¿Por qué falla una estrategia de marketing móvil?

José Manuel Mencía    13 junio, 2013

Como ya hemos comentado en numerosas ocasiones, una estrategia de marketing móvil es imprescindible hoy día para conseguir los objetivos empresariales y comerciales de cualquier compañía. Las redes sociales, por sí solas, no logran un retorno de inversión adecuado, como tampoco lo hace el resto de publicidad tradicional, si no se trabaja con una estrategia de 360 grados.

Si tu empresa ya tiene una presencia palpable en el mundo móvil, ¿por qué no se obtienen resultados? Según mi experiencia, estos son los principales motivos por los que no conseguimos el retorno esperado:

  1. No conoces a tus clientes. Es posible que hayas creado una app móvil antes de estudiar el comportamiento de tu público objetivo. ¿Utilizan el móvil de manera frecuente? ¿De qué modo lo hacen? ¿En qué momento? Quizás has empleado tiempo y dinero en desarrollar una fantástica aplicación para móviles que tus clientes no usan porque no necesitan… Es imprescindible conocer perfectamente a tus clientes (o futuros usuarios) para comprender qué necesitan y cómo puedes ayudarles.
  2. No hay objetivos concretos. Como cualquier otra disciplina en marketing, una buena estrategia de marketing móvil necesita tener unos objetivos claros, definidos, medibles y alcanzables en un tiempo determinado.
  3. La estrategia en marketing móvil no transmite los valores de la marca. Todas las acciones que llevemos a cabo deben estar 100% alineadas con los objetivos empresariales y transmitir aquellos valores y conceptos que conforman la verdadera historia de tu empresa. No puedes establecer acciones en entornos móviles que no sean coherentes con el resto de campañas de comunicación que tu empresa plantea en el resto de canales.
  4. No se emplea a las personas adecuadas. Como el marketing móvil no forme parte de la descripción profesional de un puesto en tu organigrama, las acciones estarán condenadas al fracaso. Tu empresa debe tener presente que una buena estrategia debe contar con profesionales formados y dedicados completamente a ella.
  5. No se dedica el presupuesto necesario. A veces se tiende a pensar que no es necesario emplear recursos económicos para las acciones online. Craso error. Aunque es cierto que el desembolso necesario para realizar campañas de comunicación en entornos digitales es menor que el requerido en medios convencionales, no podemos pensar que los buenos resultados llegarán gratis. Es necesario desarrollar webs o aplicaciones móviles de calidad, que ofrezcan una buena experiencia de usuario, robustas y consistentes. Y eso suele requerir contratar profesionales o empresas especializadas en ese desarrollo, que garanticen un resultado final óptimo.
  6. No se miden los resultados. Siempre digo que lo que no se puede medir no existe. Una vez definidos los objetivos, es imprescindible establecer un calendario de monitorización de los mismos, que permita detectar desviaciones a tiempo. Si no chequeamos frecuentemente variables como descargas, visitas o tiempo de permanencia, no sabremos si nuestras estrategias están siendo adecuadas para lograr las metas propuestas.
  7. Despreciar la comunicación offline. Si no complementas las acciones en entornos móviles con otras campañas en canales tradicionales, tu empresa lo tendrá mucho más difícil. La clave es encontrar la mezcla de medios adecuada y elaborar estrategias conjuntas.

No olvides que equivocarse forma parte de cualquier proceso de aprendizaje. Es probable que te identifiques con algunos de estos puntos, pero no debes preocuparte. Con la experiencia acumulada, plantea nuevas alternativas y conquista al cliente móvil que tienes ahí fuera.

 

Imagen @William Hook distribuida con licencia Creative Commons BY-SA 2.0

Comentarios

  1. Hola Jose Manuel,
    Totalmente de acuerdo con lo que escribes. Añadiría que uno de los fallos está en la base, en no tener una estrategia en movilidad desde el inicio. Muchas empresas sólo llevan acciones tácticas y esperan grandes resultados de un canal que ni siquiera conocen.
    Un saludo,
    Miriam

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