El ocaso de los centros comercialesCelestino Martínez 11 abril, 2013 Hace unos días leía un artículo en el que se comentaba cómo hace un tiempo que las grandes marcas están abandonando los centros comerciales de la periferia de las grandes ciudades en favor de los centros de éstas. Desde el inicio de la crisis, muchos centros comerciales han visto disminuir la afluencia de visitantes, salvo en fin de semana. Esta tendencia ha afectado especialmente a los hipermercados, cuya cifra de negocio baja al mismo ritmo que aumentan las aperturas de otros formatos de proximidad, como supermercados o tiendas de conveniencia. No son pocas las familias que han prescindido del segundo coche o que, ante la subida del precio de los carburantes, unido a la evolución de las maltrechas economías familiares, se han acostumbrado, u obligado, a realizar sus compras en un entorno más cercano y con mayor frecuencia. Esto ha provocado que las visitas a los centros comerciales se concentren en el fin de semana y que su propósito sea el de visitar las zonas de ocio y restauración y algunos comercios especializados de gran formato. Este cambio de tendencia hace inviables muchos negocios, que terminan cerrando. Nos estamos acostumbrando a visitar centros comerciales con una gran cantidad de locales vacíos. La marcha de algunas grandes marcas, que funcionaban como motores de atracción de la mayoría de estos centros comerciales, para trasladarse a zonas céntricas de las ciudades, puede dar la última estocada a algunos de los centros comerciales más “tocados”. Vuelta a la ciudad La “migración” de algunas grandes marcas a los centros de las ciudades no sólo está forzada por la disminución de visitas en los centros comerciales, sino también por la aparición de nuevos espacios de gran formato en las calles más comerciales de las principales ciudades, como efecto de la crisis. Cines, comercios históricos y, muy especialmente, oficinas bancarias han cerrado sus puertas y han permitido que estas marcas desembarquen en los espacios más cotizados de las grandes ciudades. Pero este movimiento no sólo afecta a los centros comerciales. También algunos cascos antiguos están viendo desaparecer las tiendas de marcas que se trasladan al centro de la ciudad en busca de locales más grandes y con menos limitaciones a la hora de personalizar los espacios que las que encuentran en algunos cascos históricos. La “Londonización” Estos movimientos están provocando que los centros de las ciudades se llenen de tiendas de muchas de las marcas que abarrotaban los centros comerciales y que, como consecuencia de la demanda de espacios en estas localizaciones, los precios de los alquileres sigan subiendo. El “filtro económico” dificulta que otros negocios que no sean multinacionales o grandes franquicias puedan abrir tiendas en las “millas de oro” de estas ciudades y, por ello, comienza a darse un fenómeno que lleva un curioso nombre: “Londonización”. Se conoce como “Londonización” al proceso por el cual muchas de las ciudades más importantes, sobre todo europeas, se terminan pareciendo, al concentrar las mismas tiendas de las mismas marcas en sus calles principales, perdiendo la personalidad y singularidad que debiera distinguir a unas ciudades de otras. Esta colonización desplaza a los extrarradios o a ciertos barrios al comercio “alternativo” que, a veces, comienza repoblando y reformando un mercado de abastos o comercios históricos a los que les dan una nueva personalidad, generalmente respetando su historia. Estos movimientos terminan, en algunos casos, por regenerar barrios enteros, atrayendo a clientes y nuevos vecinos, aburridos de la uniformidad de la propuesta comercial del centro. El futuro de los centros comerciales Sin embargo, el futuro de muchos centros comerciales no parece tan claro. Posiblemente la salida de muchos de ellos, a medio plazo, sea la de convertirse en grandes centros de ocio y aprovechar más los horarios del fin de semana. Aquellos que tengan más atractivo pueden ver cómo algunas tiendas de otras grandes superficies se desplazan y terminan concentrándose en unos pocos centros comerciales. Otra posibilidad es que comiencen a aparecer centros comerciales temáticos o dirigidos a segmentos concretos de la población. En Japón, por ejemplo, existen centros comerciales dirigidos a la población mayor de 50 años. Además de tiendas específicamente pensadas para este segmento de la población, incluyen servicios de salud y todo tipo de detalles adaptados a las necesidades de su público objetivo, como escaleras mecánicas más lentas o accesos y tiendas adaptados a compradores con movilidad reducida. Desgraciadamente, creo que en los próximos años veremos no pocos centros comerciales cerrados y abandonados. Además de la crisis y la poca esperanza de que la capacidad adquisitiva se recupere a medio plazo, muchos de los núcleos de población que, en teoría, iban a arrastrar mareas de clientes a estas construcciones, han terminado siendo ciudades dormitorio, urbanizaciones deshabitadas o a medio construir o proyectos fallidos diseñados para un mundo que nunca llegó a existir. Imagen: dno1967b distribuida con licencia Creative Commons BY-SA 2.0 Las redes sociales no destruyen la jerarquía ni la organización tradicionalAntes de montar tu empresa, ¡haz un ‘Erasmus’ a tu medida!
