Qué hacer para que tu ‘newsletter’ no sea ‘spam’

Olga López    10 octubre, 2016

Haz una prueba. Entra en tu cuenta de correo y echa un vistazo a las listas de correos electrónicos que tienes, los que has abierto y los que has dejado en negrita para revisar en otro momento.

Antes de tener un negocio, pasan muchas cosas desapercibidas, como por ejemplo las newsletters, aquellos emails que recibimos con información de empresas, proyectos, nuevas marcas, ofertas, etc. Estamos acostumbrados a recibir cantidades ingentes de correos con este tipo de información. A veces los abrimos, porque nos interesan, y otras veces van a la carpeta de spam o directamente a la papelera de nuestro buzón.

Pero, fíjate. ¿Qué tenían aquellos que abriste? Posiblemente estaban dirigidos solo a ti, tenían información exclusiva y relevante, seguro que de tu interés. Por eso, una de las claves de tu estrategia de email marketing debe ser la de personalizar en la medida de lo posible para que tu cliente se sienta único y te vea como a alguien ‘familiar’.

Hacer una newsletter no es fácil; requiere conocimientos de email marketing, pero sobre todo tener empatía. Conocer a tu cliente y ponerte en su lugar será básico para que tu newsletter funcione. Los clientes solo comprarán aquellos productos que les inspiren confianza, por lo que uno de tus objetivos será conocer muy bien a tu cliente y saber qué quiere y qué puede necesitar de ti. Ganarse su confianza es un trabajo de largo recorrido y empieza por dar algo a cambio, no solamente pedir.

¿Por dónde hay que empezar? Para que una newsletter no acabe en la carpeta de spam, primero hay que tener muy claros nuestros objetivos. Por ejemplo, quiero que mis suscriptores estén al día de las novedades de la empresa, quiero aumentar suscriptores, quiero que estén al tanto de mi nueva promoción, etc. Sea cual sea tu newsletter, debes marcarte un objetivo, así como también una estrategia de campaña de email marketing.

 

Tu estrategia debe estar ligada a los objetivos

Hay muchas webs que te ayudarán a crear tu campaña de email marketing, pero antes de hacerlo, asegúrate de que escoges una realmente buena y eficaz para que tus emails lleguen a las personas deseadas y en el momento que tú elijas; y que además te proporcionen información sobre los resultados, para poder mejorar en las siguientes campañas. Una buena herramienta puede ser Mailchimp.

En segundo lugar, no hay ventas si no hay clientes. Parece obvio, pero no lo es. Por eso, necesitas listas, es decir, emails de clientes a los que enviar tu contenido. Sin las listas no hay negocio, y más teniendo en cuenta que ahora mismo la mayor parte del dinero se mueve en Internet. Si quieres aumentar tus ventas, lo más recomendable es hacer listas de clientes a tu medida.

Una vez tengas tu lista de clientes hecha, debes pensar en el contenido que quieres enviar. Si no hay novedades, lo mejor es esperar a que las haya. Puedes compartir fotos, vídeos, noticias de tu sector, etc. Tras analizar los resultados verás qué es lo que más ha gustado, pero ya te avanzo que las fotografías y vídeos son un reclamo cada vez con más peso. Piensa que cuanto más personalizado sea el mensaje, más familiar será para tu cliente.

Controlar la frecuencia es muy importante para no acabar en la carpeta de spam, teniendo en cuenta que es uno de los motivos principales por los que un cliente puede desterrarte para siempre. Si alguien se hace suscriptor tuyo, ya sabes que le interesa tu contenido, pero no por eso le debes a freír a emails. Déjale que respire y que si no le gusta tu contenido pueda darse de baja fácilmente. No hay que ponerle las cosas complicadas, porque entonces te odiará. Algo lógico sería una newsletter a la semana, y si no tienes información, de una a tres al mes. La hora puede variar, pero siempre en horario diurno.

El siguiente paso de tu campaña de email marketing es la estructura del correo electrónico.

A veces puede ser difícil escribir una newsletter pensando en el cliente, pero el mensaje del asunto tiene que ser atractivo, para que abra tu email. Recuerda que tiene que resolver una necesidad.

Nada de mayúsculas, ni palabras fuertes como GRATIS, COMPRA YA, etc. Son demasiado agresivas y carne de cañón para el spam. Por lo tanto, emplea tiempo en el asunto del email, que sea evidente y claro. No escribas aquello que luego el cliente no va a encontrar en el cuerpo de texto, porque puede penalizarte. Se trata de ser lo más empático posible, sólo el detalle te llevará al éxito.

 

Foto: Pixabay

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