Qué debes saber antes de comprar un portátil de empresa

José María Lissen    29 diciembre, 2016

La inversión en tecnología supone un gasto muy importante en cualquier empresa, sin lugar a dudas. Renovación de equipos, compra de accesorios, mantenimiento… una parte significativa de nuestro presupuesto se destina a estos menesteres, por lo que toda oferta, descuento o promoción siempre es bienvenida.

Con buenos precios o sin ellos, está claro que invertir en tecnología es una labor necesaria. Según datos del portal Back Market, los españoles gastaron un 50% más en la compra de móviles, tabletas, ordenadores y otros dispositivos electrónicos durante este 2016. Como usuarios, parece que no nos tiembla el pulso a la hora de sacar la cartera, pero como empresarios la cosa es bien distinta.

Pensando en una pyme, lo que interesaría es amortizar los equipos lo máximo posible. No obstante, si toca renovar, debemos valorar varios temas antes de comprar. Actualmente los empresarios tienen una ventaja, y es que pueden reducir su gasto tecnológico con una pequeña investigación online previa. Muchos comercios electrónicos ofrecen verdaderas gangas, tanto en equipamiento nuevo como de segunda mano. Esto, por otro lado, nos obliga a ser más selectivo para que lo barato no nos acabe costando caro.

La campaña navideña aumenta la oferta y la demanda de dispositivos tecnológicos. El producto más solicitado es el ordenador portátil, que puede utilizarse tanto como un elemento profesional como de ocio. Actualmente no hay muchas diferencias de rendimiento entre estos y los PC de sobremesa, y ofrecen más comodidad para trabajar que un smartphone o una tablet.

Si ya estamos decididos a comprarnos un portátil, lo primero que tenemos que valorar es el tipo de ordenador que necesitamos. No es lo mismo un convertible -permiten extraer la pantalla, pero suelen aportar un menor rendimiento- que un ultrabook -fáciles de transportar, por su ligereza y poco peso. Pensar en qué uso le daremos al dispositivo nos ayudará a decidir esta cuestión y otras tantas derivadas, como el tamaño de la pantalla o la autonomía.

Otro aspecto importante a la hora de elegir un portátil es el sistema operativo. En este apartado la lucha está entre los Mac OS de Apple y los Windows 10 de Microsoft. En ambos casos, estas plataformas pueden dar un rendimiento similar. Las diferencias son apreciables en la interfaz, pero poco más. Como opción más “económica” podemos quedarnos con el software de Bill Gates, que puede encontrarse en dispositivos de múltiples fabricantes.

Volviendo al tema de la pantalla, la máxima que debe seguirse es que la resolución sea de al menos 1080p. Al margen de esto, el tamaño dependerá del uso que le queramos dar al dispositivo. El estándar de las 15 pulgadas puede ser más que suficiente para navegar por Internet, hacer labores modestas de diseño gráfico, bases de datos, etc. Por debajo de esa medida, mejor optar por una tablet.

La potencia y la memoria son, sin duda, las características más importantes a la hora de escoger un portátil. Por un lado, en cuanto a procesador, vemos que los portátiles están en clara desventaja con respecto a los ordenadores de sobremesa, ya que aunque usen sistemas parecidos, el rendimiento no es el mismo. Esto es debido al recorte de algunas funciones. Las CPU de última generación (como Intel Core i7), aunque más potentes, también implican mayor consumo de batería y, por tanto, menor autonomía.

Con la memoria de los portátiles pasa igual que con la potencia. Cuanto mejor es el rendimiento, mayor es el consumo. Lo ideal es que el ordenador que escojamos tenga al menos 4 GB de RAM.

Por lo que se refiere al almacenamiento, que tiene relación directa con el rendimiento del portátil, varía tanto como el precio de los dispositivos. Podemos encontrar modelos asequibles con 216 Gb de capacidad, u opciones más caras con más de 1 Tb de recámara. A nivel tecnológico, se están imponiendo los discos sólidos SSD, mucho más rápidos. Pero con el almacenamiento en la nube y la expansión de las memorias externas, este punto ha perdido cierta relevancia.

Terminamos nuestro repaso a las características básicas de un buen portátil evaluando la conectividad. El modelo que elijamos debe incorporar al menos una salida de vídeo HDMI o DVI, para poder conectarlo a un monitor. Por su parte, los conectores USB 3.0 nos proporcionarán un intercambio de datos a gran velocidad. En la misma línea, y ya como novedad extendida, debemos apostar por los USB Type-C (con conexión reversible). Recomendable además que el dispositivo que compremos tenga lector de tarjetas y Bluetooth.

La tecnología es cara, pero trabajar con dispositivos obsoletos lo es aún más. Navidad puede ser una buena época para renovar nuestro equipamiento tecnológico. Para que no nos perdamos entre el mar de ofertas actuales, lo ideal es evaluar primero nuestras necesidades. Cuando sepamos qué uso daremos al portátil, entonces podremos buscar en el mercado la mejor alternativa, teniendo en cuenta las características antes mencionadas.

 

Foto: Picography

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