Abrobiotec: una pyme con buena salud gracias a los polifenoles

Como del cerdo, de la uva se aprovecha todo: la pulpa, la piel, las pepitas y hasta las hojas. España continúa teniendo la mayor superficie de viñedo del mundo, y esto nos sitúa en una posición privilegiada para ensayar aplicaciones novedosas, como su uso para la producción de biocombustible o como conservante alimentario.

Esta última posibilidad de empleo, que se daba a conocer recientemente, es fruto de la investigación de Abrobiotec, una micropyme que nace en 2007 de la diversificación del Grupo Matarromera, un conjunto de empresas construidas en torno al vino que han ido ampliando los sectores de actividad alrededor de este producto: desde las bodegas hasta un restaurante, un museo del vino o un hotel.

Abrobiotec, dedicada al área de biotecnología, trata de encontrar nuevos procesos con los que aprovechar al máximo los residuos de las uvas, una vez procesadas para la elaboración del vino. Gracias a los viñedos del Grupo en la Ribera del Duero, dispone de extractos ricos en diferentes compuestos polifenólicos (ácidos fenólicos, procianidinas, flavonoles, estilbenos…) de distintas variedades de uva (blanca, tinta…).

Los estudios coinciden en que los polifenoles tienen un efecto beneficioso sobre la salud. Abrobiotec los ha aislado y ampliado sus aplicaciones en una planta industrial diseñada por ellos, para la extracción de estas moléculas, única en el mundo. En ella, esos desechos, llamados orujo, se mezclan con una serie de compuestos químicos y el resultado es una combinación -en forma de polvos o líquido- en la que se encuentran concentrados gran parte de los polifenoles que se iban a desechar.

Las posibilidades de este compuesto, que han patentado como Eminol, son muchas y aún se están explorando. De momento han iniciado tres vías de aplicación:

• Por un lado, los productos cosméticos, por la capacidad antioxidante de los polifenoles, algo muy apreciado en cremas faciales, entre otros. Ya  se pueden comprar cosméticos con Eminol producidos por otra marca del grupo.
• Una segunda línea son los complementos alimenticios. Eminol ya se comercializa en cápsulas y se ha publicado un estudio en la revista International Journal of Food Sciences and Nutrition en el que se recoge su efecto beneficioso sobre el colesterol.
• Pero quizá su aplicación más inesperada desde el punto de vista de la innovación es su uso como conservante natural. El pan, la leche y el queso son algunos de los alimentos con los que están trabajando, en colaboración con empresas del sector.

La hoja de ruta de Abrobiotec pasa por seguir investigando en las propiedades de este compuesto, para poder demostrar todas sus propiedades. Desde la empresa destacan  que el valor añadido de este producto radica en un exhaustivo control de su trazabilidad: “Utilizamos las uvas de nuestros viñedos y sabemos exactamente cómo se han plantado y cosechado, cuándo y cuánto se han regado y cómo se han cuidado, lo que garantiza la calidad final”.

Además, las uvas son controladas hasta encontrar su momento óptimo de maduración, y la materia prima se procesa en fresco para obtener un extracto de la máxima calidad siguiendo la norma ISO 9001. Los fuertes cambios de temperatura de la Ribera del Duero aportan una ventaja al Eminol porque hacen que la planta produzca más polifenoles para protegerse. Y las patentes, tanto de extracción como de aplicación en matrices cosméticas o alimentarias, también lo hacen único.

En este momento, Abrobiotec trabaja principalmente en cuatro líneas:

1. Extracción de los polifenoles de uva y otras moléculas orgánicas, y producción de ingredientes naturales.
2. Desarrollo de complementos alimenticios con efectos beneficiosos para la salud.
3. Aplicación de moléculas orgánicas para mejorar la salud humana.
4. Investigación biotecnológica relacionada con los procesos enológicos.

En la actualidad participa, además, en dos proyectos de cooperación: uno de la Junta de Castilla y León y otro de la Comisión Europea.

Foto:  Juanedc, distribuida con licencia CC BY 2.0