Pymes para dummies o cómo poner en marcha una empresa

Mar Carpena    21 diciembre, 2017

La transformación digital está al alcance de cualquier pyme y autónomo. Eso sí, hay que querer reinventarse de verdad. Roberto González Fontenla, autor de Pymes para dummies asegura que la figura del emprendedor está cambiando y el miedo al fracaso existe, pero es menos determinante para las nuevas generaciones. Internet, asegura, es un aliado, pero sin dejar de lado la vida real, el contacto directo con la gente.

Graduado social y técnico de Prevención de Riesgos Laborales, González Fontenla -que se define a sí mismo como knowmad porque cada siete años se reinventa profesionalmente- ofrece en “Pymes para dummies” la hoja de ruta que se ha de seguir a la hora de poner en marcha una empresa, desde la idea, el plan de empresa, la financiación, los trámites o la importancia del marketing. Un pasito a pasito, como él mismo dice, para todos aquellos que quieran emprender.

 

P.- Big Data, Internet de las cosas, Realidad virtual… Todo el mundo habla de transformación digital, pero ¿está esa transformación al alcance de las pymes?

R.-La transformación digital está al alcance de cualquier pyme y autónomo. La cuestión es si están dispuestas a reinventarse y rediseñar sus procesos. Cuando en 1995 registré mi primer dominio .com en Galicia y les comentaba a mis clientes que había 40 millones de personas en Internet, muchos se apuntaron a tener una página web; ahora, 22 años después, aún hay pymes y autónomos que no la tienen o está desactualizada. Ahora surgen muchas posibilidades y, por lo que veo, los freelancers y knowmads, con muy poca inversión, son los más innovadores en cloud, Internet de las cosas, etc.

 

P.- Según el Mapa del Emprendimiento 2017, elaborado por Spain Startup, el emprendedor en España emprende por vocación y no por necesidad. ¿Está usted de acuerdo?

R.- Como buen gallego te diré «depende». Las encuestas dicen que sí, que se emprende mayoritariamente por oportunidad, pero yo no lo creo. Bueno, sí, la oportunidad es salir del paro. Si tienes más de 45 años, las empresas de RR.HH. no leen tu currículum, así que decides crear en tu localidad un negocio basado en una franquicia, como puede ser una academia de idiomas. ¿Eres emprendedor por oportunidad o necesidad? Yo creo que ambas cosas.

 

P.- En esa línea, usted establece siete tipos diferentes de emprendedor. ¿Cuál de ellos es el más frecuente? 

R.- Creo que el más habitual es el que te comentaba anteriormente, sobre todo porque vemos que hay sectores productivos que están en transformación (ejemplo: prensa en papel, sector bancario, publicitario, etc). Muchos profesionales muy cualificados han salido de sus empresas mediante un ERE y es lógico que no volverán a trabajar en los mismos sectores que los han expulsado. No ha sido una crisis económica la de 2008, ha sido también una crisis de modelo de negocio, de obsolescencia de procesos, etc.

 

P.- En España, ¿existe cultura de emprender, como es el caso de EE.UU., donde no existe el miedo a montar un negocio y que fracase?

R.- Yo creo que el miedo aún existe pero, por ejemplo, las nuevas generaciones tienen muy asumido que durante su vida tendrán 6 o 7 trabajos, varias actividades, períodos de paro o «meses sabáticos» para viajar, descansar, formarse o reinventarse. Trabajar desde los 22 o 23 años (cuando acabas generalmente la universidad) a los 67 años en la misma empresa ya no existe. Enlazando con la pregunta sobre transformación digital, los jóvenes ven muchas oportunidades en algo que dominan, la tecnología (por ejemplo: fabricar un prototipo de lo que sea, subir un vídeo a Youtube y fotos a Instagram, organizar un concurso y ver qué pasa). Si emprender de forma tradicional te cuesta de 30.000 a 40.000 euros (alquilar un local, amueblarlo, mercancías, etc.), un negocio online puedes crearlo quizás por 1.000 euros o menos. No es lo mismo buscar 30.000 euros que 1.000 euros, la barrera ya no es económica, es de mentalidad.

 

P.- A la hora de montar una empresa ¿cuáles son los principales errores que se suelen cometer?

R.- No pedir ayuda. Parece que pedir ayuda o consejo te pone en una posición inferior con respecto a otras personas. Me parece muy necesario que el emprendedor se forme, que tenga consultores (por ejemplo, abogados o economistas) que le ayuden en su plan de negocio, pero también que busque un business angel, mentor o inversor que le dé un empujón a su proyecto, basándose en su experiencia y así evitar el primer gran batacazo. De media un emprendedor de éxito ha tenido uno o dos fracasos antes de triunfar, con un socio experimentado y/o un mentor creo que se puede reducir esta cifra a uno o cero.

 

P.- Internet, comercio electrónico, redes sociales… ¿Aliados o enemigos de la pyme?

R.- Amigos, obviamente, pero siendo realista. Todavía hay que salir a la calle y hablar con gente de carne y hueso, probar nuestros prototipos con gente real, ver su cara, escucharles atentamente, etc. Creo que obtienes más información enseñando tu producto a 30 personas, escuchándoles y hablando con ellos que creando una web y viendo qué pasa.  Considero interesantísimo lo que está pasando con Instagram y Youtube, por ejemplo, que están arrinconando (en mi opinión) a los blogs. La gente no lee, escanea, es ciega a los banners desde hace años, estamos en una era 100% visual y cualquiera puede abrir un canal y contar su historia.

 

P.- ¿Existe apoyo para la pyme en nuestro país? Institucional, gubernamental, de entidades financieras….

R.- No, siento ser así de duro. Te dan una de cal y otra de arena. Anuncian que los autónomos podremos desgravarnos un porcentaje X de los consumos de nuestro hogar destinado a nuestra actividad y al final es un tercio de ese porcentaje. Medidas vigentes como que los autónomos societarios no se puedan acoger a la tarifa plana de 50 euros, etc, etc. Hay muchísimo que hacer todavía.

 

P.- ¿Qué es Pymes para dummies, a quién se dirige y, sobre todo, qué persigue este libro?

R.- Yo lo entiendo como una continuación de “Autónomo para dummies”, del cual soy autor con la misma editorial. Es una guía con la hoja de ruta más tradicional que se debe seguir (la idea, plan de empresa, financiación, marketing, puesta en marcha, trámites, etc). Dentro de las limitaciones de un libro considero que no he omitido nada relevante. Creo en empezar un proyecto «pasito a pasito»‘ como autónomo, aprovechando la ventaja de la tarifa plana de 50 euros, ver hasta dónde puedes llegar y si te ves capaz, crear una sociedad. Por desgracia, cuando eres autónomo, descubres que hay clientes a los que no puedes llegar si no eres «Nombre en inglés que suena que te mueres S.L.», que te cuesta conseguir financiación o, simplemente, que te alquilen un local. Parece que «viste» más ir con una S.L. por delante.

Yo he tenido ya dos sociedades, una fue un desastre y otra un éxito, llevo siete años de autónomo y me estoy pensando crear otra, porque ser autónomo te ofrece una flexibilidad increíble, pero para muchas actividades necesitas un equipo, contratar personal, realizar inversiones, etcétera.

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