Cómo hablar en público, consejos para no morir en el intento

Fátima Martínez    9 septiembre, 2014

Ayer, una amiga solicitaba consejos en Facebook para hacer una presentación en público porque -como explicaba- «odio hablar en público o más bien exponer» y hacía la siguiente pregunta:  «¿Qué trucos os funcionan?»

Creo que ese mismo «pánico escénico» lo hemos tenido todos en varias ocasiones cuando empezábamos a hacer nuestras primeras exposiciones, incluso dentro de nuestra empresa y también en ponencias en las que no entendíamos muy bien cómo habíamos sido elegidos para hablar de un determinado tema delante de tantas personas.

Pero no hay que alarmarse ni salir corriendo, ni poner excusas para librarse, ni por supuesto morir en el intento.

Lo bueno que tiene hablar en público es que cuantas más veces lo hagas, más irás dominando las técnicas y, aunque los nervios del principio no te los quita nadie, aunque lleves años como conferenciante, terminas por aplicar todo lo aprendido y controlar la situación.

Lo más importante, sin ninguna duda, es tener confianza en uno mismo y conocimientos profundos del tema del que vamos a hablar.

A partir de ahí vamos a enumerar las técnicas más importantes que nos ayudarán a que cualquier presentación que hagamos sea un éxito.