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Estoy parcialnmente en desacuerdo. Me centro en Madrid y en cadenas de moda. La Gran Vía y calle Orense fueron conquistadas desde antes de la crisis por Inditex con tres de sus marcas, Mango y H&M. Casos muy curiosos de la conquista son la transformación de un edicio de oficinas, de los años 20/30, en local comercial, con modificación de fachada incluida, y mas recientemente la conversión de un inmenso cine respetando fachada y escalera en «Tienda de Moda». Sigo centrado en Madrid pero cambio a sector de la alimentación. Los tres principales hipermecados iniciaron su expansión a «barrios» que no al centro de la ciudad antes de la crisis por medio de hard discount en la mayoría de los casos. El grupo Auchan con Simply (antigua Sabeco). El grupo Carrefour con Carrefour market y express, y el grupo El Corte Inglés por medio de Supercor, tras incorporar su otra marca Opencor a ésta última, aunque se trata casi de delicatessen porque no parecen competir, de momento, en precios. Todas estas marcas se unieron a otras hard discount históricas de los barrios, Lidl, Día participada por el grupo Carrefour, grupo IFA y Mercadona que en Madrid entra bajo este formato. Dado que la renta disponible es fija, si incrementas la oferta lo que se produce es una redistribución de los ingresoos entre los diferentes centros de estas cadenas. Antes de la crisis ya estaban notando estancamientos, cuando no pequeños descensos, en los ingresos de los establecimientos de los centros perriféricos. Cuando por efecto de esta y por las medidas fiscales confiscatorias del gobierno, cae ostensiblemente la renta disponible el impacto se acentúa por las razones apuntadas en el post. Resumiendo la expansión de las grandes cadenas de ropa y alimentación hacia el casco urbano es anterior a la crisis y tarde o temprano iba a afectar a los ingresos de los establecimientos periféricos, pero la crisis y las medidas fiscales aceleran este efecto. Caso aparte es el de las cadenas de electrodomésticos que siguen sin acercarse a los centros urbanos y que, de momento, se ha saldado con la desaparición de dos marcas, Saturn y Darty, aunque una se ha integrado parcialmente en otra del mismo grupo (Saturn en Media M. del grupo Metro) Responder
Celestino y Francisco, muy interesante el debate: ¿centro o periferia? En mi opinión hay muchas cadenas que encuentran dificultades para dar rentabilidad a sus tiendas ubicadas en centros comerciales no prime. Como se explica en el post, los hábitos están cambiando y los desplazamientos en coche deben justificarse con algo más que hacer unas compras. Por otro lado el tirón del hiperrmercado pierde fuelle en un momento de clara contención del gasto por compra. Creo que estas circunstancias no han pasado inadvertidas al siempre activo sector de la promoción comercial por lo que algunas de las iniciativas más interesantes de los próximos años se verán en el centro urbano, entendido centro de un modo amplio. En este contexto a los centros comerciales de periferia que ya no han logrado un buen mix comercial y una oferta de ocio diferenciada les esperan tiempos difíciles, aunque ya están empezando a llegar operadores especializados en su reflotamiento por medio de la especialización u otras estrategias. Habrá que estar pendiente de esta tensión centro urbano-periferia, con independencia de que algunos operadores sigan identificando en la periferia sus mejores oportunidades como pasa con la restauración y sus formatos chalé, que vamos a ver crecer de mano de marcas como KFC. Responder
El tema de la restauración es muy diferente aunque lo circunscribas a las grandes cadenas Mcdonalds, Burger, Ribs, Foster, marcas del grupo VIP, TR, La Tagliatella, 100 montaditos, cañas y tapas, Lizarran, etc. Cuando quieras lo debatimos Responder
Hola Francisco. En el fondo creo que estamos hablando de los mismo, de hecho tu frase «la expansión de las grandes cadenas de ropa y alimentación hacia el casco urbano es anterior a la crisis … pero la crisis y las medidas fiscales aceleran este efecto» puede resumir muy bien lo expuesto en el artículo. En todas las grandes ciudades los movimientos de las marcas que citas (Inditex, Mango, H&M…) se han dado antes de la crisis. Sin embargo, es al inicio de la crisis cuando se han dado ciertos movimientos como la reconversión de espacios Zara en Leftie’s o la marcha de todas o la mayor parte de tiendas de Inditex de un Centro Comercial. Esto ha coincidido con una mayor ocupación de las principales avenidas comerciales del país llegándose a dar el caso de haber varios Zara o Massimo Dutti en la misma calle a muy pocos metros de distancia. Por otro lado, también han aparecido tiendas de marcas de lujo que, hasta la fecha, habían mantenido presencia en muy pocas ciudades, exceptuando algún gran almacén. En todos estos movimientos, los grandes perdedores, en la ciudad, han sido las tiendas multimarca y algunas franquicias de marcas que no encajan en la definición de low cost ni en la del lujo. En cuanto a los centros comerciales, aquellos que ya estaban tocados antes de la crisis están viendo como, mes a mes, van cerrando locales. Algunos de ellos dependen, por ejemplo, de que un motor como Primark no se traslade, pero conozco algún caso en el que esta marcha es inevitable y, muy posiblemente, puede suponer el cierre del centro, ya muy tocado. Responder
Hola Raúl. Desde luego, el futuro de muchos centros comerciales pasa por la especialización. Así y todo, hay muchas zonas de España con un ratio inasumible en m2 de superficie comercial por habitante. Lo preocupante es que ya era difícil de asumir antes de la crisis. Responder
Efectivamente. Además, la restauración está reaccionando de manera modélica al nuevo momento, hay propuestas muy creativas y nunca como ahora se había ajustado tanto el ratio precio/valor. Por otro lado, quizás la restauración está siendo aún la vía de escape de aquellos que han recortado mucho en otros capítulos más prescindibles pero siguen queriendo tener sus pequeños caprichos. Responder