Todo está en la nube, desde el amor hasta la industria pesada, tus amigos, tu dinero, tu ocio o tu empleo. Los negocios entienden esto y sin importar la naturaleza de sus productos o sus servicios, sean físicos o digitales, saben que la relación con sus consumidores ha cambiado para siempre. La transformación digital impregna todas las capas productivas de la economía y es así donde el cloud cobra relevancia.
Desde su nacimiento, el objetivo del cloud ha sido agilizar el proceso de transformación digital de las compañías, democratizando el acceso a la tecnología y reduciendo la complejidad de lanzar nuevos servicios. Sin embargo, esto ha cambiado durante la última década.
Debido a la velocidad de crecimiento del cloud y la competencia, los principales proveedores, buscando aumentar la fidelización de sus clientes, optaron por incrementar sus catálogos ofreciendo herramientas cada día más especializadas y complejas. En un sector cada vez más fragmentado y competitivo, las empresas se enfrentan a nuevos desafíos a la hora de implantar esta tecnología.
La complejidad del cloud
El aumento de la oferta cloud, ha convertido el mercado en un inmenso bazar donde sólo la experiencia permite al consumidor encontrar los productos o servicios que realmente acelerarán su negocio sin comprometer sus estrategias a largo plazo.
Esta situación ha desatado un cambio. La comunidad ha reaccionado buscando un nuevo tipo de cloud: una nube moderna, abierta, que vuelva a estar centrada en acelerar los procesos de transformación digital, democratizando el acceso a la tecnología y devolviendo otra vez al consumidor el control. Así nacen las tecnologías Cloud Native que permiten otra vez a las empresas crear aplicaciones dinámicas y escalables, usando arquitecturas modernas sin importar donde son desplegadas.
En el epicentro de las tecnologías Cloud Native se encuentra Kubernetes, una tecnología que permite gestionar de una manera sencilla infraestructuras escalables. Pero al mismo tiempo, ese nuevo ecosistema se ha ido poblando de herramientas que permiten a las compañías tener un control en detalle del uso de sus recursos. Todo esto ha sentado las bases para una nueva evolución del cloud.
Centrarse en la aplicación y no en la infraestructura
Las tecnologías Cloud Native se han enfocado en resolver el aprovisionamiento y gestión de la infraestructura. Sin embargo, esto no es la solución completa del problema. Las empresas que buscan acelerar sus proyectos de transformación digital necesitan que sus proyectos acorten sustancialmente su time-to-market, por lo que sus tareas de desarrollo deben centrarse en dar valor a sus proyectos. Por este motivo, el mercado reclama soluciones que ayuden a agilizar estos procesos y que permitan a los desarrolladores llevar sus ideas a producción lo más rápido posible.
En este contexto, nace la especificación Open Application Model (OAM), un lenguaje app-centric que permite a los desarrolladores describir de una manera más expresiva cómo se componen sus aplicaciones y cómo se deben desplegar en la nube. Esto hace más sencilla la colaboración entre desarrolladores y DevOps, agilizando la implementación y puesta en marcha, reduciendo los riesgos de lanzar nuestros servicios al mercado. Además, la abstracción de OAM habilita la adopción de estrategias multicloud o de nube híbrida vitales en la evolución de los nuevos negocios digitales.
Entender qué está pasando
En la actualidad, las aplicaciones están compuestas de muchos servicios interrelacionados que están ejecutándose en diferentes máquinas o entornos. Las soluciones actuales inundan a los operadores de datos dispersos y difíciles de entender o sintetizar. Una vez que las aplicaciones son desplegadas, el siguiente desafío es responder a una simple pregunta: ¿nuestro sistema está funcionando como esperamos? Aunque la pregunta es sencilla, en muchos casos encontrar la respuesta no lo es.
Para entender qué es lo que está pasando con nuestra aplicación, necesitamos plataformas que den una experiencia de usuario diferente. Estas deben enfocarse en dar la información que el usuario realmente necesita para entender qué está pasando en su sistema, ayudándolo a tomar decisiones y ejecutar acciones de forma rápida y eficaz. Tampoco se debe olvidar que cuando el usuario necesita resolver un problema, necesita obtener el detalle suficiente para hacer un diagnóstico con precisión. Esta nueva experiencia de usuario es la siguiente frontera del cloud del futuro.
Seguridad y networking en las nuevas aplicaciones cloud
Más aplicaciones, más entornos y más usuarios. La nube del futuro está abierta a muchos actores que deben colaborar y que van a participar en el proceso de desarrollo. Por tanto, la seguridad es clave para garantizar la integridad y la escalabilidad del cloud. Sin embargo, las soluciones cloud hacen que esta gestión sea complicada y que el desarrollador no entienda claramente cómo implementarla en sus servicios.
El nuevo cloud permite al usuario describir la seguridad usando un lenguaje app-centric, donde se describe cómo se va a comunicar su aplicación y quienes son los actores que tienen acceso a la misma. Esto permite, de una manera muy sencilla, entender cómo están expuestas las aplicaciones, teniendo un control completo sobre el acceso a las mismas. De esta forma, la seguridad está en el centro del ciclo de vida de las aplicaciones.
Tecnología y sostenibilidad
Dentro del marco socioeconómico actual, las compañías, especialmente las europeas, están priorizando una estrategia combinada de tecnología y sostenibilidad, que las convertirá en empresas más competitivas y con modelos de negocio más escalables. El problema con el cloud actual es que tener un equilibrio entre sostenibilidad y eficiencia en nuestras aplicaciones es una ardua tarea.
Las nuevas aplicaciones cloud permiten a los operadores tener un control más granular de los servicios. Con esta información, es sencillo poder optimizar los recursos para hacer un uso más eficiente de la energía optimizando la densidad de servicios en nuestra infraestructura. De esta forma, se puede reducir el consumo energético y, por tanto, reducir la huella de carbono que producen nuestras aplicaciones. Crear modelos de negocio sostenibles requiere tecnologías que tengan los principios de sostenibilidad como meta.
NAPPTIVE: el futuro de las apps Cloud Native
Napptive, startup acelerada por Telefónica Open Future, simplifica el proceso de diseño, desarrollo y puesta en producción de aplicaciones Cloud Native y acompaña a la empresas a la hora superar estos desafíos. Gracias a su plataforma, los usuarios pueden contar con un entorno securizado de Kubernetes, que permite el despliegue de aplicaciones OAM en cuestión de segundos.
Esta plataforma tiene como foco las aplicaciones, permitiendo entender al usuario de manera sencilla si estas están funcionando correctamente. Además, sienta las bases para poder crear aplicaciones sostenibles y escalables en compañías que estén abordando el problema de la transformación digital.
Si estás interesado en conocer más información sobre nuestras soluciones, no dudes en contactar con nosotros y probar nuestra plataforma. Únete a nosotros en esta nueva revolución del cloud.
Por Álvaro Agea, CEO de Napptive.