Por qué invertir en I+D

Ambrosio Rodríguez    28 agosto, 2013

La actividad relacionada con la I+D+i es un arma que toda empresa debe esgrimir con la garantía de incrementar su competitividad. Sin embargo, lamentablemente en nuestro país no se ejecuta con el nivel suficiente, sobre todo si se compara con los países de nuestro entorno y a nivel internacional. España es un país innovador moderado que además se ha visto lastrado por haber disminuido las partidas correspondientes durante el pasado año en mayor medida que en otras regiones (34% en España frente al 22% de media en el resto de países), según se desprende de la 8ª Edición del Barómetro internacional de financiación de la Innovación 2012. El dato afecta en mayor medida al segmento de la pyme, que se enfrenta a su vez a problemas evidentes de financiación. Pero así y todo, atendiendo al análisis de los datos del citado Barómetro, vemos que solo para el 24% de las empresas españolas la prioridad es la innovación, frente al 37% de media del resto de firmas encuestadas, seguida de la reducción de costes globales (18% para las españolas frente al 12%).

Empresa e innovación

La reducción de los indicadores de innovación y del gasto en I+D durante los últimos años es palpable, aunque ello debe valorarse en su medida ante una situación de crisis como la actual. El Instituto Nacional de Estadística (INE) corrobora esta tendencia y marca en más de dos dígitos la bajada de las actividades relacionadas con la I+D en el último año. El principal obstáculo se encuentra en aquellas organizaciones, sobre todo las pymes, que no tienen en mente la innovación, principalmente porque no forma parte de su cultura empresarial. Como consecuencia directa, los datos son más acusados entre las compañías de menos de 50 empleados, ya que las medianas y grandes sí son capaces en algunos casos de mantener sus cifras. La situación real es que la I+D es una práctica que mengua en el seno de la pyme ante la incierta perspectiva futura de la mayor parte de estas entidades. Sus prioridades son otras. Sin embargo, la pyme debe entender que invertir en I+D y desarrollar nuevos proyectos e iniciativas puede ser en muchos casos su única vía de salida.

Financiación

La pyme debe saber que puede contar con recursos que le permitan financiar la I+D y, al igual que otro tipo de organizaciones, tener como prioridad las deducciones fiscales, una modalidad que utiliza un gran número de compañías. Sin embargo, no siempre es así. Nos encontramos con ciertos obstáculos que frenan su mayor utilización, como son las actividades no deducibles, la falta de conocimiento y la complejidad que para muchas presenta este mecanismo. Es por ello que las deducciones fiscales juegan un papel crucial para la pyme actual para mejorar la innovación, la propia tesorería y mantener el empleo. Y como apunte, en nuestro caso, el gobierno español quiere empujar la competitividad del tejido empresarial con el sistema de bonificaciones en las cuotas a la Seguridad Social de trabajadores dedicados en exclusiva al I+D+i.

El cambio de modelo productivo que necesita este país requiere de la participación de empresas intensivas en tecnología y en I+D+i desarrollada en España. El problema también radica en que el responsable de la pyme suele tener un concepto sesgado de las ventajas que aporta la innovación. Como respuesta, se está intentando concienciar a estos directivos para que perciban que la I+D sí va con ellos y que no es solo parte de una estrategia que deben ejecutar las medianas y grandes empresas. Eso sí, deben creer y apostar por proyectos que favorezcan su rentabilidad y el incremento de la productividad, aunque se deba considerar la existencia de riesgos.

Imagen @kevin dooley distribuída con licencia Creative Commons BY 2.0.

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