Nuevas competencias profesionales en la era ‘Web al cuadrado’

Alicia Pomares    15 septiembre, 2015

Ahora sí, por fin la transformación digital se ha colado en los planes estratégicos actuales de buena parte de nuestras empresas. Si hace pocos años, uno de los objetivos estratégicos prioritarios era la innovación, ahora le toca el turno a la digitalización, que se ha convertido en una de las líneas principales que se desarrollarán en el próximo año.

Numerosos comités de dirección se han sentado a debatir sus planes estratégicos y han concluido que es prioritario. Más vale tarde que nunca, pero no nos engañemos, las empresas ya están digitalizadas en la medida en que sus personas lo están.

La mayoría de los trabajadores están en redes sociales, utilizan apps y herramientas digitales que les hacen la vida más fácil. Muchos de ellos hace tiempo que han abierto, de forma espontánea, grupos de WhatsApp para comunicarse con sus compañeros a nivel profesional y personal, conocen perfectamente dónde han pasado las vacaciones los otros, porque lo han visto en Facebook e Instagram. Algunos tienen blogs, además de nutrirse de información gracias a los agregadores de contenidos y un largo etcétera.

¡Ya estamos digitalizados, señores! La revolución digital ya hace tiempo que ha llegado, tanto que ya no es una revolución.

Estamos en la era del WEB2 o  WEB Squared, el concepto de web del mundo real, que descubrí gracias a una conferencia de Francis Pisani. Todo es un continuo, ya no hay diferencias entre el mundo 2.0 y el 1.0, ahora y desde hace ya bastante tiempo, nuestra vida es un continuo entrelazado de momentos de conexión y desconexión. Dos realidades que se mezclan y se retroalimentan. Una da sentido a la otra, dando lugar a una única realidad.

A veces hacemos cosas solo pensando en compartirlo en las redes, alimentando de datos continuamente a ese “gran hermano” que nos controla. Otras veces actuamos, nos conocemos, nos informamos, nos comunicamos… gracias a las redes, algo que ocurre primero en la Red, transciende a la vida «real».

La conectividad y las tecnologías  han cambiado y siguen cambiando la manera de trabajar y gestionar el talento. La transformación digital ya se ha instalado en nuestras empresas, ahora lo que toca es poner orden. Ahora toca analizar cómo la web influye en la manera de trabajar y optimizar todos los beneficios que nos aporta.

Pensemos en las nuevas generaciones, esas que van a invadir el mercado de trabajo en breve. Para ellas no hay una línea divisoria entre ambos mundos, para ellas virtualidad y presencialidad pertenecen al mismo plano de la realidad, es un todo.

Tenemos que empezar a cambiar nuestros constructos mentales, a pensar al cuadrado, también y sobre todo en el ámbito profesional. Nos estamos quedando obsoletos.

Tenemos que empezar a desarrollar nuevas competencias y nuevos procesos mentales. Algunas ideas que se me ocurren:

  • Ya no es tan importante tener conocimientos como la capacidad de adquirir los conocimientos que necesitamos en nuevas situaciones, buscar y aprovechar nuevos recursos para solucionar problemas diferentes a los que estamos habituados. Eso implica desaprender para volver a aprender.
  • Ya no es tan prioritario conocer a muchas personas y tener muchos contactos. Como la habilidad para conectar con nuevas personas e incrementar nuestro capital social ha cambiado nuestra forma de relacionarnos con el mundo, ahora lo importante es ser un buen socialnetworker.
  • Son tiempos en los que cobra especial importancia la capacidad de análisis de información y el espíritu crítico, el saber discernir entre la información veraz o las mentiras que corren por la Red, contrastar información y no dejarse llevar por la endogamia colectiva.
  • En la era de la sobreinformación, de la «infoxicación», la capacidad para gestionar el conocimiento y la información es fundamental.
  • Son tiempos de fácil procrastinación, sobre todo nos dejamos llevar por las diferentes redes sociales, ahora la productividad y la autogestión del tiempo son críticas. Necesitamos más objetivos y menos horarios rígidos de trabajo, pero sobre todo una buena autoorganización del trabajo.
  • Son momentos de conectividad y colectividad, todo se comparte entre las nuevas generaciones (y las menos nuevas también). Aprendamos a colaborar en tiempos “Co” de conectividad, colectividad, «cocreación», coworking, cooperación… COLABORACIÓN. Trabajemos juntos y optimicemos nuestra inteligencia colectiva.

A veces me pregunto si los comités de dirección son los únicos que todavía no se han digitalizado…

Foto: reynermedia

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