  • Lo primero que debemos cuidar es el contenido de nuestra presentación. Es fundamental que tengamos muy claro el tema del que vamos a hablar para concretar y no perdernos en el discurso y,  si llevamos diapositivas,  las hayamos preparado nosotros, ya que si las copiamos o las encargamos a un tercero, será muy difícil hilar la esencia del mensaje y podemos atropellarnos,  o simplemente no saber qué decir y quedarnos parados a mitad de la presentación.
  • Las presentaciones muy largas aburren. En general, los seres humanos somos capaces de estar atentos durante 20 minutos seguidos, pasado ese tiempo la audiencia comienza a inquietarse y sus mentes se distraen,  por lo que todo lo conseguido hasta ese momento puede irse al traste si no somos capaces de captar su atención. Mejor ser concreto y conciso y no extenderse demasiado.
  • Realizar una presentación en Prezzi puede sumar puntos si está bien realizada, pero ojo si la presentación es larga, porque la audiencia puede terminar absolutamente mareada.
  • Atención a los vídeosSi la presentación que hemos preparado incluye vídeos, es imprescindible incrustarlos dentro de las diapositivas. No hay nada peor que detener una presentación para entrar en YouTube o minimizar la pantalla para enlazarlo desde una carpeta. Esto que parece una obviedad, lamentablemente se sigue haciendo a menudo.
  • Cuidar al máximo la estética.Tenemos que sentirnos cómodos y favorecidos con la ropa que llevamos al presentar, sobre todo si es un escenario y no contamos con mesa ni atril y esto, no solo es por respeto a la audiencia, sino fundamentalmente por nosotros mismos. Si un zapato nos hace daño, si un pantalón o una falda no nos quedan bien, si nos hemos manchado la ropa… estaremos más pendientes del dolor, de la mancha o de lo que piensan de nosotros los que nos escuchan, que de la ponencia en sí misma.
  • Controlar la respiración es esencial. Si nos ponemos nerviosos, respiramos más deprisa y al respirar más rápidamente, nos hiperventilamos y, en consecuencia, nos mareamos, nos tiembla la voz, se nos seca la boca y perdemos el control. Hacer unos ejercicios de respiración antes de empezar nos funcionará a la perfección y no olvidemos hidratarnos bien antes de comenzar (podemos beber agua, aunque es mejor un refresco) y seguir respirando pausadamente mientras subimos al escenario. Si tenéis tentación de tomar un ansiolítico, en mi opinión será totalmente contraproducente, porque terminaréis hablando como si tuviérais una esponja en la boca y os impedirá vocalizar.
  • Es imprescindible antes de que empiece el evento probar la presentación con la organización. En muchos casos suelen fallar las transiciones, no funciona el sonido, nadie ha previsto un pasador de diapositivas y hay que estar desplazándose por el escenario (porque tampoco se ha previsto que alguien las pase). Todo ello puede ponernos muy nerviosos si previamente no hemos comprobado que todo funciona (hay veces que aunque lo hayas probado falla y también hay que estar preparado y no perder los nervios, pasa en las mejores familias)
  • Si hay técnicos de sonido, nos pondrán ellos el micrófono, pero si no los hay, intentemos saber antes cómo se pone y cómo funciona, porque muchas veces el ponente anterior nos suelta el micro inalámbrico de diadema o de petaca y no sabemos cómo se coloca, ni si está encendido o apagado y, peor aún si no son inalámbricos, hay que tener mucho cuidado con los cables porque si caminamos por el escenario podemos tropezar e incluso caer, lo que sería un auténtico desastre.
  • Ya tenemos nuestra presentación preparada por nosotros, conocemos el tema del que hablamos a la perfección, nos hemos vestido de la forma que estamos más cómodos y seguros, hemos probado la presentación y el micrófono y todo funciona, hemos respirado y ahora toca subir al escenario.
  • Atención a los escalones y desniveles. Más de un ponente ha entrado en el escenario a trompicones o lo que es peor se ha caído en medio del escenario.
  • Una vez que comencemos a hablar,  lo más correcto es dar las gracias al público y a la organización, aunque hay quien prefiere empezar con una frase simpática para enganchar a la audiencia. Pero ¡cuidado!, hay frases que dichas por una persona en una determinada ponencia quedan perfectas, pero que repetidas por otra persona en una presentación diferente pueden quedar ridículas. Si integramos frases o citas,  lo importante es que las hayamos encontrado nosotros al diseñar  nuestra presentación.
  • Debemos dirigirnos a toda la audiencia con la mirada mientras hablamos. Es una forma de integrarla en nuestra presentación y demostrar que cada uno de los asistentes es importante para nosotros. Dependiendo del lugar y el número de personas, los focos pueden llegar a deslumbrarnos y realmente no vemos a nadie. Intentemos ir cambiando la mirada de un lugar a otro como lo haríamos si los estuviéramos viendo.
  • Los expertos en presentaciones siempre aconsejan en sus cursos que si la audiencia te impone, o bien te fijes en una persona que te da confianza, o que «te los imagines desnudos», la verdad es que personalmente nunca he recurrido a ninguna de estas dos técnicas.
  • Lenguaje no verbal. Las manos no deben estar por un lado y el cuerpo por otro. Hay que buscar la armonía en los movimientos. Si tenemos un micrófono de mano, no lo cojamos con las dos manos. No hemos ido a cantar, sino a hablar y, aunque algunos expertos digan que en las manos no hay que llevar nada, me quedo con los consejos de otros expertos que recomiendan llevar algo pequeño en una de las manos para relajar la tensión, tener la mano o manos ocupadas y que no terminen metidas en los bolsillos, cosa que no es nada recomendable.
  • Recorrer el escenario de un lado para otro denota nerviosismo. Atravesar el escenario de norte a sur y de este a oeste a toda velocidad, desconcentra a la audiencia. Moverse un poco está bien, pero centrando el mensaje, moviendo las manos, pero sin que los movimientos que hagamos formen parte de un maratón.
  • Es esencial hablar despacio y vocalizando. Hay ponentes muy reconocidos que, en directo, te defraudan porque, al no vocalizar, no se entiende la mitad de su discurso y terminas por no enterarte de nada.
  • Cumplir con los tiempos establecidos. Por experiencia propia sé que este punto es muy difícil de cumplir, aunque hayas ensayado previamente y te haya cuadrado a la perfección. En algunos eventos está todo tan bien preparado que incluso tienes un reloj delante de ti en el suelo del escenario y aunque parezca que te va a poner más nervioso, te permite medir mucho mejor los tiempos. Si tienes delante tu ordenador, puedes incluir el reloj en la presentación y ajustar sin problemas, pero en los eventos donde no hay reloj, ni tenemos delante la pantalla del ordenador, el tema se complica, por lo que debemos llevar el discurso o las diapositivas adaptadas perfectamente. En alguna ocasión el presentador ha cortado al ponente en medio de su ponencia e incluso le ha hecho bajar del escenario, lo que es realmente desagradable para todos.
  • Terminar la presentación con una frase de cierre que resuma lo que hemos querido transmitir es muy recomendable.
  • Si los asistentes aplauden o hacen preguntas, no se puede salir del escenario corriendo por la vergüenza, pero tampoco quedarse una hora para que continúen aplaudiendo o haciendo preguntas, hemos de pensar también en el resto de conferenciantes.

Hemos terminado la presentación y hemos superado la prueba, pero hay algo que ha cambiado sustancialmente en los últimos años.

Antes bajabas del escenario y el primer input te lo daban tus acompañantes o compañeros de trabajo, ahora el éxito o el fracaso de nuestra ponencia lo tendremos, en la mayoría de los casos, aguardando en nuestros perfiles de redes sociales, no os asustéis, os recomiendo que leáis los comentarios y veáis los vídeos en cuanto estén colgados, porque realmente es como se aprende de los errores y se mejora.

Foto: Graham

Comentarios

  1. Muchas gracias por estos consejos, me han resultado muy útiles, y veo que no solo sirven para gente que tiene problemas para hablar en publico, también para gente que tiene a irse por las ramas y no concretar y no saberse explicar bien lo quiere decir por nervios o falta de experiencia.

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