Recomendaciones para planificar tu estrategia SEO

Virginia Cabrera    23 marzo, 2016

Nadie discute que si no sales en las dos primeras páginas de Google eres menos que nada. Porque, no nos engañemos, salvo que tengamos una marca muy poderosa o un nombre muy raro, por nuestra dirección (enlace o url) sólo nos encuentran los que ya nos conocían de antes.

Atraer tráfico a una web, más si es una pequeña gran web, no es fácil. Pero si no consigues nuevos visitantes, no podrás convertirlos en clientes. y, por tanto, hacer más negocio. No salir bien parado en Google es, como decía el genial Bart Simpson, igual a multiplicarte por cero.

Dicen los expertos que, de entre las técnicas para ganar notoriedad, una es de pago y la otra estructural. Y que mientras el SEM consiste en comprar un sitio en la zona de enlaces destacados, el SEO consiste en diseñar la estructura y los contenidos de tu web para conseguir destacar de forma natural u orgánica. Pero no te engañes, o eres un crack del SEO o también cuesta dinero. Porque elegir las palabras clave que más compensan no es trivial y colocarlas en la estructura sin que quede un Frankenstein, tampoco. Así que apoyarte en alguien que sabe, ergo invertir algo de presupuesto, es absolutamente necesario.

Ojalá pudiera darte los cinco mejores trucos para abarrotar tu web hasta tirar el servidor, pero no dispongo de esa sabiduría. Ni creo honestamente que nadie la tenga. Así que prefiero dejarte algunas reflexiones que tal vez impidan que despilfarres tu dinero.

Sin duda, hay grandes expertos que pueden echarte una mano. Pero esta ayuda llega sólo hasta cierto punto, no es un elixir mágico.

 

1. Los algoritmos de los motores de búsqueda cambian rápidamente

Durante años, Google y otros motores de búsqueda (en adelante sólo diremos Google, porque en la práctica es el único que sólo existe para la mayoría) utilizaron algoritmos basados en gran medida en parámetros de clasificación numéricos. Y esos parámetros eran bastante fáciles de manipular por cualquier empresa que quisiera aparecer en el top de búsquedas relacionadas con una palabra clave.

Ahora bien, los motores de búsqueda han cambiado su lógica para centrarse en devolver el resultado que con mayor probabilidad el individuo que hace una búsqueda, desea encontrar. Los esfuerzos de Google por proporcionar una mejor experiencia de usuario, han hecho el juego mucho más difícil. Google actualizó su algoritmo más de 20 veces en los últimos dos años. En estas condiciones, ¿se trata entonces de construir un modelo de negocio basado en saber cómo ajustarse a un algoritmo cambiante?

 

2. La penalización por mala praxis SEO no compensa

Google no solo “da caña” mejorando sus algoritmos, sino que también cuando descubre que intentas manipularlos. Y cuanto más lo intentas, más te margina. Así que ojo con abusar de las palabras clave, publicar mucho contenido de baja calidad en torno a determinadas palabras, crear granjas de enlaces con sitios webs que enlazan unos a otros, colar mensajes publicitarios en comentarios de blogs, intercalar texto oculto “indexable” para los motores de búsqueda en las líneas de código o copiar literalmente contenido de otros. Es poco ético y además no te servirá de mucho. Porque a la larga va a penalizar el flujo de tráfico a tu web, penalizando de facto la imagen de tu empresa.

 

3. No todo el tráfico es igual

El SEO puro está enfocado (demasiado) a la cantidad, pero es poco discriminatorio. El aumento del tráfico de búsqueda no siempre conduce a un aumento de las conversiones. Somos mucho de “burro grande, ande o no ande”, pero más que obsesionarse en atraer tráfico, creo que renta más centrarse en la conversión, en el call to action.

Trabajar el diseño de la página pensando en los ojos del visitante y no tanto en los de Google, buscar maneras simples de comunicar nuestros productos, hablar una y otra vez el lenguaje del cliente, decirle qué va a ganar y qué tiene que hacer para que así sea. Y aquí nada funciona a la primera, hay que probar, medir y volver a probar con otro enfoque. Ajustar y mejorar continuamente el sitio web es la mejor manera de asegurar su efectividad.

 

Tal y como están las cosas, yo creo que antes de destinar todo el presupuesto al SEO, te saldrá mucho más rentable intentar estrategias como la mejora de las búsquedas dentro de tu web.

Una gran parte de las conversiones se pierden porque los usuarios no pueden encontrar lo que buscan en tu página. Llegan hasta ella, pero luego no saben cómo seguir. Mejorar tu buscador debería ser una prioridad. Y es que, además, los datos de este buscador son una excelente pista sobre qué contenido crear o cómo personalizar los resultados de búsqueda para mejorar la experiencia de usuario. ¿Se te ocurre mejor información para alimentar tu plan de marketing que el análisis de lo que buscan tus visitantes cuando entran en tu web?

Lo que de verdad aumenta las conversiones y construye valor de marca es una buena experiencia de usuario.

Así que, ¿dónde se debe invertir? En construir la mejor experiencia de usuario, con un viaje sencillo por productos de calidad bien construido y claramente apoyado en cómo aportamos valor. Con un esquema de navegación claro que ayude al que entra a llegar donde quiere rápidamente. Con toda la información complementaria que podamos añadir: casos de éxitos convincentes, blogs o documentos técnicos bien explicados, vídeo tutoriales, píldoras de uso, etc.

En mi opinión, cualquier estrategia que surja de responder con ojos críticos a preguntas de este tipo: ¿con qué rapidez encuentran los usuarios lo que buscan?, ¿les dejo claras mis llamadas a la acción?, ¿me ven también desde el móvil? , ¿saben a la primera por qué yo y no cualquier otro? Todo esto hace más por el flujo de visitantes que meter una palabra clave, elegida con poca ciencia.

Voto por dejar que sea nuestro intelecto quien luche contra los motores de búsqueda. Y creo que sólo hay dos maneras de hacerlo; primero, pensar siempre en quien te visita más que en ti mismo, para conocerle y aportarle valor real. Y segundo optimizando el viaje por tu web, de manera que sea una experiencia limpia y rápida, desprovista de trucos y artificios.

Más difícil de hacer, pero sin duda infinitamente más difícil de replicar.

 

Foto: pixabay

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