Internacionalización de las pymes

Felisa Arribas    2 febrero, 2012

Hasta mediados de 2008 no se hizo pública la crisis económica española, aunque se empezaron a percibir los primeros síntomas a principios de 2006. La recesión ha sido notable para la mayoría de las empresas, que han tenido que buscar diferentes alternativas, siendo la salida al exterior una de ellas, quizá la más eficaz.

En un entorno tan globalizado la internacionalización resulta clave para la supervivencia, no sólo para las grandes empresas sino también para las pymes.

El empresario se puede encontrar con una fuerte competencia para comercializar sus productos o servicios en el mercado local, por lo que la salida al exterior puede ser una buena solución.

Otra situación posible es que sus productos excedentarios sean muy difíciles de colocar en el mercado local, y la única solución sea bajar los precios perdiendo rentabilidad. También puede suceder que el producto se quede anticuado, pero no para mercados menos desarrollados.

Cuando hablamos de internacionalización no sólo nos referimos a exportación, sino que es un proceso mucho más amplio, que comprende más acepciones; las más tradicionales son:

  • La importación y exportación, compra y venta, respectivamente, de un producto originario de un tercer país no comunitario.
  • La cooperación empresarial, tanto desde el punto de vista de producción como desde el de la comercialización.
  • La inversión directa en el exterior, ya sea referida a la producción o a la implementación de cadenas de valor.

Destacamos la importancia de los servicios “asociados a la comercialización”, tanto en el proceso de compraventa doméstica como en el de internacionalización, entre los que debemos de tener en cuenta, además de los tradicionales como el transporte, el seguro y la banca, otros como la comunicación en todas sus vertientes; el análisis de mercado, la intermediación comercial y todo lo relacionado con nuevas formas de telecomunicación como internet absolutamente consolidado y las redes sociales como herramienta emergente para darnos a conocer. La irrupción de estas nuevas formas nos permite acceder a un público objetivo más numeroso y con un coste más reducido.

Cuando una empresa decide iniciar su actividad de internacionalización, debe analizar sus recursos para no arriesgar su supervivencia.

Los departamentos más afectados  serían:

  • Producción. Tendremos que evaluar si estamos capacitados para afrontar nuevos pedidos, ajustando la producción a la nueva demanda.
  • RR.HH. y administración. Debemos analizar nuestro personal, desde conocimiento del idioma de los países con los que vamos a negociar hasta gestión de aduanas, en caso de que esto fuera necesario.
  • Comunicación y marketing. Adaptar nuestros productos a los nuevos mercados, teniendo en cuenta, en algunos casos, hasta los usos sociales.
  • Financiero. Analizar la capacidad financiera de la empresa, su capacidad de endeudamiento.  Habitualmente los plazos de pago, en operaciones internacionales,  suelen ser más largos que en operaciones nacionales.

En general, la internacionalización de una empresa influye positivamente en su imagen, siendo muy bien recibida por todos sus públicos. Un último dato relevante, en España el 95% de las empresas exportadoras son pymes.

 Foto: © bachmont, distribuida con licencia Creative Commons BY-2.0.

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