Si tienes lo que hay que tener: franquicia

Raúl Alonso    22 mayo, 2012

Cuando Ray Kroc entró en aquel restaurante californiano de la Ruta 66, supo que el largo viaje había merecido la pena. Su olfato de gran empresario se había aguzado semanas antes cuando, desde todavía un desconocido negocio, le había llegado un pedido que multiplicaba por ocho la cantidad habitual de cualquier otra entrega. Sorprendido, había decidido acercar personalmente las máquinas de batidos solicitadas, y ahora sabía que ese negocio debía ser suyo.

La limpieza del local, pero sobre todo el sistema con que los hermanos Dic y Mac McDonald habían organizado la elaboración y el servicio de entrega de comandas había convertido su local en la hamburguesería de moda de todo el Estado. Perdido como estaba su negocio en un modesto aeródromo, hasta sus puertas se desplazaban decenas de centenares de clientes cada día.

Ray Kroc no tardó ni unos minutos en poner en escena sus mejores habilidades de negociador, y poco después ese restaurante ya era suyo. Corría el año 1955 y cuando en 1984 los obituarios de todo el mundo recogieron su defunción, muchos titularon con un escueto: “Ha muerto el rey de la hamburguesa”.

Lo cierto es que decía adiós uno de los empresarios más influyentes del pasado siglo, que dejó en legado una empresa que hoy vende 22.744 millones de euros y emplea a 400.000 personas en sus 29.000 restaurantes. Pero que McDonald’s se haya convertido en uno de los iconos globales del capitalismo tiene mucho que ver con que sea la empresa a la que se atribuye la implantación del sistema de franquicia en su concepción actual.

La verdad es que un tipo avezado como Kroc no tuvo que esforzarse en exceso para poner en marcha sus planes. Y es que el negocio que habían diseñado los hermanos McDonald ya contaba en su organización con las bases de la franquicia.

Habían desarrollado una imagen del negocio singular y atractiva, que llegaba a sus clientes convertida en un local en perfecto estado de revista a cualquier hora del día. Pero sobre todo habían elaborado una forma diferente de organizar y gestionar el negocio, que comprendía desde el funcionamiento de la cocina a la toma del pedido, presentación y entrega. En esencia, aquel restaurante californiano era puro fast food, aunque ellos aún no lo supieran.

Aquel restaurante tenía marca, una imagen diferenciada y reconocible, y además contaba con un saber hacer, o know how en su acepción inglesa, propio. Por tanto, reunía dos de las características más importantes para convertir una empresa en franquicia.

Además, la compañía de Kroc fue capaz de sistematizar ese saber hacer en manuales accesibles a terceras personas, lo que le permitió establecer un sistema de transmisión de conocimiento y formar a sus nuevos socios.

Todas estas características convirtieron su restaurante en fácilmente replicable, así en una primera fase llegó a todos los rincones de su Estados Unidos natal y pocas décadas después a medio mundo.

McDonald’s ha sabido sacar partido a esa posición de liderazgo para ser siempre el operador de restauración de comida rápida que dice hacia dónde se dirige el mercado. Ejemplos a lo largo de su historia hay muchos. Sirvan para ilustrar recordar su poderosa maquinaria de comunicación, o decisiones como la de introducir una carta –digamos- más ligera, en consonancia con las demandas de unos consumidores interesados en una alimentación saludable, o la conversión de sus espacios en agradables cafés para cubrir con mayor eficiencia las horas valle propias de cualquier restaurante.

Es probable que el negocio que tengas en tus manos no sea una perla en bruto como la que encontró Ray Kroc, o quién sabe…

Si te preguntas si tu empresa es franquiciable, no dejes de analizar de forma fría y objetiva si tienes una buena marca, imagen propia y diferenciada, si has desarrollado un saber hacer singular, capaz de ser reproducible en otros emplazamientos por otras personas, y si puedes ir renovando el negocio para ajustarlo a las nuevas demandas.

Si la respuesta es sí, tienes lo que tiene que tener una franquicia. No dejes de mantenerte atento a este blog porque juntos vamos a seguir profundizando en esta sorprendente fórmula de cooperación empresarial. Mientras tanto, felices negocios.

 

Foto @DávidSt. Photography, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0

Comentarios

  1. Ojalá nacieran en España varias decenas de «Ray Krocs» con las ideas claras sobre qué quiere la gente y cómo dárselo, y ojalá tuviéramos para desarrollar «perlas en bruto» empresariales como aquel McDonald originario. Y no lo que hay ahora: 100 copias malas a rebufo de cada negocio que empieza a tener éxito.

