Asignaturas pendientes para una sociedad digital inclusiva

Raúl Salgado    14 noviembre, 2022
Sociedad digital inclusiva

Niños de 8 años, adolescentes de 16, jóvenes de 25 con estudios básicos, adultos de 54 sin apenas formación académica o ancianos de 80 con titulaciones universitarias. Todos debemos formar parte de la sociedad digital, que tiene que ser inclusiva para no dejar a nadie en la cuneta.

El desarrollo tecnológico y la transición digital deben aspirar a la reducción de las desigualdades y a la inclusión de los colectivos más vulnerables.

De hecho, las principales amenazas para el avance de la sociedad digital están vinculadas con las brechas entre territorios y derivadas de razones socioeconómicas. De ahí la importancia de acelerar el proceso de digitalización de manera convergente.

La edad, el sexo, el lugar de residencia, el nivel de formación o la renta son algunos de los factores que influyen en el acceso de la población a los servicios digitales. Todos ellos pueden dejar en papel mojado los objetivos marcados en torno a la transformación digital de la economía y el mercado laboral.

La revolución tecnológica y digital provocó dos grandes tipos de brechas digitales: la de habilidades y la de capacidad de obtención de beneficios por el uso de tecnologías y servicios digitales. Y dentro de esta segunda categoría, después de la relacionada con la edad, la brecha más importante estaría relacionada con el nivel formativo y de cualificación.

Uso del teléfono móvil y de Internet

Según se desprende del Informe Sociedad Digital en España 2022, de Fundación Telefónica, al analizar el uso de tecnología en función del nivel de estudios, se percibe que la utilización del teléfono móvil es prácticamente universal, ya que incluso más del 90% de la población analfabeta o que no ha terminado los estudios de primaria lo utiliza. Las diferencias comienzan a hacerse notables al comparar la intensidad del uso de Internet que realizan los distintos colectivos.

Por otro lado, el informe señala que casi toda la población con estudios superiores o formación profesional de grado superior ha utilizado Internet en los últimos tres meses, y que un porcentaje importante lo usa a diario (el 97 % y el 93,6 %, respectivamente).

Según el mismo informe, únicamente tres cuartas partes de quienes tienen la educación primaria se han conectado a las redes en los últimos tres meses, y solo el 60 % lo hacen a diario. En el caso de las personas analfabetas o con la primaria incompleta, estas cifras descienden hasta el 55,6 % y el 41,2 %, respectivamente.

La formación influye en las compras online

El Informe Sociedad Digital en España 2022 ha detectado un denominador común al analizar las compras online. Y es que más de las tres cuartas partes de los ciudadanos con educación superior realizan esta práctica, mientras que no llega a la quinta parte de quienes apenas tienen la educación primaria, y ni al 10 % de la población analfabeta.

En definitiva, los datos demuestran que el nivel de estudios condiciona de manera importante los conocimientos y habilidades digitales. Hasta tal punto que solo la quinta parte de la población que no ha terminado la educación primaria puede realizar tareas sencillas en el móvil o en el ordenador; el 10 % sabe copiar o mover ficheros y carpetas, el 9,5 % descargar o instalar programas o aplicaciones móviles, y solo el 9 % es capaz de cambiar la configuración del software, la app o el dispositivo.

La encuesta arroja otros datos interesantes. Por ejemplo, que para menos de cuatro de cada diez con estudios primarios es posible comunicarse por email, que solo el 8,9 % sabrán buscar empleo a través de la web, que poco más de 4% han realizado formación online, y menos de la tercera parte de ellos operan con banca electrónica.

Riesgo de exclusión financiera

Este último dato es uno de los más alarmantes para avanzar hacia una sociedad digital inclusiva, pues una de las consecuencias más graves de la falta de uso de tecnología y de habilidades digitales por parte de la población mayor tiene que ver con la vertiginosa digitalización del sector bancario y la oleada de cierres de sucursales y de cajeros automáticos, que pone en situación de riesgo de exclusión financiera a este colectivo, tal y como se denuncia en el informe.

La formación, aliada clave para una sociedad digital inclusiva

En este marco, cabe preguntarse cómo puede ayudar la formación a conseguir una sociedad digital inclusiva.

Expertos de The Valley consideran que la formación supone un impulso clave para desarrollar las competencias digitales básicas y fomentar una sociedad más inclusiva en diferentes niveles.

Como ejemplo, aseguran que una sociedad digital inclusiva será aquella que promueva nuevos modelos y que gracias a la tecnología permita el acceso de todas las personas a las mismas oportunidades, tanto laborales, como de ocio o culturales.

“Ayudar a conseguir una sociedad igualitaria e inclusiva siempre ha sido parte imprescindible de toda formación. Por eso, la formación en materias digitales también debe ir enfocada a que los profesionales realicen buenas prácticas y aprovechen todas las ventajas y automatizaciones que nos permite la digitalización para estos objetivos de inclusión e igualdad”, apuntan.

En paralelo, los expertos de The Valley aseguran que la mayoría de los casos en los que se detecta una evidente brecha digital se debe a una falta de formación actualizada y continuada. Es decir, “la formación actual debe ser digital y adaptarse a las demandas de los profesionales y el mercado laboral. Asimismo, deben prepararse perfiles con competencias básicas para lanzarse al uso de nuevas herramientas y procesos”, aclaran.

Becas Next Generation Plan

En su opinión, “con formación presencial y digital la brecha disminuiría y eso supondría un impulso para la sociedad”. Precisamente por este motivo, desde The Valley lanzaron hace unos meses las becas Next Generation Plan, con el objetivo de dar oportunidades a los sectores sociales más vulnerables, como las personas con discapacidad o los perfiles mayores de 50 años.

Con dichas becas quieren fomentar también la conciliación y mejorar las competencias de aquellos que aspiran a entrar al mercado laboral o reinventarse y buscar otro camino profesional.

Imagen de rawpixel.com en Freepik

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