El crédito comercial es el instrumento preferido por las pymes para financiarse. Hasta un 24,2 por ciento de ellas declaran haberlo utilizado en los últimos doce meses. Así se desprende del X Informe “La financiación de la pyme en España”, elaborado por la Confederación Española de Sociedades de Garantía Recíproca (CESGAR).
El Informe basado en encuestas realizadas a pequeñas y medianas empresas busca, entre otros objetivos, contribuir a paliar la carencia de información estadística de carácter periódico sobre las necesidades de financiación de este colectivo.
Los datos que voy a comentar ser refieren a junio de 2021 y tienen en cuenta los últimos doce meses, período especialmente convulso para muchas compañías, debido a la pandemia.
El crédito comercial o de proveedores, en cuanto fuente de financiación a corto plazo que surge automáticamente al aplazar el pago de las facturas a los proveedores, suele ser muy utilizado por las empresas. De ahí que no extrañe que encabece el ranking. En este sentido, es un crédito fácil de conseguir frente a las negociaciones complejas que implican otros instrumentos como el préstamo bancario. Además, con él se pueden demorar los pagos a proveedores sin que surjan los problemas que se dan al dejar de pagar una cuota bancaria.
La financiación bancaria sigue siendo muy importante
A pesar de la complejidad en su negociación, los préstamos bancarios (23,9 por ciento) y las líneas de crédito y de descuento bancarias (21,5 por ciento) siguen ocupando un papel muy destacado en la financiación de las pymes.
En el caso del préstamo bancario, la empresa paga intereses por el total del capital que recibe, por lo que es importante determinar con exactitud qué cantidad de recursos se necesitan antes de solicitarlo.
En cambio, en la línea de crédito, la empresa solamente paga intereses por la parte del dinero que utiliza, lo que le permite actuar con cierta flexibilidad.
Por su parte, mediante el descuento se puede anticipar el importe de un crédito comercial que se ostente frente a un cliente (documentado en un efecto o un adeudo directo). Es una financiación a la que se puede recurrir en la medida que se vaya necesitando.
Líneas ICO, un salvavidas para las pymes
Si algo destaca en el Informe de CESGAR es el llamativo crecimiento de la utilización de las Líneas del Instituto de Crédito Oficial (ICO) por parte de las pequeñas y medianas empresas. Así, hasta un 22,5 por ciento han contado con financiación ICO en los últimos doce meses, frente al 4,8 por ciento del estudio anterior.
Evidentemente, las diferentes líneas de avales ICO COVID-19, que han sido arbitradas por el Gobierno para paliar los efectos económicos derivados de la pandemia, están detrás de este fuerte crecimiento. No obstante, al igual que han supuesto un verdadero salvavidas para muchas empresas en el corto plazo, es un dinero que habrá que devolver.
Leasing para financiar la compra aplazada de activos
El leasing o arrendamiento financiero ha sido utilizado por el 12,5 por ciento de las pymes encuestadas. Mediante este instrumento, las empresas pueden financiar determinados bienes muebles o inmuebles necesarios para realizar su actividad, con la posibilidad de ejecutar una opción de compra de los mismos una vez que finaliza el contrato de arrendamiento.
Otros productos financieros menos utilizados por las pymes
Otros instrumentos financieros como el factoring (cobro anticipado de las facturas de clientes) y el confirming (pago anticipado a proveedores) han sido menos utilizados por las pymes. Esto se explica, según el Informe, “seguramente por los menores niveles de actividad de muchas de ellas durante la pandemia”.
En el caso del confirming, han recurrido a él un 3,5 por ciento de las empresas en los últimos doce meses, mientras que solamente un 0,7 por ciento han utilizado el factoring. Esta última cifra me ha llamado especialmente la atención, puesto que pensaba que era un producto que hoy en día se estaba utilizando mucho más.
En cuanto a la financiación no bancaria, aunque según declara CESGAR ha aumentado, sigue siendo minoritaria entre las pymes. Únicamente el 0,2 por ciento de ellas declaran haber utilizado instrumentos como el crowdfunding o el crowdlending para financiarse. Es posible que desde el entorno de pequeñas y medianas empresas siga existiendo desconocimiento sobre estas alternativas, o incluso desconfianza sobre la utilidad real que pueden representar para ellas.
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