La pandemia sirvió para ver la sociedad como un ente en constante evolución entre la transformación digital, los consumidores empoderados, el teletrabajo y por supuesto, el comercio electrónico. Dentro de éste se destaca una tendencia que ha ido creciendo cada día: el social commerce.
El comercio social, social commerce o social shopping podemos definirlo, en esencia, como una mezcla entre las redes sociales y las plataformas de ventas sobre Internet. O, dicho de otra forma, el uso de redes sociales como un canal de ventas.
La importancia de este canal salta a la vista cuando tenemos en cuenta el tiempo diario que las personas gastan en redes sociales. Una cifra que crece anualmente, de 56.23 minutos en 2019 a 65.44 minutos en 2020. Y es que el social commerce junto a la realidad aumentada son dos de las tendencias que más se esperan en el 2022.
Y en países como Colombia este promedio aumenta. De hecho, el país cafetero es el segundo que más tiempo gasta en redes sociales con un promedio de 3 horas y 45 minutos al día.
Ventajas del social commerce
Una de las cosas más interesantes del social commerce son sus beneficios para ambos lados de la cadena: los consumidores y las empresas.
Para los usuarios existen ventajas claras como que ya están en las redes sociales por lo cual no deben “desplazarse” a otro lugar web para realizar una compra.
Por ser una experiencia “social” es fácil consultar la experiencia de otros amigos o incluso saber si ya han comprado esa marca y la recomiendan en sus publicaciones.
Incluso, algunas redes permiten simplificar la compra usando un botón, sin necesidad de gestionar e introducir datos que ya existen en las mismas redes que están usando.
Por otra parte, las empresas tienen beneficios tal vez mayores como una selección ultra precisa de su grupo objetivo además de poder entrar en contacto directamente con ellos. Las redes sociales son un medio más transparente e inmediato.
Un canal que ya existe y que en países como Estados Unidos creció, en 2021, más de 34% llegando a los 36 mil millones de dólares. Una cifra inmensa pero que apenas representa 4.3% del total de ventas del retail.
Estas cifras nos muestran que el potencial del social commerce apenas está comenzando.
Además, es necesario superar algunos retos, en Argentina, por ejemplo, aún existe una alta desconfianza para comprar en redes sociales en contraste con algunos otros países de la región como Brasil o Colombia. En este último el e-commerce se lleva el 34% de favorabilidad, versus el social-commerce que tiene el 23%.
Foto de John Schnobrich en Unsplash