Knox Media Hub, el iTunes de vídeo para empresas

Asunción Larrinaga    23 diciembre, 2013

El consumo de vídeo bajo demanda crece a unos ritmos que son la envidia de cualquier otro sector económico. Los consumidores finales utilizan ya con asuduidad dispositivos, plataformas, webs….donde proveerse de contenidos audiovisuales. Pero los productores, distribuidores y exhibidores de estos contenidos aún no han vivido el salto a la economía digital y sus ventajas. Knox Media Hub (KMH) es una pyme cuyo negocio consiste en habilitar a los agentes del sector para que vendan, entreguen y difundan contenidos de manera eficiente, ágil, incrementando sus ventas y, a la vez, sus márgenes.

Santiago Miralles es el CEO de KMH.  Antes de lanzar esta startup, fundó y dirigió la división de Digital Media de la Corporación Catalana de Medios Audiovisuales (TV3).

¿Cómo surge la idea de crear KMH?

KMH quiere llevar a la nube al segmento empresarial del vídeo y que saque partido a todas sus herramientas y facilidades. Ofrecemos  servicios en dos niveles: en primer lugar, en el transporte, la entrega y la adaptación del vídeo; y un segundo nivel, proporcionando una plataforma que facilita la venta y compra de contenidos.

¿Qué problemática resuelve?

Estamos convencidos de que el sector audiovisual tiene que transformarse hacia lo digital, si quiere ir al ritmo de los consumidores finales, y vender 24 horas al día, los 365 días del año. La operativa actual es muy ineficiente y los costes de transacción son altos. El proceso es lento, requiere mucho tiempo de gestión (no sólo de transporte). Está muy condicionado todavía por el producto físico en el que aún se entregan gran parte de los contenidos.

Finalmente, uno de los principales problemas es el de adaptar los contenidos a las decenas de formatos y versiones que requieren los exhibidores.

Resulta curioso que este sector esté a la zaga en innovación tecnológica….

Sí, resulta paradójico, aunque es frecuente que la tecnología vaya por delante de su adopción industrial. Recuerda en cierta forma a lo que ocurrió a principios de siglo XX, cuando muchas  empresas industriales estaban empeñadas en seguir moviendo sus máquinas con distribución mecánica, en lugar de con energía y motores eléctricos, ya disponibles por entonces. Las empresas que no se adaptan dejan de ser competitivas y acaban desapareciendo. Hoy las empresas más innovadoras en lo tecnológico son las que dan servicio al consumidor final (Google, Amazon, Apple, Facebook…), mientras que hasta hace bien poco lo eran las del segmento business to business (B2B): IBM, Oracle, Microsoft.  Los consumidores finales, sin embargo,  sí han hecho la  evolución.

¿Quiénes son los  protagonistas del segmento y, por tanto, vuestros clientes?

Nuestro público objetivo son, por un lado, todos los productores audiovisuales, tanto las grandes grandes compañías americanas como Fox, Disney, NBC, etc., como las de tamaño mediano o pequeño. Todas ellas tienen la oportunidad de mejorar sus ventas y márgenes con esta tecnología.

También son target nuestro los distribuidores audiovisuales, que casi siempre tienen que adaptar el material recibido a otros formatos, para entregarlos, por ejemplo, a cadenas de televisión que utilizan otros estándares para sus emisiones.

Finalmente, los exhibidores de cualquier tipo: de cine, broadcasters (televisiones), exhibidores digitales como Netflix,  Filmin, Wuaki tv, etc. Estos últimos están experimentando un crecimiento extraordinario en consumo y en número de empresas. Se da la circunstancia de que algunas distribuidoras de DVD y Blu-Ray, viendo que su negocio va desapareciendo, se están reconvirtiendo para servir vídeo bajo demanda. Para competir en este terreno necesitan ser muy eficientes, ya que tienen márgenes muy estrechos que no pueden ir perdiendo en los procesos.

¿De qué volumen de mercado estamos hablando?

El mercado audiovisual global es del orden de 180.000 millones de dólares al año. Algunos de sus segmentos más tradicionales, como el cine o la televisión, crecen de forma moderada, a razón de 3-4%, pero el consumo de vídeo digital experimenta niveles de crecimiento extraordinarios del orden del 40% anual, y va a seguir haciéndolo en los próximos cuatro años.

Las ventas de smart TV en el 2016 ascenderán a 171 millones de unidades, cuando en 2012 fueron de 66 millones. Donde el crecimiento es ya estratosférico es en el segmento de los dispositivos móviles: en ellos, el consumo de vídeo crecerá un 75% anual hasta el año 2017.

Basta ver la evolución prevista de venta de tablets, un dispositivo ideal para consumir vídeo: en 2017 se venderán 400 millones de unidades, casi el doble que en 2013.

La proliferación de dispositivos y la conectividad permanente a banda ancha permitirán el consumo de vídeo a todas horas: en autobuses, aviones, trenes, etc. con mucha  calidad.

¿Y de qué contenidos?

Van a proliferar empresas de vídeo bajo demanda. Se van a suministrar películas, series, documentales, y no necesariamente actuales. El vídeo digital dará una nueva oportunidad de vida a producciones de ahora y también antiguas de gran calidad.  Una empresa como KHM, a través de sus servicios, permite que toda esa producción se pueda rescatar, catalogar, adquirir, gestionar sus derechos, y todo de manera instantánea.

Una empresa así necesita alianzas…

Naturalmente, por eso estamos contentos por estar en el perímetro Wayra/Telefónica. Hoy en día no hay “llaneros solitarios” que triunfen. El desarrollo de nuestro negocio va asociado al incremento de la conectividad de banda muy ancha de las empresas del sector audiovisual: la conveniencia de nuestros servicios les da un buen motivo para incrementar sus velocidades a cientos de megabits por segundo (Mb/s) o incluso gigabits (Gb/s). Y lo mismo ocurre con los servicios cloud. ¡Vamos a poner en la nube todo el contenido audiovisual profesional! En este sentido, las operadoras de telecomunicaciones, con Telefónica a la cabeza, y Knox Media Hub nos complementamos muy bien.

Además, nuestro negocio es de pago por uso: cuanto más tráfico generamos, mayores ingresos tendremos nosotros y quienes nos acompañen.

 

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