de los riesgos que podamos encontrar. De este modo, los empresarios, y especialmente los que inician un negocio, deben ser capaces de identificar y valorar los riesgos que pueden llegar a afectarles, arbitrando planes de respuesta o tratamiento de los mismos cuando puedan tener un efecto negativo. Para ello ha de tenerse en cuenta la incertidumbre que existirá en cuanto a que el riesgo se materialice en una pérdida real, a cuál será su cuantía final, y cuál será el momento concreto en el que se produzca. Riesgos operacionales y no operacionales En el análisis de los riesgos desde una perspectiva empresarial interna, se puede diferenciar entre riesgos operacionales relacionados con el ciclo de explotación y que tienen su reflejo en el apartado de explotación de la cuenta de pérdidas y ganancias, como el mencionado caso de falta de suministro de una materia prima; y no operacionales, derivados de las operaciones de financiación que necesita la empresa para llevar a cabo su actividad, y de situaciones excepcionales que pueden producirse, tales como la imposición de una sanción por parte de un organismo público o el incendio de las instalaciones de la empresa. Identificación, valoración y plan de contingencia La gestión de riesgos debe procurar identificar, valorar (teniendo en cuenta la probabilidad de ocurrencia y el impacto sobre la actividad) y planificar la respuesta a los riesgos detectados. Un ejemplo de este proceso podría ser el siguiente: Riesgo identificado Incumplimiento en el envío de una mercancía necesaria en el proceso productivo de la empresa por parte de un proveedor clave. Valoración del riesgo Probabilidad de ocurrencia: Poco probable (proceso de selección de proveedores exigente en el que se seleccionan suministradores de alta calidad, cuya evolución se monitoriza). Impacto sobre la actividad de la empresa: Alto (podría suponer la paralización del proceso productivo). Valoración: Producto de la probabilidad por el impacto, que en base a una matriz de riesgos llevaría a tomar una decisión de uno u otro tipo. Plan de contingencia Incluir en los contratos de compraventa una cláusula penalizadora con sanción monetaria por incumplimiento del suministro. Arbitrar el contacto con varios proveedores alternativos que puedan suministrar la mercancía de forma inmediata, si falla el suministro del proveedor inicial. 10 funciones imprescindibles para tu página de empresa en FacebookSoy autónomo, ¿cuánto cobraré de pensión?
Telefónica Pymes AVISO: En Think Big Pymes nos trasladamos A partir de ahora, TODOS los contenidos del blog Think Big Pymes, se trasladan a la Comunidad Empresas, un espacio de referencia para la pequeña y mediana empresa, donde...
Íñigo Morete Ortiz Explora las novedades de Telefónica Open Gateway en su newsletter En la actualidad, acceder a información actualizada es un impulsor indispensable para el progreso empresarial, permitiendo que las empresas avancen de manera más ágil y eficiente. Hoy en día...
Telefónica Pymes Joinup, movilidad sostenible para empresas y empleados Los servicios de movilidad corporativa cada día toman una mayor relevancia en el panorama laboral, una oportunidad de negocio que hace más de una década detectaron Elena Peyró y...
Telefónica Pymes Transformando el calor en frío para ser más eficientes. El caso de Castellana de Carnes ¿Y si el sol pudiera convertir el calor en frío? Seguimos visitando empresas que ya han descubierto las grandes ventajas de pasarse a la energía solar. En esta ocasión...
Raúl Alonso ¿Estás preparado para cumplir con la nueva factura electrónica obligatoria? La obligación para pymes y autónomos de emitir facturas de forma electrónica o digital se demora hasta mediados de 2025. Cierto que aún queda tiempo para prepararse, pero aquellos...
Álvaro Álvarez ¿Cómo mejorar la protección de los datos personales de tus clientes? La protección de los datos personales de los clientes es una prioridad para las empresas. No solo por la obligación de cumplir con la jurisprudencia de la conocida LOPD...