    Buen post, Raúl

  2. Evidentemente eso ocurria hace mucho tiempo, hoy en día y en los tiempos que estamos, cuesta un poco de trabajo aventurarse en un nuevo negocio, teniendo en cuenta que se les da pocas facilidades a los emprendedores.Tambien es dificil aventurarse en una franquicia pues se necesitan unos recursos iniciales que no son faciles de conseguir.
    No se, igual no estoy muy positivo, pero con la situación economica que tenemos, es dificil.
    Gracias por el post, espero que a lo largo del tiempo, me puedas ir ilustrando mas sobre este tipo de negocio y quiien sabe igual acabo lanzandome a la piscina de las franquicias….
    Saludos.

  3. Entiendo que hayas puesto como ejemplo el paradigma de la franquicia en el mundo. Sin embargo, en España creo que aún faltan grandes dosis de profesionalidad a la hora de juzgar si un negocio puede o no ser franquiciable. Cuéntanos sobre cómo conseguir que esas 5 condiciones que marcas al final sean de verdad el pilar de un negocio franquiciable y, sobre todo, cómo se puede lograr que no se malogren al replicarlas.
    Como David, creo que ahora hay mucha copia que hace más mal que bien al original.

    Un post al más puro estilo periodístico anglosajón. He disfrutado leyéndolo.

  4. Hola David, comparto plenamente tu comentario. Este país necesita de una nueva generación de emprendedores que hagan de la innovación y la sana ambición su bandera. En los últimos años vemos como demasiados proyectos se suman a la tendencia empresarial del momento sin aportar ningún otro valor que el que han replicado, y eso no genera una competencia sana. Esperemos que en la actual coyuntura tome el relevo otro modelo de empresarios con mayor imaginación, como ya es posible ver en muchos sectores. Gracias por tu visita a nuestra web.

  5. Querido Pedro es cierto que los tiempos son duros pero ningún emprendedor lo ha tenido fácil. Una de las ventajas de la franquicia es que cuenta con más de 1.000 modelos de negocio en España, algunos de ellos ofrecen formatos con inversiones por poco más de 6.000 euros, compatibles con otra actividad e, incluso, que se pueden ejercer desde tu vivienda. Bien es cierto que, por lo general, se trata de franquicias en las que es necesario tener grandes dotes comerciales y con periodos de maduración largos, pero son una alternativa. Todo emprendedor debe saber adónde quiere llegar y sembrar para recoger, te invito a que traces tu hoja de ruta y salgas en busca de ese objetivo. Espero que desde este blog te podamos ser de ayuda.

  6. Hola Araceli, me alegro que hayas disfrutado con el post. Sólo me gustaría hacerte un comentario, para saber si tu negocio reúne esas cinco condiciones que lo hacen replicable lo mejor es pasar de la teoría a la práctica. Por eso los cánones más ortodoxos de la franquicia obligan a que el propietario de la franquicia tenga en funcionamiento dos unidades de negocio durante un mínimo de tres años, o tres unidades durante dos años. Sin duda es la mejor de las formas para conocer si tu formato puede tener éxito en otros escenarios y puede ser gestionado por otras personas. Lo que también es cierto es que esta regla no siempre se cumple, y eso no favorece a nadie. Empezando por el propio franquiciador.

  7. El post viene en un momento adecuado si nos atenemos a la resistencia que está teniendo la franquicia (en algunos sectores crecimiento incluso) frente a la crisis y en comparación con los comercios independientes. Creo que eso no se puede negar.

    Ahora bien, creo que el problema radica en España como tal. Un país en el que para crear una empresa tienes que hacer más trámites que para adoptar un hijo (seguramente ahora tras una de las crisis más fuertes que hemos sufrido y con 5 millones de parados se han puesto a trabajar en agilizar esos trámites, ¿AHORA?) parece que no se presenta como el escenario perfecto para nada.

    Copiamos las idioteces más grandes de los americanos mientras que en este ámbito lo hacemos a la española… Ya en 2006 los países en los que más tiempo se tardaba en montar una empresa eran Portugal (54 días – 11 ventanillas), España (47 – 10) y Grecia (38 – 15)…casualmente dos países rescatados y el nuestro… Por el lado contrario están Australia, donde en dos días tienes tu empresa o EEUU que lo concedía en cinco.

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