Cuánto pagas por tu cuenta gratuita de correo electrónico

Virginia Cabrera    1 octubre, 2014

«Lo barato es caro». Es un mantra que se repite hasta la saciedad y que, en la mayoría de las ocasiones, es cierto. Muchas veces se busca la gratuidad y no siempre es la mejor opción. En este artículo contamos cómo una cuenta gratuita de correo electrónico puede salir cara, sobre todo si se utiliza en un negocio.

 

1. Das una imagen poco profesional 

Las empresas que usan servicios de correo gratuito (@gmail, @hotmail…), en lugar de uno con dominio propio (del tipo @panaderiaJuan.com), no dan buena imagen. Y eso es un hecho.

Tener un dominio propio garantiza el poder crear con él tantas cuentas de correo como quieras, contribuyendo así a proyectar la imagen de tu negocio.

 

2. Cedes el manejo del contenido y los archivos adjuntos del correo 

Cuando creas una cuenta gratuita, como la que proporciona por ejemplo Gmail, aceptas las condiciones de seguridad del proveedor, es decir, que en este caso cedes a Google el control y permites que pueda manejar el contenido y los ficheros adjuntos que envías y recibes, que son, ni más ni menos, que tus datos y los de tus clientes y proveedores.

Te arriesgas con ello a denuncias de terceros por incumplimiento de la LOPD (Ley Orgánica de Protección de Datos), que pueden derivar en sanciones económicas. Y la responsabilidad será sólo tuya. La empresa que presta el servicio queda eximida de cualquier responsabilidad, ya que tú, al crear la cuenta, así lo has aceptado.

 

3. Insertas la publicidad de tu proveedor de correo, no la tuya

Los proveedores de correo gratuito insertan publicidad en los correos, una publicidad personalizada y que surge de leer el contenido de los correos del cliente de forma automatizada.

Desde el pasado mes de abril, Google ha cambiado sus condiciones de servicio, reconociendo que Gmail rastrea los correos electrónicos de sus usuarios para ofrecer publicidad personalizada. En palabras de Google “nuestros sistemas automatizados analizan su contenido (incluyendo mensajes de correo electrónico) para proporcionarle servicios personalizados, como resultados de búsqueda adaptados, publicidad a su medida, y detección de spam y malware. Este análisis se produce cuando el contenido es enviado, recibido y almacenado”.

En resumen, que nadie da duros a cuatro pesetas. Si utilizas un servicio de correo gratuito, sé consciente de que pagas… con tu imagen, tu privacidad, tu seguridad. Y con la publicidad que te insertan gracias a tus correos.

Un correo profesional con dominio propio no es gratis, pero sí barato, si se tiene en cuenta todo lo anterior.

Foto: Esparta Palma

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